En marzo de 2009, gracias al trabajo legal de AIDA y de una coalición de organizaciones internacionales, la prohibición de la pesca comercial con redes de cerco fue restablecida en el Parque Nacional Coiba de Panamá.
El parque de 270 mil hectáreas fue declarado Área Marina Protegida el 2004 debido a su rica vida marina, la cual incluye vegetación y arrecifes de coral únicos del Pacífico panameño. El parque es también zona de anidación para al menos tres especies de tortugas marinas en peligro de extinción. En reconocimiento a su gran valor, la Unesco declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad al Parque Nacional Coiba en 2005.
Sin embargo, en 2008, la Asamblea Nacional de Panamá abrió el área protegida a la pesca comercial de atún con redes de cerco. Estas redes probablemente habrían dañado a una variedad de especies marinas sensibles que buscan refugio en el sitio —incluyendo delfines, peces de pico, ballenas, y tortugas marinas—, las cuales habrían sido asesinadas por la captura incidental.
Una coalición de organizaciones locales e internacionales que incluyó a AIDA, llamó la atención del gobierno y del público sobre los daños potenciales de la pesca. En respuesta a la presión, la Asamblea Nacional restableció la prohibición legal al uso de redes de cerco, un triunfo importante para la conservación del parque.