Océanos


family weekend

Conservando la parte del mar que es de todos

En Semana Santa visité con mi familia el Parque Nacional Marino Las Baulas en Guanacaste, Costa Rica. Un guardaparques preparado y comprometido nos habló de las amenazas que las tortugas marinas enfrentan cuando desovan en la costa, y de la importancia de cuidar las playas y evitar desarrollos inadecuadamente implementados. Pero lo que más llamó la atención fue la curiosidad de mis dos hijos, de cinco y tres años de edad, al saber lo mucho que las tortugas debían nadar para poner sus huevos. “Si se pierden, ¿las tortuguitas ya no nacen?”, preguntaron. Para muchos la respuesta a esa interrogante es un misterio y de ahí viene la importancia de proteger la vida en alta mar, en aquellas aguas internacionales que no pertenecen a ningún país y que son, por tanto, un bien común global. Lo que sucede en alta mar, más allá de lo que podemos ver y cuidar desde la costa, es lo que mueve a las más de 33 organizaciones no gubernamentales y a las más de 193 delegaciones en Naciones Unidas que están reunidas en Nueva York para trabajar, durante dos semanas, en la construcción de un acuerdo legalmente vinculante para conservar la vida marina en las áreas que están fuera de cualquier jurisdicción nacional. El acuerdo será implementado bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). AIDA es la única ONG de América Latina que está presente en la Primera Sesión del Comité Preparatorio que busca crear el nuevo acuerdo en el plazo de dos años. Como parte de la High Seas Alliance (HSA) y gracias al apoyo de The Pew Charitable Trusts, estamos trabajando para llevar la voz de la sociedad civil latinoamericana a las negociaciones.  Junto con las otras organizaciones que integran la HSA, estamos abogando para que el nuevo tratado cumpla los siguientes principios: Protección y preservación del medio marino de alta mar, incluyendo el cuerpo de agua. Cooperación entre Estados para conservar los recursos vivos de alta mar. Utilización de la mejor información científica disponible para la toma de decisiones. Buena administración de los recursos de alta mar, garantizándolos para las presentes y futuras generaciones.   Implementación del principio de precaución según el cual la ausencia de información no puede constituir una excusa para no proteger los ecosistemas de alta mar. Gestión basada en una planificación a gran escala que tome en cuenta la interrelación de la biodiversidad marina. Sostenibilidad y equidad en referencia a la posibilidad de utilizar los recursos para cubrir las necesidad de las generaciones presentes, respetando las necesidades de las generaciones futura. Deberá prestarse especial atención a los intereses y beneficios para los países en desarrollo. Buena gobernanza (transparencia, participación pública y acceso a procedimientos de revisión y recursos)
. “Quien contamina, paga”, lo que implica que los Estados que causen contaminación deben asumir su responsabilidad. Cumplimiento y respeto de los compromisos adquiridos bajo la CONVEMAR. Adicionalmente, consideramos de vital importancia que los Estados incluyan la creación de áreas marinas protegidas fuera de las jurisdicciones nacionales para garantizar la conservación y preservación de la biodiversidad marina. Desde AIDA vemos con mucha ilusión y esperanza el compromiso de los Estados durante este primer tramo del largo camino a recorrer. Sabemos que tras estos dos años de negociaciones veremos surgir con éxito un tratado que proteja la biodiversidad marina que pertenece a todos, aquella que es albergada en la mayor porción de nuestros mares. ¡Apóyanos para seguir trabajando hacia esa meta!

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Herramientas para la Pesca Sostenible

