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Preservando el legado de la Sierra Nevada de Santa Marta, corazón del mundo

Elevándose abruptamente desde las costas del Caribe colombiano, la Sierra Nevada de Santa Marta alcanza los 5.775 metros de altura en sus picos Bolívar y Colón. Es el sistema montañoso costero más alto del mundo y un sitio donde la sabiduría de la naturaleza y la indígena convergen.  

El macizo montañoso conforma un territorio único en el que existen todos los pisos térmicos y donde la variedad de ecosistemas, animales y plantas es exuberante. Allí el mar está muy cerca de montañas y de nevados cuyo deshielo forma ríos y lagunas.

Pueblos indígenas protegen y cuidan esta riqueza natural con la autoridad que heredaron de sus antepasados. Se trata de los pueblos Arhuaco, Kogi, Wiwa y Kankuamo. En su cosmovisión, el territorio es sagrado e implica la comunión entre seres humanos, animales, plantas, ríos, cerros y divinidades ancestrales.

Pero su opinión no ha sido tomada en cuenta para el desarrollo de proyectos en la zona. Actualmente la existencia de la Sierra Nevada de Santa Marta está gravemente amenazada por 251 concesiones mineras, proyectos de hidroeléctricas, ganadería, urbanizaciones extensivas y obras de infraestructura.

Muchas de las concesiones fueron otorgadas sin procesos de consulta previa a los pueblos indígenas, lo que constituye una vulneración masiva, persistente y generalizada a sus derechos.

La minería —al implicar la contaminación y sedimentación de caudales— pone en riesgo la fuente de agua de los departamentos de Magdalena, César y Guajira, que se abastecen de los más de 30 ríos que nacen en la Sierra.

Todo ello ha hecho que este paraíso natural esté borde del no retorno, al igual que la vida tradicional de los pueblos indígenas, que depende enteramente de su territorio, de su espacio de sitios sagrados.

La Sierra alberga al parque arqueológico Ciudad Perdida, conocida como Teyuna, cuna de la civilización Tayrona y —según la tradición— origen de la naturaleza y corazón del mundo.

Los cuatro pueblos guardianes de la Sierra no están dispuestos a permitir que este legado natural y cultural desaparezca.

 


Buenas noticias al cerrar el 2012: ¡Menos azufre, más aire limpio!

Por Gladys Martínez, asesora legal de AIDA Trabajar en AIDA ha significado una búsqueda constante de la defensa del ambiente, no sólo desde escritorio, mediante llamadas y reuniones. Pero también en mi vida privada: reciclar al limpiar (lavar y guardar tarros, botellas, latas, etc. hasta que llegue el día de recolección); cerrar la llave de la ducha aunque el agua esté deliciosa; utilizar la lavadora sólo en horarios de tarifa reducida; no poner el aire acondicionado en casa aunque en los calores de Semana Santa nos derritamos como helados bajo el sol... Sin embargo, y desde los últimos años, tengo todavía un cargo de conciencia: una preocupación grande cada vez que debo manejar a la ciudad; no me refiero a una gran urbe como Bogotá, México D.F. o Lima, sino a San José, la capital Costa Rica.  Me veo obligada a conducir ya que nuestro sistema de transporte público está apenas en desarrollo y vivo a 45 minutos de casi todos los sitios de reuniones.  ¡Pero la situación promete ser otra!  A partir de enero de 2013 los costarricenses podrán respirar un poco mejor, pues el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) anunció que a partir de entonces, la cantidad de azufre en la gasolina y el diesel se reducirá en un 70%.  Actualmente, los combustibles utilizados en el país tienen 50 partes por millón de azufre, pero la nueva disposición del Gobierno obligará a los distribuidores a dar productos con apenas 15 partes por millón. Esta decisión apunta a ubicar a Costa Rica como el país centroamericano con combustibles más limpios y a la altura de la normativa más avanzada de países europeos. Abajo se puede ver un gráfico ilustrativo con los niveles de azufre (partes por millón) en el diesel en algunos países del continente, comparados con la Unión Europea y Estados Unidos.  ¿Qué repercusiones positivas traerá esto? El azufre está relacionado con efectos nocivos en la salud de las personas como dificultad para respirar, irritación ocular por formación de ácido sulfuroso e inflamación de las vías respiratorias, edema pulmonar, alteraciones psíquicas, problemas de asma y bronquitis crónica. Al combatir las consecuencias negativas de la elevada presencia de azufre en los combustibles, la medida gubernamental beneficiará sobre todo a quienes son más vulnerables a estos males: niños, mujeres gestantes y ancianos. Por otro lado, la disminución de los niveles de azufre ayudará al mejor rendimiento de los automotores, pues entre más “limpio” sea el combustible, mejor funcionará la computadora del motor. Más avances en la UE El pleno del Parlamento y el Consejo de la Unión Europea acaban de aprobar una disminución del 3.5% al 0.5% —entre 2012 y 2020— en el contenido de azufre de los combustibles utilizados por los buques en aguas europeas. Esto debido a que la contaminación ambiental que estas emisiones provocan deriva en 50 mil muertes cada año.

