¡LEE el Manifiesto de la Sociedad Civil para el Apoyo de Soluciones Climáticas Reales!
La construcción y operación de grandes represas genera emisiones de CO2 y, especialmente en zonas tropicales, emisiones de metano provenientes de las grandes cantidades de material orgánico en descomposición retenido en los estanques inundados. El metano es un gas de efecto invernadero entre 20 y 40 veces más potente que el CO2.
Las represas no son lo suficientemente flexibles para soportar el cambio climático. Por el contrario, son ineficientes ante sequías e inseguras frente a inundaciones, lo cual agrava el riesgo de desastres. Más aún, amenazan sistemas hidrológicos completos, y destruyen ecosistemas clave y pesquerías, comprometiendo así la posibilidad de las comunidades de adaptarse al cambio climático.
Los datos demuestran que el costo de la mayoría de las represas construidas ha sido 96% mayor de lo presupuestado inicialmente. Este gasto ha sido relacionado con el aumento de la deuda pública y con las crisis económicas en varios países.
La construcción de grandes represas toma aproximadamente 8.6 años, y se requiere de un tiempo adicional para que empiecen a opera.Expertos han documentado que ocho de cada diez represas exceden su tiempo estimado de construcción en más de 44%. Su vida útil es en promedio de apenas 50 años. Las represas no son una solución eficiente a las urgentes demandas de energía.
Las grandes represas causan daños ambientales en ríos, cuencas hidrográficas y ecosistemas aledaños. Estos daños incluyen el empeoramiento de la calidad del agua en los ríos, la degradación de ecosistemas acuáticos, la desaparición de muchos ecosistemas ribereños; y daños serios a la biopersidad que incluyen la extinción de especies.
Los derechos humanos de las personas afectadas por grandes represas han sido sistemáticamente ignorados. Las grandes represas han llevado a desplazamientos forzados, problemas de salud, pérdida de fuentes de alimentación y formas de vida tradicionales, empobrecimiento de comunidades y criminalización de la protesta social. Los procesos de autorización son generalmente defectuosos: los permisos son otorgados sin evaluaciones de impacto ambiental y social integrales, y sin mecanismos adecuados de participación y consulta pública, incluyendo procesos de consentimiento libre, previo e informado.
¡Juntos con 200 organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, pedimos que los tomadores de decisiones a nivel nacional e internacional pongan fin a los incentivos financieros para grandes represas y que dejen de promover su construcción! LEE LA CARTA (también disponible en PORTUGUÉS) que enviamos a representantes nacionales, líderes de la CMNUCC, bancos internacionales de desarollo, y miembros del Fondo Verde Climático.