Nuestro océano están colapsando en todo el sentido de la palabra. En los últimos 100 años, hemos sobreexplotado y contaminado los tan preciados y productivos ecosistemas marinos y costeros que tenemos a nuestro alcance. Ahora, el cambio climático está generando su propio conjunto de problemas marinos. Sin embargo, existen historias esperanzadoras y exitosas que nos sugieren que podemos dar un giro al problema si actuamos a tiempo. AIDA se ha comprometido a convertir la pesca sostenible en una realidad, así como a contribuir a restaurar y proteger las costas marinas del continente americano. Para cumplir este compromiso, necesitamos apoyar el fortalecimiento de los gobiernos y de las leyes y reglamentos que protegen la biodiversidad marina y costera. Herramientas para la Pesca Sostenible, una publicación de AIDA, proporciona un guía del camino a seguir para hacerle frente a este reto. La guía explica los muchos problemas que existen en nuestros mares y provee herramientas específicas en materia legal, científica y económica para un manejo más sostenible de nuestros recursos marinos y costeros. Los funcionarios de gobierno y los legisladores pueden emplear esta información para desarrollar, mejorar y hacer más efectivas las leyes y reglamentos nacionales sobre biodiversidad marina. Lee el Resumen Ejecutivo Capítulo 1. El mar y las pesquerías: Hacia un desarrollo ambientalmente amigable El primer capítulo de esta publicación analiza la situación actual de los mares a través del estudio de las causas que provocan el agotamiento de las pesquerías. Entre las principales se encuentran la pesca excesiva, la falta de reglamentación y el abuso de la tecnología. Continúa con un recorrido por los distintos instrumentos legales internacionales vigentes que establecen obligaciones de los Estados para la protección y conservación de los mares y de su biodiversidad.  Se concluye que las medidas preventivas y de control actuales no han sido suficientes para disminuir la afectación de estos recursos. El avance en el deterioro de las pesquerías es tan rápido que es posible que ocurran nuevos colapsos de pesquerías comerciales en varias regiones del mundo. Por tanto, queda en manos de los tomadores de decisiones, los consumidores y los mismos pescadores implementar medidas más eficientes (presentadas en los siguientes capítulos) para evitar que se repitan situaciones tan graves como los ejemplos que se desarrollan en este capítulo inicial. Capítulo 2. Ordenamiento pesquero  En el capítulo se aborda el tema de los ordenamientos pesqueros, cuya existencia en la mayoría de los países es una herramienta importante para controlar las actividades pesqueras, aunque no constituye la única respuesta al declive de las pesquerías. Tras definir el término, se habla de las medidas de ordenación y de su clasificación: técnicas, controles de insumo o esfuerzo y de producto o captura.  A continuación, se menciona los planes de ordenación como aquellos que reúnen en un solo instrumento los elementos mencionados anteriormente. Se toca además el contenido de dichos planes, el procedimiento para su diseño y algunos aspectos destacados del mismo. Este capítulo también hace mención a la necesidad de contar con registros actualizados periódicamente de los permisos de pesca otorgados como requisito para un manejo sostenible. Concluye que la apremiante situación de las pesquerías debe obligar a los Estados a ordenarlas para garantizar su recuperación y disponibilidad para las generaciones futuras. Capítulo 3. Control del esfuerzo pesquero Este capítulo describe y analiza de manera puntual los distintos instrumentos regulatorios que se usan para controlar el esfuerzo pesquero en distintas partes del mundo. Éstos incluyen programas para reducir licencias vigentes de barcos, programas para decomisar barcos, programas de reentrenamiento de pescadores, y programas de reducción del tiempo de lance. Asimismo, plantea las medidas que se deben tomar en cuenta para que estos programas cumplan con sus objetivos. De igual manera, incluye ejemplos de programas específicos diseñados e implementados en otros países para que sean de utilidad a quienes estén interesados en el diseño de cualquier programa. Capítulo 4. Control de capturas pesqueras Aquí se estudian las medidas que se implementan para ejercer control sobre las capturas pesqueras. Entre ellas están las llamadas “tradicionales” que incluyen las licencias y tarifas para las actividades pesqueras, la determinación de cuotas máximas de captura, el establecimiento de temporadas de pesca para especies determinadas (vedas); y el tamaño mínimo de los ejemplares de las especies comerciales, así como de las que se encuentran bajo protección o manejo especial. Estas herramientas han sido regularmente aplicadas en persos países para controlar las capturas, por ello se incluyen ejemplos de los casos en que se han implementado estos métodos como muestra de las múltiples opciones existentes. También se describen en este capítulo métodos “alternativos" que los Estados pueden implementar para controlar las capturas y lograr que las actividades pesqueras sean sostenibles. Dentro de estas opciones merecen particular atención los mecanismos de control de la pesca incidental, considerando su importancia en la conservación de las especies marinas; y las Cuotas Indiviuales de Pesca (CIP), que son el método más moderno de control de capturas. Capítulo 5. Control de la pesca incidental El presente capítulo analiza el fenómeno de la pesca incidental, responsable de gran parte del deterioro de la biodiversidad marina a nivel mundial. En razón de que la mayoría de los métodos de pesca modernos no discriminan entre las especies objetivo de las que no lo son, muchos recursos se pierden al ser capturados de manera incidental, incluyendo peces, mamíferos marinos y aves, entre otros. El capítulo comienza por describir las diferentes artes de pesca disponibles, haciendo referencia al peligro que cada una implica para la pesca incidental. Posteriormente, hace un recorrido por las diferentes medidas de protección existentes, incluyendo ejemplos de la forma en que diferentes países le han hecho frente al problema. Se explica finalmente que lo más recomendable es optar por una combinación de medidas que dé como resultado el mejor escenario posible. Capítulo 6. Ordenamiento marino costero Este capítulo analiza las herramientas de ordenamiento y manejo costero como una forma de protección efectiva de las zonas costeras y de los mares. Las zonas costeras son especialmente vulnerables a los conflictos de competencia por el uso y asignación de los recursos marino-costeros debido a la diversidad de actividades y ecosistemas que coexisten en ellas. Presenta además el Manejo Costero Integrado (MIC) como un proceso continuo y dinámico entre la comunidad, la ciencia y el Estado para implementar planes integrados de protección y desarrollo de los recursos costeros. Incluye ejemplos de MIC en Perú, Belice, México, Colombia, Costa Rica y la Unión Europea. El tema es complementado con la gestión basada en el ecosistema y ejemplos de gobernanza de los espacios y recursos marinos en Antártica y alta mar. El capítulo concluye que para lograr un ordenamiento efectivo y sostenible de nuestros mares se debe integrar los componentes biofísicos, sociales, económicos y de planificación con visión de largo plazo.  