Por Tania Paz, asistente general de AIDA, @TaniaNinoshka
La región de América Latina y el Caribe cuenta con poco más de 2,000 millones de hectáreas de superficie terrestre, 15% de la superficie terrestre del planeta. Sin embargo, posee la mayor persidad de especies y ecorregiones del mundo. Tiene alrededor de un tercio de la dotación mundial de recursos hídricos renovables y América del Sur dispone de cerca del 30% de la escorrentía (circulación libre de agua sobre la superficie en una cuenca de drenaje) total mundial (CEPAL, 2002). Aun así, existen muchos ecosistemas que no conocemos a pesar de su enorme importancia para el ambiente y la humanidad como son los manglares, glaciares y páramos.
Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biopersidad (CONABIO) de México, los manglares son formaciones vegetales en las que predominan distintas especies conocidas como mangle: un árbol o arbusto con ramas descendentes que llegan al suelo y arraigan en éste. Tienen la particularidad de ser plantas resistentes a la salinidad del agua y se desarrollan en las planicies costeras de los trópicos húmedos, cerca de las desembocaduras de ríos y arroyos, o alrededor de esteros y lagunas costeras. Son la transición entre los ecosistemas terrestres y los ecosistemas marinos.
Los manglares son una barrera natural de protección que contiene la erosión de vientos y mareas; prestan servicios ambientales persos al filtrar el agua y permitir el abastecimiento de mantos freáticos (agua subterránea); capturan gases de efecto invernadero y actúan como sumideros de bióxido de carbono que ayudan a amortiguar los efectos del cambio climático.
Entre las principales amenazas para los manglares están las relacionadas con el desarrollo urbano, industrial, turístico y agropecuario, mismo que compite por el suelo donde se asientan estos frágiles entornos e implica actividades que generan gran contaminación.
Consulte el caso de Marismas Nacionales y la Laguna Huizache-Caimanero, humedales que resguardan el 10% de los manglares más importantes de México y 60 especies en peligro de extinción, y que están bajo la amenaza de un proyecto turístico.
Los páramos son ecosistemas de alta montaña que van desde 2,500 hasta 3,600 m. s. n. m., con gran humedad y viento seco. Son considerados fábricas de agua porque son esenciales para su generación. Contribuyen además a la regulación climática gracias a su capacidad de absorber gas carbónico. Colombia posee la mayor superficie de páramos en el mundo con el 98% de las especies vegetales de páramo. Estos ecosistemas también albergan persidad de flora y fauna. Entre sus habitantes están el oso de anteojos y el cóndor de los Andes, el ave voladora más grande del mundo.
Los páramos poseen metales preciosos, por lo que son amenazados por actividades mineras que se desarrollan o pretenden desarrollarse en ellos. En Colombia, por ejemplo, el Páramo de Santurbán está en la mira de un proyecto minero que pondría en riesgo la fuente de agua dulce de millones de colombianos. AIDA emprende una campaña para exigir la adecuada delimitación de Santurbán y así evitar que allí se instale la minería, actividad prohibida en páramos.
Los glaciares son grandes masas de nieve, hielo cristalizado y pedazos de rocas que se acumulan en grandes cantidades. Estas formaciones pueden fluir cuesta abajo o a lo ancho debido a su propio peso hasta desembocar en sistemas hídricos. Pueden derretirse, evaporarse o dar paso a la formación de icebergs. En Latinoamérica, el 70% de los glaciares tropicales del mundo se ubica en las elevadas cumbres de la Cordillera de los Andes de Perú, Bolivia y Ecuador (OLCA, 2013).
Los glaciares regulan el suministro de agua mediante la escorrentía durante los períodos secos y más calurosos, así como el almacenamiento de agua en forma de hielo durante los períodos húmedos y fríos. En Ecuador, la ciudad de Quito obtiene 50% del agua de la cuenca hidrográfica de glaciares y en Bolivia, la ciudad de La Paz, el 30%.
El deshielo, producto de los efectos del cambio climático, es la principal amenaza para los glaciares. Desde 1970, los glaciares andinos han perdido 20% de su volumen, de acuerdo con un informe del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Perú (SENAMHI).
Vea el documental La Era del Deshielo de Señal Colombia. Fuente: YouTube
Esto pone en riesgo la producción de agua para los países andinos. En Perú, por ejemplo, el volumen de la superficie de glaciares que se ha perdido equivale a 7,000 millones de metros cúbicos de agua, cantidad que representa alrededor de 10 años de abastecimiento de agua para la ciudad de Lima. En caso de derretirse los glaciares, el agua que contienen podría incrementar el nivel del mar en alrededor de 66 metros y provocar efectos catastróficos en ciudades costeras (OLCA; 2013).
Como vemos, América Latina es una región totalmente rica en biopersidad que juega un papel importante en el mundo y en la continuidad de la especie humana. La belleza y riqueza del continente quedan expresadas en la letra de América, canción de Nino Bravo: “Cuando Dios hizo el Edén, pensó en América”. ¡Defendamos y preservemos nuestro Edén!