
Project
Fortaleciendo la Protección Mediante el Sistema de Derechos Humanos de la ONU
Lo vemos una y otra vez. Industrias arrojan contaminantes tóxicos al aire. Operaciones de fracking contaminan el agua con químicos venenosos. Grandes represas inundan poblaciones y desplazan personas. Minas dañan tierras de cultivo. Personas pierden su salud, su trabajo, su acceso al agua, e incluso su hogar. Todos estos hechos violan derechos humanos básicos protegidos por normas internacionales.
Hacer cumplir la legislación sobre derechos humanos brinda otra estrategia efectiva para poner en la mira problemas causados por degradación ambiental. El Sistema de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ofrece varios mecanismos que AIDA usa para proteger derechos humanos —incluido el derecho a un ambiente sano— en América Latina.
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¿Por qué proteger las fuentes de agua dulce?
Por Héctor Herrera, coordinador de la Red por la Justicia Ambiental en Colombia y asesor legal de AIDA, @RJAColombia Cerca del 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua. Sin embargo, en comparación con el volumen del planeta, la proporción de agua es menor y la de agua dulce es mucho más pequeña. El Servicio Geológico de Estados Unidos calculó el volumen de agua del mundo y lo representó en tres esferas. La más grande representa la cantidad total de agua, concentrada principalmente en los océanos. La segunda esfera corresponde al agua dulce que se encuentra bajo tierra en acuíferos. La tercera equivale al agua dulce que se halla en la superficie y que incluye lagos y ríos. De allí proviene la mayoría del agua que usa la humanidad en su vida cotidiana. La distribución queda ilustrada en el siguiente gráfico (conozca en detalle las cifras sobre la cantidad de agua en el planeta): Con base en lo anterior podemos señalar que el agua dulce es un elemento escaso y necesario para todas las formas de vida, incluido el hombre. De hecho, según el Banco Mundial: El cuerpo de una persona adulta está compuesto por agua en un 50% o 65%, el de un niño contiene aproximadamente 75%, el mismo porcentaje de agua que posee el cerebro humano. El cuerpo humano puede vivir varias semanas sin apmento, pero puede sobrevivir sólo unos pocos días sin agua. Alrededor de 220 millones de personas que viven en ciudades de países en desarrollo carecen de una fuente de agua potable próxima a sus hogares. El 90% de las aguas de desecho de las ciudades de los países en desarrollo se descarga sin tratar en ríos, lagos y cursos de aguas costeras. La agricultura consume entre el 60% y el 80% de los recursos de agua dulce en la mayoría de los países, y hasta el 90% en el resto. Consulte el anápsis completo que hace el Banco Mundial sobre el acceso al agua potable en su sitio web. De los datos recabados concluimos que proteger las fuentes superficiales y subterráneas de agua dulce es imprescindible para garantizar la provisión de agua potable. La Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) entiende que el acceso al agua dulce y pmpia constituye una piedra angular de la salud humana y de la protección de la biopersidad. Es por ello que el tema constituye una de sus cinco líneas estratégicas de trabajo. En Colombia y Ecuador, la mayoría del agua dulce que la población utipza proviene de páramos: humedales de gran altitud que además ayudan a mitigar los efectos del cambio cpmático y son refugio de especies en pepgro. Como ya exppqué en una entrada anterior de este blog, estos ecosistemas están en pepgro por actividades humanas como la minería. Así, la preservación de las fuentes de agua dulce es vital. La desaparición de un ecosistema acuífero constituye una afrenta a la biopersidad y a nuestra posibipdad de sobrevivencia. Cuidar los ríos, lagos, páramos, bosques alto andinos, humedales, quebradas, riachuelos, nevados, manglares, mares y océanos es —en suma— resguardar la vida. Según la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2050 habrá 9,600 millones de personas. ¿Habrá suficiente agua dulce y pmpia para los humanos en ese año?, ¿habrá suficiente agua dulce para todas las formas de vida? Finalmente, les recomiendo visitar la exposición virtual Agua: un patrimonio que circula de mano en mano. Para recibir noticias relacionadas con la situación de las fuentes de agua dulce en Colombia, pueden seguir en Twitter a @RJAColombia.