Capítulo 7. Figuras de protección del medio marino Este capítulo contiene la definición de Áreas Marinas Protegidas (AMP) y explica sus beneficios como herramienta de conservación. Menciona además las categorías de AMP conforme a los ecosistemas protegidos y a las clasificaciones de organismos internacionales como UNESCO y la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza. También se enumeran los problemas y soluciones que guardan relación con la delimitación del tamaño de las AMP; con las acciones de monitoreo, inspección y vigilancia; y con el financiamiento presente y futuro de estas áreas.  Como casos de estudio, se describe el tratamiento de las AMP en la legislación y política pública de México, Costa Rica y Brasil. El capítulo incluye medidas de protección de los recursos en alta mar mediante AMP transnacionales y finaliza abordando la diferencia entre áreas protegidas cerradas a la pesca y reservas pesqueras.  Capítulo 8. Monitoreo, control, vigilancia y sanciones En el capítulo se describen las acciones de monitoreo, control y vigilancia en diversos países. Se indica que las mismas son necesarias para verificar el cumplimiento de la normatividad y determinar la eficacia de ésta.  El monitoreo es importante para recolectar información de las pesquerías para la toma de decisiones. Adicionalmente, se aborda el tema de las sanciones. Es preciso contar con la legislación necesaria en materia administrativa y penal que permita sancionar y prevenir conductas que atenten contra la sostenibilidad de las pesquerías y la biodiversidad marina, se lee en el texto.  El capítulo enfatiza la necesidad de un trabajo coordinado entre los diferentes sistemas de gobierno y/o países para conseguir un mayor cumplimiento de la norma.   Capítulo 9. Instrumentos e incentivos económicos para la pesca responsable Aquí se analizan los principales instrumentos económicos para la pesca responsable, las cuales —aplicadas y diseñadas de manera eficiente— pueden promover la protección, restauración, preservación y aprovechamiento sostenible de los recursos marinos. Al estar inmersa en las dinámicas del mercado, la actividad pesquera es especialmente susceptible a la aplicación de instrumentos e incentivos económicos. El capítulo habla de  tres categorías de instrumentos económicos: de mercado (certificación de pesca y ecoetiquetado), fiscales (impuestos verdes, derechos y subsidios) y financieros (creación de fondos y préstamos). Para cada categoría, explica el concepto del instrumento y su aplicación práctica mediante ejemplos. La última sección del capítulo examina otros incentivos económicos como sanciones y multas que buscan promover conductas positivas en la población. El capítulo finaliza con una serie de recomendaciones para la efectiva aplicación de los instrumentos económicos. Entre ellas figura estudiar la realidad económica y social para establecer metas ambientales positivas, y aplicar estos instrumentos de manera conjunta con otras herramientas de políticas y vigilancia.  Capítulo 10. Acuicultura y maricultura En este capítulo, AIDA presenta un análisis sobre la acuicultura en la región americana: sus impactos, riesgos para la salud de las personas y métodos alternativos de la actividad. Todo ello se realiza incorporando ejemplos de distintos países de la región americana y del mundo como ilustración de lo que funciona y lo que no ha sido exitoso.  Brindamos información detallada sobre los impactos dañinos de la acuicultura sobre el medio marino, las poblaciones silvestres, la economía de pobladores locales y aún los riesgos en la salud pública. Hablamos también de los requisitos mínimos que existen para desarrollar esta actividad reduciendo impactos. Entre ellos mencionamos la adecuada zonificación de los proyectos y especies a cultivar, técnicas apropiadas de alimentación y eliminación de desechos y el monitoreo y vigilancia de los proyectos por parte de los Estados, entre otros.  Adicionalmente, explicamos técnicas novedosas como el policultivo, el cultivo en tierra firma y la certificación ecológica. Todas ellas están siendo investigadas como posibilidad alternas con menos impactos ambientales y humanos.  Capítulo 11. Aspectos socioeconómicos en la pesca responsable El presente capítulo se enfoca en los aspectos socio-ambientales del sector pesquero, el cual es crucial para una parte importante de la población mundial en términos de generación de empleo, seguridad alimentaria y potencial de superación de pobreza. Comienza analizando la situación actual en la que se encuentra el sector, advirtiendo la pobreza que le rodea y las duras condiciones laborales de las personas que trabajan en la pesca.   Se hace un llamado a hacerse cargo de esta grave situación mediante políticas pesqueras que impulsen un verdadero cambio. Así, se discuten diferentes alternativas de medidas, ejemplificadas con experiencias reales a lo largo del planeta, destacando su éxito o fracaso y extrayendo lecciones aprendidas.  Conclusión Lee el Resumen Ejecutivo Agradecimientos Agradecemos a todas las personas que de una u otra forma han contribuido a esta publicación con sus conocimientos y experiencia en el tema. Reconocemos en especial el apoyo de Rolando Castro, miembro de la Junta Directiva de AIDA; Sofía Cortina, Isabel Calle, Samantha Namnum, Gladys Martinez, Sandra Moguel, Florencia Ortúzar, María Giménez, Mónica Ribadeneira, John Kaltenstein y Phil Eager, Haydée Rodríguez, Víctor Quintanilla, Clarissa Castillo, Diego Alvarez, abogados y abogadas expertas en temas de conservación marina; y a todos los pasantes que nos han ayudado a que esto sea posible. Y gracias a Anna Cedestav y Astrid Puentes, Codirectoras Ejecutivas de AIDA.

