En Colombia, los páramos ocupan apenas el 1,7% del territorio nacional, pero producen el 85% del agua potable. Pero esta rica fuente de vida está en peligro por actividades como la minería a gran escala y su protección es un asunto de interés nacional.
¿Cómo ocurre la magia? Los páramos son humedales de alta montaña. Al estar ubicados en la zona ecuatorial, permanecen fríos todo el año, lo que hace que sus suelos se mantengan ricos en nutrientes de origen volcánico. Todas esas características hacen de los páramos verdaderas esponjas que capturan la humedad en las alturas, purifican el agua y regulan su flujo hacia abajo.
El crecimiento de la economía, la producción de electricidad y la vida misma son posibles gracias al agua provista por los páramos en Colombia:
- En Bogotá el agua proviene de los páramos de Sumapaz, Chingaza (en riesgo) y Cruz Verde(en riesgo por exploración minera).
- El agua de Medellín llega desde el páramo de Belmira.
- El páramo de Santurbán (en riesgo por proyectos mineros de oro) abastece de agua a Bucaramanga.
- En Cali, los Farallones cumplen la función vital de ser manantiales de agua.
La vida en todas estas ciudades depende de los páramos. Es por ello que en AIDA estamos comprometidos con la protección de estos ecosistemas.Se trata de defender nuestras fuentes de agua dulce, nuestro derecho a vivir. Esta lucha nos llevó recientemente a:
- Llamar la atención del Banco Mundial sobre los riesgos de su inversión en el proyecto minero Angostura, ubicado en el páramo de Santurbán y el cual implica daños para el ambiente y las personas.
- Organizar junto con otras instituciones un conversatorio sobre páramos y minería en la Universidad Sergio Arboleda para conocer las últimas regulaciones jurídicas y técnicas sobre el tema y debatir en torno a ellas.
No estamos solos
Movimientos sociales en defensa del agua, la vida y los páramos han florecido por todo el país. ElComité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbány elComité de Cruz Verdeson dos ejemplos. Y, entre otros casos, la oficina en Colombia de la organización internacionalGreenpeacepromueve el fin de la minería en el páramo de Pisba, en Boyacá.
Por otra parte y después de varias prórrogas, el Ministerio de Ambiente expidió la delimitación del páramo de Santurbán en diciembre del año pasado. Sin embargo, anunció que se permitirá la continuidad de proyectos mineros que ya tienen título y pcencia ambiental. En ese sentido, la empresa canadiense Eco Oro informó en un comunicado público que aún con la depmitación de Santurbán, su proyecto aurífero Angostura, el cual pretende desarrollar en la zona, continuará aunque en un área menor.
Esta depmitación abre el camino para acciones similares de las cuales dependerán el reconocimiento y la protección del resto de los páramos colombianos.
Desde la sociedad civil debemos permanecer vigilantes para que dichas acciones cumplan con los estándares ambientales y sociales, internacionales y nacionales. El agua y por ende la vida están en juego.
¿De dónde provendrá nuestra agua dulce en el año 2050, cuando seamos varios millones más de colombianas y colombianos? Si no protegemos nuestros páramos hoy, generaciones presentes y futuras de Colombia se verán privadas del acceso al agua, algo que ya afecta a ciudades de la región como pma en Perú y Sao Paulo en Brasil.
Héctor Herrera Santoyo
Héctor Herrera Santoyo es licenciado en Derecho por la Universidad de los Andes, en Colombia, donde cursó estudios paralelos de Antropología y fue parte del programa Justicia Global y Derechos Humanos. Actualmente trabaja con AIDA coordinando la Red por la Justicia Ambiental en Colombia.