El estudio "Voces desde el territorio", elaborado por varias organizaciones y comunidades de diferentes partes del mundo, revela que la industria minera ignora los riesgos de la COVID-19 pues sigue operando, y que empresas del sector incluso aprovechan la emergencia sanitaria derivada de la pandemia para encubrir los daños socioambientales de sus operaciones.

El informe coyuntural se basa en la revisión de casi 500 fuentes periodísticas, comunicados de prensa e informes sobre la minería en el contexto de la pandemia. Con base en esos datos, se evidencian los patrones que empresas mineras siguen para beneficiarse de la crisis sanitaria global.

El primer patrón es que las compañías mineras y muchos gobiernos ejercen presión para que la minería sea considerada actividad esencial, lo cual permite la continuidad de operaciones pese a los riesgos, convirtiendo al sector en un vector importante de propagación del virus para trabajadores mineros y comunidades rurales. De otro lado, gobiernos de todo el mundo están adoptando medidas extraordinarias que restringen las acciones de defensa de las personas afectadas por la minería.

Un tercer patrón consiste en que estas empresas "están usando la pandemia como una oportunidad para lavar sus sucios historiales", presentándose ante la opinión pública como benefactores con la dotación de pruebas de detección del virus, distribución de alimentos y entrega de donativos. Un último patrón tiene que ver con los esfuerzos de la industria para agilizar decisiones y lograr nuevas normas que favorezcan sus operaciones por encima de las personas y el ambiente.

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