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Arrecifes de coral, Océanos

¿Cómo salvar a los arrecifes de coral?

Por Haydée Rodríguez Cuando digo que vivo en Costa Rica, mucha gente imagina que mi casa está frente al mar, arrullada por las olas.  En realidad vivo en la ciudad, a una hora de la costa del Pacífico y a tres de la del Caribe. Pese a no coincidir con la idea paradisíaca de la vida en Costa Rica, me enamoré del mar desde niña. El sentimiento ha crecido con los años al conocer más sobre los misterios del mar, los servicios que brinda y las maravillosas especies que lo habitan.  De todas esas especies, una de mis favoritas es el coral. Gracias a mi trabajo como abogada de AIDA, he aprendido más sobre los corales, y he podido encontrar maneras efectivas para protegerlos desde mi profesión. Muchas personas aún no se han dado cuenta de la conexión que tenemos con los corales, la cual existe aunque no tengamos el privilegio de vivir frente al mar. ¿Qué son los corales y qué hacen por nosotros? A pesar de parecer a simple vista como grandes piedras, los corales son organismos vivos con un esqueleto externo. Tienen una relación simbiótica (en la que ambas partes se benefician) con un alga llamada zooxantela, responsable de darle sus hermosos colores. Esta alga utiliza la luz del sol para producir su comida y parte de los nutrientes que necesita el coral para sobrevivir. A cambio, el coral le da protección. Un conjunto de corales forma un arrecife, un sitio rico en biodiversidad conocido como la selva del mar. Los corales nos ofrecen grandes beneficios: Son áreas de desove para peces: el pescado que comes está vinculado de alguna forma con un arrecife de coral. Son amortiguadores naturales que nos protegen de tormentas y huracanes. Son sitios turísticos que generan ingresos importantes para la economía de nuestros países: Un kilómetro cuadrado de arrecife de coral puede brindar servicios valorados hasta en USD 600.000 al año, según Naciones Unidas.   La mala noticia es que estas bondades se podrían perder si no actuamos ahora para preservar los corales.  Se estima que, a nivel mundial, el 60% de éstos podría desaparecer para el año 2030. Ello significa que nuestros hijos podrían disfrutar de los corales por corto tiempo, y que nuestros nietos los conocerían únicamente en las fotos de libros de historia y ciencia.  ¿Cuáles son las amenazas y cómo podemos ayudar a combatirlas? Los métodos de pesca no sostenibles, como las redes de arrastre, arrancan pedazos de coral a su paso. Antes de comer o comprar cualquier marisco, vale la pena preguntar cómo fue pescado. Convertirnos en consumidores responsables es nuestro derecho y obligación. Debemos exigir en restaurantes y supermercados productos que hayan sido obtenidos del mar sin dañar corales u otras especies de importancia. Prácticas de turismo inadecuadas pueden dañar a los corales. Evitemos ponernos de pie sobre los corales al bucear o usar un esnórquel bajo el mar. Debemos recordar que los corales están vivos y que nuestro peso o el equipo que llevamos puede romperlos. Cuando compremos souvenirs (recuerdos) como collares y artesanías, rechacemos productos que usan o incorporan corales.  Nosotros no necesitamos corales para adornar nuestras casas ni nuestro cuerpo, pero el mar sí lo necesita para mantener su equilibrio. Un estudio reciente da cuenta que, al entrar en contacto con el mar, los bloqueadores solares que contienen oxibenzona (un compuesto químico) pueden causar, incluso en bajas concentraciones,  daños en el ADN de los corales, deformarlos y eventualmente provocar su muerte. Evitemos entonces utilizar este tipo de productos y usemos ropa que nos proteja del sol para disminuir su consumo. Encuentra aquí una lista de bloqueadores solares seguros para los corales. Los fertilizantes empleados en los cultivos y que eventualmente llegan al mar por los ríos, dañan gravemente a los corales al incrementar la producción de algas, mismas que bloquean el sol y evitan que los corales reciban sus nutrientes. Optemos por verduras y frutas cultivadas de manera orgánica y exijamos una agricultura responsable. Mejorando la protección legal de los arrecifes de coral Otra forma clave de salvar a los corales es buscar cambios en nuestros países. Alentemos a nuestros gobiernos a realizar mejoras en las normas que protegen esas especies. En AIDA hemos publicado una guía de buenas prácticas de regulación para la protección de los arrecifes de coral. El documento contiene ideas para fortalecer las leyes y promover la conservación de los corales. Te invito a compartir la guía con las autoridades del gobierno de tu país. También puedes enviarme ([email protected]) los datos de contacto de las personas que estarían interesadas en implementar estas recomendaciones. Los corales juegan un rol más importante en nuestras vidas del que pensamos. En nuestras manos está salvarlos y asegurar que nuestros hijos y nietos continúen disfrutando de sus beneficios. 

