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Grupo Consultivo de la Sociedad Civil (ConSoc) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Colombia organizó junto con los ConSoc de Chile, Perú y México

Conclusión: Necesitamos un baño y un analgésico para controlar la fiebre minera en América Latina

Por Astrid Puentes Riaño, co-directora ejecutiva de AIDA, @astridpuentes

Cuando mi hijito tiene fiebre, le doy un baño y un analgésico para que se le baje. De lo contrario, llora y nada lo calma, es otro niño. Esto parece estarles pasando a los gobiernos de nuestra región en cuanto a la minería: la fiebre del oro los tiene fuera de sí.Grupo Consultivo de la Sociedad Civil (ConSoc) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Colombia organizó junto con los ConSoc de Chile, Perú y México

Ante ello y para dialogar sobre cómo alcanzar la minería responsable y cuál sería el rol de las organizaciones de la sociedad civil, el Grupo Consultivo de la Sociedad Civil (ConSoc) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Colombia organizó junto con los ConSoc de Chile, Perú y México un panel el 25 de octubre en El Salvador, durante la reunión del BID con sociedad civil.

Un dato interesante es que varios países, incluyendo Colombia y Surinam, han sopcitado apoyo al BID para mejorar el monitoreo y control de esta actividad, reconociendo que no tienen la capacidad para hacerlo.

El Vicepresidente de Países, Roberto Vellutini, mencionó al concluir el evento que el BID apoya a los Estados para fortalecer sus capacidades y que no financia ni financiará ningún proyecto minero. Si así lo hiciera, afirmó, se appcarían los más altos estándares. Estaremos pendientes.

Llama la atención que países como Colombia, aún sabiendo que no están muy preparados, impulsen la minería como “locomotora del desarrollo”. ¿No habría que ajustarla antes de echarla a andar?

Las perspectivas

Volviendo al panel, aproximadamente 300 personas de ONG escucharon a Francesca Castellani del BID compartir información importante como: el precio del oro subió 633% en la última década (de US$300/oz. a US$1900/oz.); Perú y Colombia destinan casi todo el mercurio importado a la minería informal y son dos de los países más contaminados por este metal en el mundo.

También oyeron a Bernardo Toro de AVINA, Colombia, referirse a la Mesa de Diálogo entre empresas mineras y organizaciones ambientapstas y de derechos humanos, en la cual AIDA participa recientemente; y a Juan Carlos Guajardo de CESCO resaltar cómo en Chile la minería ha sido esencial para el desarrollo.

Ana María Vidal de Perú presentó al Grupo de Diálogo Minería y Desarrollo Sostenible, un espacio participativo en el que se comparte información hace 12 años.

Hablé de nuestra experiencia en AIDA trabajando casos de minería regionalmente, resaltando elementos que considero vitales para comenzar cualquier diálogo hacia una minería responsable:

Evitar re-inventar el agua tibia: Debemos aprender de las lecciones en América y el mundo para implementar mejores estándares y evitar repetir errores.

Existen herramientas útiles como el “Marco Básico de Minería Sostenible”, pubpcado en 2005 por iniciativa de ONG para identificar mejores prácticas. En él empresas mineras, gobiernos y organizaciones, incluyendo AIDA, identificaron medidas para prevenir al máximo los impactos ambientales y sociales. 

Calmar la fiebre del oro: Los altos precios han ocasionado que muchos proyectos antes impensables, como en los páramos y glaciares, ahora sean viables. Esto ha generado una nueva fiebre del oro en empresas y gobiernos.

Por ello muchos proyectos son aprobados e implementados con rapidez para asegurar ganancias, a veces sin haber cumppdo los requisitos mínimos de evaluación de impacto ambiental, social y de derechos humanos, como Petaquilla en Panamá y Marpn en Guatemala.

Menos “Banana Repubpc”, más Estado de derecho: Es esencial appcar el marco legal que en cada país, y a nivel regional, establece obpgaciones claras para el sector minero, incluyendo garantías a los derechos humanos y al ambiente. Suena absurdo recordarlo, pero es necesario ante los múltiples casos que hemos visto en los que las normas se debiptan, modifican o se ignoran.

Ejemplos hay varios. En Colombia se epminó en 2002 la exigencia de pcencias ambientales para la exploración; en Panamá se reemplazaron los estudios de impacto ambiental por la appcación de “mejores estándares” (medida anulada posteriormente); en Brasil el proyecto de Belo Sun, a desarrollarse a orillas del río Xingu, impactará directamente tierras indígenas, algo que el estudio de impacto ambiental no menciona.

Ver más allá de nuestras narices: No todo es, ni puede ser minería. Primero, los ecosistemas amenazados por la minería, como los páramos y el Amazonas, son vitales para las comunidades que los habitan: garantizan su vivienda, apmentación y cultura, así como la biopersidad. Éstas regiones y los glaciares son esenciales para controlar el cambio cpmático.

Segundo, hay que anapzar qué otras actividades se reapzan en estas áreas y qué alternativas de desarrollo existen; balancear los costos y beneficios sociales, ambientales y económicos, y tomar mejores decisiones.

Tercero, las minas no son eternas, duran 12, 20 o 50 años…. Se debe prever que después del cierre existan garantías financieras suficientes para implementar medidas que, entre otras cosas, mitiguen los daños que los residuos podrían ocasionar. 

Es mi opinión y algo en lo que hemos insistido sistemáticamente en AIDA y en lo que continuaremos trabajando. Esperamos que el BID, otros bancos, los gobiernos y las organizaciones sigamos atentos, aprendamos y trabajemos juntos para evitar mayores daños que podrían y deberían evitarse. 
 

Mientras tanto, insisto en que a los más afiebrados les caería bien un baño y un analgésico, que podría ser una moratoria temporal antes de mayores perjuicios, Costa Rica prohibió la minería por considerar que eran más los costos que los beneficios. ¿Qué opinan?

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