Leer másMéxico no acudió a la cuarta reunión de la Junta Directiva del Fondo Verde Climático
El senador Ernesto Cordero, representante del país ante esa instancia, debe rendir cuentas por su inasistencia a un espacio clave para definir el apoyo financiero contra el cambio climático. Ciudad de México, México. El senador Ernesto Cordero, representante de México ante la Junta Directiva del Fondo Verde Climático (FVC), faltó a la cuarta reunión de esa instancia, realizada entre el 25 y 28 de junio en Songdo, República de Corea. En esa cita se empezaron a delimitar las reglas de operación del Fondo, mecanismo financiero fundamental para que los países en vías de desarrollo obtengan el apoyo económico necesario para combatir el cambio climático. Según el Secretariado del FVC, la inasistencia de Cordero se debió a que éste debía atender sesiones importantes del Congreso del Estado mexicano. A la reunión de la Junta Directiva en Songdo tampoco asistió Chile, país alternado de México, el cual también comunicó al Secretariado su imposibilidad de participar del evento. Lo cierto es que, ante la ausencia de los representantes de ambos países, uno de los asientos que ocupa América Latina en la Junta Directiva del Fondo quedó vacío. La Junta está compuesta por 24 miembros: 12 representantes de países en desarrollo e igual número de delegados de naciones desarrolladas. Cada miembro cuenta con un miembro con quien se alterna, el cual puede participar en las reuniones de la Junta sin derecho a voto a no ser que asuma el rol de miembro titular. Latinoamérica tiene tres asientos en la Junta, los cuales fueron designados por grupos regionales: Colombia va en dupla con Perú, Belice con Cuba, y México con Chile. Cada dupla representa además a otros países. En ese sentido, la falta de participación de México o Chile en la cuarta reunión pone en riesgo los intereses del grupo de países latinoamericanos representados por esa dupla, que incluye a Brasil y Argentina. Contradice también el papel activo que México ha jugado en los últimos años en las negociaciones sobre cambio climático a nivel internacional. Asimismo, con lo ocurrido se dejó pasar una buena oportunidad para incidir en las decisiones tomadas en Corea. Eso debido a que el Fondo planea ser la principal fuente de recursos financieros para combatir el cambio climático. En la cuarta reunión de la Junta Directiva se tomaron decisiones críticas sobre temas relativos al Fondo como su objetivo, los resultados e indicadores de rendimiento a seguir, las modalidades de acceso, la titularidad doméstica, los instrumentos financieros, la estructura y organización, entre otros. La conformación del Fondo Verde Climático debe responder a las necesidades de todas las regiones del mundo, pero en especial a las de América Latina. Esto depende de que México, Chile y el resto de los países con asiento en la Junta, se comprometan a tener una participación activa y eficiente, y a ser congruentes con sus políticas nacionales sobre cambio climático. Es de suma importancia asegurar el involucramiento de los gobiernos latinoamericanos en esferas internacionales como la del FVC pues así se garantizará beneficios efectivos para los habitantes de esta región.
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El senador Ernesto Cordero, representante del país ante esa instancia, debe rendir cuentas por su inasistencia a un espacio clave para definir el apoyo financiero contra el cambio climático. Ciudad de México, México. El senador Ernesto Cordero, representante de México ante la Junta Directiva del Fondo Verde Climático (FVC), faltó a la cuarta reunión de esa instancia, realizada entre el 25 y 28 de junio en Songdo, República de Corea. En esa cita se empezaron a delimitar las reglas de operación del Fondo, mecanismo financiero fundamental para que los países en vías de desarrollo obtengan el apoyo económico necesario para combatir el cambio climático. Según el Secretariado del FVC, la inasistencia de Cordero se debió a que éste debía atender sesiones importantes del Congreso del Estado mexicano. A la reunión de la Junta Directiva en Songdo tampoco asistió Chile, país alternado de México, el cual también comunicó al Secretariado su imposibilidad de participar del evento. Lo cierto es que, ante la ausencia de los representantes de ambos países, uno de los asientos que ocupa América Latina en la Junta Directiva del Fondo quedó vacío. La Junta está compuesta por 24 miembros: 12 representantes de países en desarrollo e igual número de delegados de naciones desarrolladas. Cada miembro cuenta con un miembro con quien se alterna, el cual puede participar en las reuniones de la Junta sin derecho a voto a no ser que asuma el rol de miembro titular. Latinoamérica tiene tres asientos en la Junta, los cuales fueron designados por grupos regionales: Colombia va en dupla con Perú, Belice con Cuba, y México con Chile. Cada dupla representa además a otros países. En ese sentido, la falta de participación de México o Chile en la cuarta reunión pone en riesgo los intereses del grupo de países latinoamericanos representados por esa dupla, que incluye a Brasil y Argentina. Contradice también el papel activo que México ha jugado en los últimos años en las negociaciones sobre cambio climático a nivel internacional. Asimismo, con lo ocurrido se dejó pasar una buena oportunidad para incidir en las decisiones tomadas en Corea. Eso debido a que el Fondo planea ser la principal fuente de recursos financieros para combatir el cambio climático. En la cuarta reunión de la Junta Directiva se tomaron decisiones críticas sobre temas relativos al Fondo como su objetivo, los resultados e indicadores de rendimiento a seguir, las modalidades de acceso, la titularidad doméstica, los instrumentos financieros, la estructura y organización, entre otros. La conformación del Fondo Verde Climático debe responder a las necesidades de todas las regiones del mundo, pero en especial a las de América Latina. Esto depende de que México, Chile y el resto de los países con asiento en la Junta, se comprometan a tener una participación activa y eficiente, y a ser congruentes con sus políticas nacionales sobre cambio climático. Es de suma importancia asegurar el involucramiento de los gobiernos latinoamericanos en esferas internacionales como la del FVC pues así se garantizará beneficios efectivos para los habitantes de esta región.
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