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Océanos

México debe cumplir su obligación internacional de proteger a las tortugas marinas de su territorio

En ese país, dos proyectos amenazan la existencia de especies vulnerables de tortuga marina. AIDA pidió a la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de Tortugas Marinas analizar esos riesgos y exhortar a México a cumplir el principio de precaución para conservar su población de tortugas marinas. La Convención incluirá en su informe para el 2017 recomendaciones sobre minería, desarrollo costero y otras amenazas para esos animales. Viña del Mar, Chile. La Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) solicitó al Comité Científico de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de Tortugas Marinas (CIT) analizar las amenazas que dos proyectos implican para la vida de las tortugas marinas carey, caguama y otras especies vulnerables en México. Pidió además que la Convención exhorte a que ese país aplique el principio de precaución para conservar a las tortugas marinas de su territorio, algo a lo que está obligado al ser parte de la Convención. Los proyectos en cuestión son la ampliación del puerto de Veracruz y la mina marina de fosfato Don Diego, en Baja California Sur. AIDA alertó a la CIT de los posibles impactos negativos de ambos proyectos durante la reunión del Comité Científico de la Convención en Viña del Mar. Explicó que aunque la Administración Portuaria Integral de Veracruz, entidad a cargo de la ampliación del puerto, señaló en su manifestación de impacto ambiental que "nunca se hará afectación directa sobre especies bajo protección”, no presentó medidas de protección para las tortugas marinas, particularmente para la carey (eretmochelys imbricata), catalogada como especie amenazada según la CIT y la legislación mexicana. “La tortuga carey está presente en todo el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y tiene rutas migratorias a lo largo del Golfo de México. A pesar de ello, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en diciembre de 2013, autorizó la ampliación del puerto de Veracruz sin requerir un plan de manejo especial para conservar a esa especie”, explicó Sandra Moguel, abogada de AIDA. En cuanto a Don Diego, primera mina marina de fosfato en el mundo, AIDA informó a la Convención que, de ser autorizado, el proyecto pondría en peligro a la tortuga caguama (caretta caretta) debido a su posible interacción con el uso de maquinaria para el dragado de arena fosfática, al aumento del ruido en el entorno, y a que provocaría cambios severos en el ecosistema y la composición marina. Las poblaciones de tortuga caguama están en peligro de extinción según la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). “Es importante que la CIT sepa de los posibles impactos del proyecto y brinde asesoramiento técnico y científico al Estado mexicano sobre los riesgos que la población de tortugas enfrenta. México está a tiempo de realizar un análisis objetivo, transparente y detallado del proyecto para evitar una amenaza más a la tortuga caguama”, dijo Haydée Rodríguez, abogada de AIDA. En la reunión y tras las gestiones de AIDA, el Comité Científico de la Convención se comprometió a incluir en su informe del 2017 recomendaciones sobre minería, desarrollo costero y otras nuevas amenazas a la vida y hábitat de las tortugas marinas. Con ello podrá orientar la labor de los Estados para evitar impactos como los que ocasionarían en México los proyectos descritos. AIDA trabaja en los casos del puerto de Veracruz y la mina Don Diego en colaboración con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental. El 22 de septiembre, AIDA y CEMDA presentaron al Comité Científico de la CIT una petición sobre los impactos a las tortugas marinas y su hábitat de la ampliación del puerto de Veracruz y de los proyectos asociados a la misma. AIDA permanecerá alerta para evitar que ésos y otros proyectos dañen entornos naturales únicos y a las especies que habitan en ellos.

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Kemp's ridley sea turtle
Arrecifes de coral, Océanos