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Filipinas destaca en las negociaciones de la COP18

Por Andrea Rodríguez (en Doha, @arodriguezosuna) y Florencia Ortúzar, asesoras legales de AIDA Filipinas ha llegado a ocupar un sitial importante en las negociaciones de la COP18. AIDA participó de una reunión entre la delegación de ese país en Doha y miembros de la sociedad civil. En ella, Naverev M. Saño, Viceministro de Medio Ambiente de Filipinas, compartió sus impresiones sobre la Cumbre. La acertada participación filipina cobró relevancia por los lamentables hechos ocurridos a causa del tifón Bopha, que azotó la isla de Mindanao el pasado martes, ocasionando muertes y destrozando todo a su paso. Este desastre natural se suma a otros de su tipo que han estado acaeciendo con más frecuencia de lo normal y que se atribuyen, cada vez con menores dudas, a los efectos del cambio climático, al parecer fuera de control. Llama la atención la forma en que los delegados de Filipinas se manejan ante las negociaciones. Parecen tener una estrategia superior. Se muestran siempre activos, aportan opiniones relevantes cada vez que hay ocasión y han presentado ya múltiples peticiones. Pese a que no tienen mucho poder, su excelente maniobra y dinámica les han hecho brillar en el mar de posiciones y discursos que conforman la COP. Filipinas ha dicho que exigirá un segundo período para el Protocolo de Kyoto (PK) con las enmiendas necesarias para combatir efectivamente el problema del cambio climático (CC). Se debe garantizar el PK continúe y sin vacíos. El único instrumento vinculante respecto del CC a nivel mundial tiene sus días contados y, sin una prórroga o uno que le siga, todo lo avanzado podría colapsar. La excusa de que “no hay dinero” no es ya viable, expresaron los miembros de la delegación filipina. Hoy en día, ya se conocen las grandes sumas de dinero que se gastan en Afganistán para la guerra o en Grecia para rescatar bancos en crisis, recordaron. Por otro lado, Filipinas tiene claro que una de las razones que ha ensombrecido las negociaciones y su posibilidad de avanzar es la falta de participación de la sociedad civil y de los propios delegados. Los ministros se reúnen sólo con sus pares, llevan tres días de negociaciones y son asesorados por otros ministros, en lugar de tener contacto con delegados y representantes de la sociedad civil, lamentaron los filipinos. La actitud de la delegación de Filipinas se ha mostrado además ambiciosa, sin dar señal alguna de retroceso. No aceptarán nada a medias, pelearán para lograr algo concreto. Youngo, el grupo oficial de jóvenes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) manifestó su apoyo a Filipinas en una carta que terminó con una frase que ilustra el sentimiento de muchos ante la injusticia y las frustraciones que emanan de negociaciones que no avanzan: “Por ahora, estamos con Las Filipinas. Nos unimos a las millones de personas en todo el mundo que pagan por la ignorancia y la arrogancia de los países y las empresas de combustibles fósiles que ponen los intereses de las ganancias económicas por delante de las necesidades de las personas. No echaremos pie atrás. Solidariamente, YOUNGO” Ir a la página de CEMDA y AIDA sobre noticias y actividades de la COP18 en Doha

