Ante la crisis sanitaria mundial resultante del COVID-19, los informes buscan llamar la atención de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y de la Comisión Interamericana de Defechos humanos acerca de la vulnerabilidad de los pueblos indígenas de Brasil y de Colombia frente a la pandemia.
En los informes se destaca que más allá de la baja inmunidad de esos pueblos, hay muchas prácticas de los Estados que los están poniendo en un riesgo aún mayor.
Aunque en contextos normales el derecho a la salud de los pueblos indígenas ya está en peligro, su vulnerabilidad se agrava en situaciones excepcionales, como los desastres. Debido a su gravedad, los efectos de una pandemia mundial deberían ser comparables al nivel del desorden social resultante de un desastre. Así pues, ante la actual pandemia del COVID-19, el acceso a los servicios de salud de muchas comunidades indígenas se ve dificultado aún más por el hacinamiento de los puestos de atención de salud y la restricción en el uso del transporte y las carreteras. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, "los procesos pandémicos producen impactos desproporcionados en las poblaciones con mayores dificultades de acceso a las instalaciones y tecnologías de atención de salud dentro de los países, como los pueblos indígenas". La CIDH "recordó a los Estados su deber de brindar protección especial a los pueblos indígenas y la importancia de proporcionarles información clara sobre la pandemia en su idioma tradicional, siempre que sea posible". Además, la CIDH hizo un llamado especial a los Estados "para que observen el máximo respeto al no contacto con los pueblos indígenas o segmentos de pueblos indígenas en aislamiento voluntario, dados los graves efectos que la infección por COVID-19 podría tener en su supervivencia".
Los indígenas brasileños están aún más expuestos al COVID-19 debido a problemas estructurales en los servicios de salud en Brasil. El desmantelamiento de la Secretaría Especial de Salud Indígena, responsable de la atención de más de 765.000 indígenas en el país, ha sido denunciado desde el año pasado por entidades indígenas. Es probable que el debilitamiento de las instituciones indígenas tenga un impacto dramático en esas poblaciones durante la pandemia.
Y conforme a la información disponible del Sistema de Monitorio Territorial de La Organización NacionalIndígena de Colombia (ONIC),el 67% de los territorios indígena que reportaron información no cuenta con personal de salud, el 73% no ha recibido ningún tipo de capacitación sobre la pandemia. Ninguna comunidad reportó tener elementos de bioseguridad para el plan de contención y el 90% no cuenta con agua potable. En relación con la disponibilidad de alimentos de las comunidades indígenas para enfrentar la etapa de aislamiento, se reporta que solo el 30% de los 205 comunidades que propiciaron información, manifestaron contar con alimentos propios; el 79% de estos reportes, dan cuenta de no contar con reservas de alimento para el tiempo de aislamiento dentro de sus territorios.
informe para la ONU sobre Brasil (en inglés)
informe para la ONU sobre Colombia (en español)
informe para la CIDH sobre Brasil (en portugués)
informe para la CIDH sobre Colombia (en español)