Protegiendo tortugas marinas en el Golfo de México

Cada cierto tiempo, cientos de tortugas carey y golfina se desplazan a través de las aguas cálidas y poco profundas del Sistema Arrecifal Veracruzano. Allí nadan y se alimentan entre corales de colores brillantes que se extienden por kilómetros a lo largo del Golfo de México. Al ocaso, las hembras caminan de regreso a la playa en la cual nacieron para poner los huevos de la siguiente generación. Este ritual ha ocurrido durante siglos: las tortugas migratorias se mueven, alimentan y reproducen en su paso por el Golfo de México y las aguas del Caribe. Pero esto sucede cada vez menos. A medida que sus hábitats críticos son amenazados por actividades humanas poco sostenibles y un clima cambiante, la población de tortugas carey de la región ha disminuido en 95%, lo que las convierte en una especie en peligro crítico de extinción. La tortugas carey (eretmochelys imbricata) y golfina (lepidochelys kempii) son apenas dos de las cinco especies neotropicales de tortuga marina que pasan una parte de su ciclo migratorio en la costa de Veracruz, México, y dentro de los límites de sus arrecifes. Ahora estas tortugas enfrentan una nueva amenaza: la ampliación del puerto de Veracruz. Para generar conciencia sobre el riesgo que el proyecto implica para estas especies amenazadas, AIDA y elCentro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) presentaron, el pasado 22 de septiembre, una petición ante el Comité Científico de la Convención Interamericana para las Tortugas Marinas, bajo la cual México está obligado a proteger a las tortugas de su territorio. En la petición, detallamos los impactos directos e indirectos que la ampliación portuaria tendría en varias especies de tortuga y en sus hábitats. Mencionamos además que en la Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto, la Administración Portuaria Integral de Veracruz declaró que la ampliación portuaria “no tendrá un impacto directo en especies protegidas”. Sin embargo, esa agencia gubernamental falló en presentar medidas de protección para las tortugas marinas, especialmente para la carey, especie enlistada como amenazada en la Convención y en la legislación mexicana. Nuestra petición ante la Convención solicita que esa instancia tome medidas para advertir la amenaza y exhorte a México a tomar acciones que incluyan las siguientes: realizar una investigación sobre los impactos de la ampliación portuaria en las tortugas y su hábitat, visitar el sitio, hacer recomendaciones para la protección de las especies y su hábitat, e instar al Gobierno mexicano a que aplique medidas preventivas mientras evalúa los posibles impactos ambientales sobre las tortugas. También el 22 de septiembre y junto con CEMDA, entregamos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales más de 36,000 firmas a una petición ciudadana que exigen que esa entidad revoque el permiso ambiental otorgado a la ampliación del puerto. La petición argumenta que la ampliación pondría en peligro dos de los tesoros naturales de México: el Sistema Arrecifal Veracruzano y la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, un área natural protegida de la cual se extraerá roca basáltica para la construcción. El permiso fue otorgado sin considerar los serios impactos ambientales que el proyecto tendría en ecosistemas únicos de la región y en las criaturas que los habitan. Por tanto, el Gobierno mexicano ha violado obligaciones nacionales e internacionales de conservar la biodiversidad y su patrimonio natural. Mientras la ampliación del Puerto de Veracruz continúe amenazando especies y ecosistemas sensibles, nosotros continuaremos abogando ante organismos nacionales e internacionales para que detengan elproyecto. ¡Gracias por apoyar nuestra labor de defender la salud y biodiversidad del Sistema Arrecifal Veracruzano!

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Arrecifes de coral, Océanos

Entregan a SEMARNAT más de 30 mil firmas pidiendo proteger Los Tuxtlas y Arrecife Veracruzano

Exitosa y muy participativa la iniciativa en la plataforma change.org/conservaveracruz La Reserva de los Tuxtlas y el Sistema Arrecifal Veracruzano están en riesgo por la autorización que Semarnat otorgó para las obras de ampliación del Puerto de Veracruz. Alertan organizaciones ante el Comité Científico de la Comisión Interamericana para la Protección de las Tortugas la amenaza de este proyecto para las tortugas marinas. Organizaciones de la sociedad civil entregaron a José Luis Juan Bravo Soto, Director de Atención Ciudadana de SEMARNAT y David Gutiérrez Carbonell, Director General de Conservación para el Desarrollo de CONANP, las más de 30 mil firmas para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) revoque la autorización en materia de impacto ambiental otorgada para la extracción de roca basáltica de la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas (RBLT), que pretende utilizarse en la ampliación del Puerto de Veracruz. La autorización expedida a favor de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (APIVER) por parte del gobierno en junio del 2014 profundizará los daños que históricamente el puerto ha ocasionado a la barrera coralina y pondrá en peligro a dos de los tesoros naturales más importantes de México y el mundo. La Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), y las organizaciones Resistencia Organizada por la Conservación Ambiental (La Roca) y la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA) señalaron en conferencia de prensa que, actualmente, el Sistema Arrecifal Veracruzano (SAV) se encuentra en riesgo debido a la autorización que otorgó Semarnat para que se modificara, sin la suficiente información técnica y científica, la superficie del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV), de forma que sea posible ampliar el Puerto de Veracruz. Adicionalmente, el gobierno federal permitió la explotación de una mina de piedra basáltica en la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas para la construcción de las escolleras del nuevo puerto, aun cuando el programa de manejo de la reserva prohíbe expresamente el uso de explosivos en el área. Esta región es una de las últimas selvas húmedas de México, un muro natural contra huracanes y tormentas tropicales, refugio de millones de especies vegetales y animales, y hogar de muchas comunidades. Además de las acciones emprendidas hasta el momento, CEMDA y AIDA presentaron el 22 de septiembre de este año, un informe al Comité Científico de la Comisión Interamericana para la Protección de las Tortugas (CIT), sobre los impactos que la ampliación del puerto de Veracruz, así como los proyectos indirectos de éste (como la construcción de almacenes de roca) tendrán sobre las tortugas marinas y su hábitat. Cabe recordar que el Sistema Arrecifal Veracruzano es el mayor ecosistema de coral del Golfo de México. Funciona como barrera contra olas y tormentas, como cuando en 2010 protegió a la ciudad de Veracruz del huracán Karl. Asimismo, alberga una gran variedad de flora y fauna . Particularmente, las costas de Veracruz, incluyendo el PNSAV, reciben en diferentes épocas del año a cinco especies de tortugas marinas neotropicales . APIVER, promotora del proyecto de ampliación del puerto, señaló en su manifestación de impacto ambiental que “nunca se hará afectación directa sobre especies bajo protección” . Sin embargo, no presentó medidas de protección para las tortugas marinas, particularmente para la carey, catalogada como especie amenazada conforme a la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT) y la legislación mexicana. Esta especie se distribuye dentro del PNSAV y tiene rutas migratorias a lo largo del Golfo de México. Semarnat autorizó el proyecto en diciembre de 2013, sin requerir condicionantes o plan de manejo especial para conservar a esta especie . Esta situación es contraria a la obligación del Estado mexicano de promover la protección, conservación y recuperación de las poblaciones de tortugas marinas y de los hábitats de los cuales dependen -particularmente de los lugares de desove y alimentación-; debido a que no restringe las actividades humanas que puedan afectar a los quelonios, particularmente durante los periodos de reproducción e incubación. El Sistema Arrecifal Veracruzano fue declarado Área Natural Protegida en 1992 y en 2004 fue registrado como Humedal de Importancia Internacional de acuerdo a las características establecidas por la Convención Ramsar, por lo que la autorización otorgada por la autoridad ambiental contraviene normas nacionales e internacionales y no considera apropiadamente los impactos acumulativos que el proyecto tendrá en ese ecosistema. Asimismo, se incumple con la responsabilidad del Estado mexicano de proteger la biodiversidad de su territorio y se incumplen la Estrategia Nacional sobre Biodiversidad y las disposiciones de la Convención de Diversidad Biológica.  