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COP18: Derechos humanos y cambio climático, un vínculo necesario

Por Andrea Rodríguez (en Doha, @arodriguezosuna) y Florencia Ortúzar, asesoras legales de AIDA El evento “El Avance de los Derechos Humanos en el Marco Climático: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?”, que AIDA co-auspició, sirvió para poner al día a los asistentes sobre el camino recorrido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en cuanto al reconocimiento de la obligación de proteger los derechos humanos. Organizado por CIEL (Centro Internacional de Derecho Ambiental) y la Universidad de Lapland, el evento buscaba explorar nuevas oportunidades para avanzar en la protección de los derechos humanos dentro de los procesos y mecanismos actuales y los de reciente creación como el Fondo Verde Climático (FVC) y el mecanismo de pérdidas y daños.   El resultado fue muy interesante. Diferentes panelistas ilustraron de manera emotiva la situación desesperada que viven las pequeñas naciones islas, que ven cómo el mundo avanza hacia un aumento global de temperatura, haciendo cada vez más inevitable la desaparición de sus tierras y cultura. Entre los casos que se compartieron está el del pequeño Estado de Kiribati, compuesto por varios atolones de coral. Estas islas son muy vulnerables a las subidas de la marea, los días allí son cada vez más calurosos y las lluvias más intensas. Las sequías también se han intensificado y han provocando estragos como la muerte de árboles. Además, a causa del cambio climático, el agua subterránea en Kiribati está contaminada, situación que amenaza la provisión de agua potable y la seguridad alimentaria de sus habitantes. Es terrible ver cómo la gente que permanece en la isla, aferrada a su cultura, trabaja cada vez más duro para sobrevivir, sin lograr mejorar una realidad que ya escapa a sus manos.  La situación es similar en las islas de Maina y Melont Tuvalu. Se trata de ocho pequeñas islas que en total suman 26 kilómetros cuadrados. En el lugar se generan vientos cada vez más fuertes, así como intensas mareas que provocan mucha destrucción. El cambio climático ha contaminado, como en el caso anterior, las aguas subterráneas y las mareas altas están forzando migraciones, re-localizaciones y el surgimiento de los llamados “refugiados del cambio climático”. Los problemas descritos sólo pueden derivar en conflictos aún peores: cuestiones de soberanía, pérdidas de lengua, identidad y cultura. Al quedarse sin territorio, las poblaciones afectadas por el cambio climático pierden el espacio donde plasmar sus modos de vida. El derecho a permanecer en sus tierras de origen es un derecho establecido por las Naciones Unidas. ¡Estas naciones tienen el derecho de vivir para siempre! En este sentido, el mensaje concreto del evento fue que, mientras los países desarrollados temen a lo sumo un aumento en el precio de las energías; la suerte que les espera a los países en desarrollo podría ser apocalíptica. Para los primeros, el cambio climático es acerca de ponerle un precio al carbono. Para los segundos, se refiere a algo más fundamental: la existencia misma, los derechos humanos (a la tierra, al aire, etc.), la pérdida de cultura, la sobrevivencia, la posibilidad de perder sus raíces y el lugar que reconocen como hogar. El tema merece una profunda reflexión en torno a la necesidad de incluir los derechos humanos en la discusión sobre el cambio climático. Se deben integrar los ecosistemas a los modos de vida. Debe avanzarse hacia el respeto de la sabiduría tradicional y el reconocimiento de la importancia de la participación total y efectiva de las comunidades y de su consentimiento libre, previo e informado. Las salvaguardas son la herramienta para resguardar los derechos humanos. Pero, ¿qué hemos conseguido hasta ahora? Al menos se han considerado los derechos indígenas en textos, pero esto no es suficiente. Está pendiente aún la tarea de integrar los derechos humanos a las salvaguardas del régimen global del cambio climático. Quizás podría establecerse un mecanismo de quejas bajo la CMNUCC que esté alineado con los compromisos internacionales. Ir a la página de CEMDA y AIDA sobre noticias y actividades de la COP18 en Doha

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