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Océanos, Minería

Seminario Virtual "Minería marina y evaluación de impacto ambiental: El proyecto Don Diego en México"

La Bahía de Ulloa, ubicada en Baja California Sur, México, es hogar de especies vulnerables y de interés pesquero como tiburones, rayas, almejas, langostas, camarones, aves y mamíferos. También es un área importante para el tránsito, alimentación y refugio de la tortuga Caguama, la Ballena Azul, la Ballena Jorobada y la Ballena Gris. Allí se propone realizar el primer desarrollo de minería marina de fosfato de la región: el “Proyecto de Dragado de Arenas Fosfáticas Negras en el Yacimiento Don Diego”. La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto está siendo analizada por la autoridad ambiental mexicana y el proceso de consulta pública ha comenzado. Es el momento de informarnos sobre los posibles impactos del proyecto Don Diego y conocer los requisitos mínimos que la MIA de una iniciativa como ésta debería tener para permitir una decisión adecuada acerca de si debe o no ser autorizada. En este seminario virtual, la discusión de los panelistas giró en torno a esos temas. Programa (presentaciones disponibles): Características y situación actual del proyecto Don Diego: Agustín Bravo, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, CEMDA. ¿Qué es la minería marina y cuáles son sus posibles impacto?: Heidi Weiskel, científica de Environmental Law Alliance Worldwide, ELAW. Lineamientos mínimos para la evaluación ambiental del proyecto Don Diego: Anna Cederstav, codirectora de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, AIDA. Oportunidades de participación en el proceso de evaluación ambiental del proyecto minero Don Diego: Maria Llano, abogada de Defensa Ambiental del Noroeste, DAN.   Los posibles impactos ambientales del proyecto Don Diego: Haydée Rodríguez, abogada de AIDA.   Moderó:  Aída Navarro, AIDA. Notas Consúltelas aquí. Video:   Encuentra aquí más información sobre el proyecto Don Diego y consulta nuestra guía sobre lineamientos básicos para la evaluación de impactos ambientales de proyectos mineros. 

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Océanos, Minería

¡Cuidado! La minería propone llevar sus desechos al mar

Por Florencia Ortúzar, abogada de AIDA, y Karol Rodríguez, pasante de AIDA La minería implica un problema grave: la producción de desechos generados por la extracción de mineral. Éstos son acumulados en “relaves mineros”, un conjunto de desechos tóxicos con alto potencial de dañar el ambiente. En Chile ya no quedan espacios en tierra para depositar estos desperdicios y ahora las empresas mineras apuntan a dejarlos en el fondo del mar. La historia nos ha enseñado, a duros golpes, que estos desechos pueden tener efectos nefastos en las comunidades cercanas a los lugares donde son depositados. Por ello su manejo responsable es clave en la minería si queremos un desarrollo económico que traiga más beneficios que problemas. En Chile, los desastres causados por la mala disposición de relaves mineros son cuantiosos. Las empresas mineras se están quedando sin lugares para deshacerse de estos peligrosos subproductos. Nadie los quiere cerca ni lejos de su hogar o comunidad. Depositarlos en zonas alejadas o en zonas áridas con poca biodiversidad no es garantía, porque fenómenos naturales como la lluvia o los aluviones arrastran los contaminantes hasta las comunidades. En ese contexto, a las empresas mineras en Chile se les ocurrió una idea “brillante”: depositar los relaves mineros en el mar, a través de un ducto que llevaría toneladas de residuos a una especie de valle en el fondo marino. El océano: Misteriosa y delicada cuna de vida El océano es uno de los grandes misterios del planeta. De hecho, 95% del fondo marino no ha sido mapeado, lo que significa que conocemos apenas un 5% de él. Podemos decir que hoy se conoce más sobre la superficie lunar que de las profundidades oceánicas. Más aún, los océanos son los ecosistemas más complejos del planeta. Las variables involucradas en su salud y dinámica son infinitas. Por todo lo anterior, es imposible predecir el comportamiento que tendrían los desechos mineros una vez depositados en el fondo del mar. Esta incertidumbre es razón suficiente para aplicar el tan importante Principio Precautorio, clave para prevenir la degradación de la naturaleza por actividades económicas humanas. No sabemos cómo los desechos podrían afectar al tan complejo ecosistema marino, a sus especies y a nosotros, quienes nos nutrimos de la pesca. ¿Cómo podríamos entonces dormir tranquilos mientras un ducto deja caer residuos contaminantes y ciertamente peligrosos? Los efectos del daño ambiental podrían serían amplios e incontrolables, pues una vez que los desechos son liberados en el fondo marino, no hay vuelta atrás. Un taller internacional para discutir la idea Para saber más de esta preocupante iniciativa, dos renombrados ambientalistas chilenos —Juan Pablo Orrego, presidente de Ecosistemas, y Flavia Liberona, directora ejecutiva de la Fundación Terram— asistieron en junio a un taller internacional realizado en Lima, en el cual se discutió la viabilidad de depositar relaves mineros en el mar. El taller fue organizado por el Grupo Conjunto de Expertos Sobre los Aspectos Científicos de la Protección Ambiental Marina y la Organización Marítima Internacional. Consulta aquí el artículo que Orrego escribió sobre el tema. En el taller se conoció que la idea de llevar desperdicios mineros al mar no es nueva. Es algo que ya ocurre en Canadá, Turquía, Papúa Nueva Guinea y en  algunos países africanos como Togo. El Gobierno noruego autorizó hace poco el uso de un fiordo (estrecha entrada de mar) prístino como depósito para los relaves de una mina de rutilo. En el taller, un funcionario del Gobierno de Noruega argumentó la decisión señalando que “el beneficio social de la mina es superior a la destrucción del fiordo”. ¿Según quién? Los partidarios de la propuesta consideran que tirar relaves al mar no conlleva necesariamente un peligro. Afirman que los riesgos son mínimos porque, al no haber oxígeno en el fondo del mar, no se produce el efecto químico que hace que los relaves contaminen cuando están en la superficie. En este sentido, Leonel Sierralta J., ex funcionario del Ministerio de Medio Ambiente de Chile y actual Director Científico de Iniciativas Sustentables para la Minería, escribió una carta abierta en respuesta al artículo de Orrego. En ella expresa que aunque ha habido casos desastrosos de depósitos mineros al mar, también existen casos en los que la iniciativa se ha llevado a cabo en países desarrollados siguiendo criterios ambientales exigentes y basados en la ciencia. Esos argumentos no convencen a quienes se oponen a la propuesta. Es el caso de los cinco senadores chilenos que presentaron un proyecto de ley para prohibir la descarga de relaves en el mar.  Una alternativa: Neutralizar el peligro Orrego propone regular la minería de forma más severa, exigiendo que antes de depositar los relaves, las empresas mineras extraigan de ellos todos los  metales pesados y neutralicen sus químicos. De ese modo sería factible depositar relaves prácticamente inertes en lugares apropiados, tales como antiguos piques mineros (perforaciones verticales profundas). Las empresas tendrían incluso una oportunidad de negocio al extraer y reciclar los elementos peligrosos. La neutralización de los relaves es una alternativa adecuada para no seguir degradando el ambiente. La propuesta es sensata. Es razonable que las actividades económicas riesgosas para el ambiente continúen sólo en la medida en que puedan neutralizar sus impactos. Si generamos más desechos de los que podemos tratar es porque no estamos actuando sosteniblemente, lo que significa, que no estamos asegurando la conservación de un planeta sano para nuestra descendencia. Por ello en AIDA trabajamos a diario para preservar la salud de los ecosistemas frente a la contaminación de actividades como la minería.

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“Mi mamá es la mejor abogada del mundo”

Por Gladys Martínez “Mi mamá es la mejor abogada del mundo porque defiende a las tortugas, a los corales, a unos bosques salados que hay en el mar y a toooodos los peces”. Cuando escuché a mi hija Daniela, de cuatro años de edad, decir eso frente a un auditorio de padres, niños y niñas, mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón, de emoción y felicidad. Escuchar a mi pequeña presumir lo que su mamá hace renueva mis fuerzas para seguir trabajando apasionadamente. Daniela resumió muy bien mi trabajo como parte del equipo de abogadas del Programa de Protección Marina y Costera de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). Mis compañeras y yo contribuimos a la protección de los recursos marino-costeros del continente americano bajo tres ejes: arrecifes de coral, manglares y pesca. Usamos las normas nacionales e internacionales en favor de los ecosistemas marinos y de las personas que dependen de ellos. Los arrecifes de coral En AIDA sabemos que al proteger los arrecifes de coral, preservamos una barrera natural que reduce los impactos de tormentas y huracanes, fenómenos cada vez más intensos debido al cambio climático, en las comunidades costeras. También estamos conscientes que gran parte de las especies de peces que disfrutamos en nuestra mesa aún existen porque tienen en los arrecifes un hábitat de reproducción importante. Los manglares Los manglares o “bosque salados” como los llama mi hija, son bosques pantanosos que existen en lagunas, riberas y costas tropicales donde el agua dulce del río se mezcla con el agua salada del mar. Mis compañeras y yo estamos decididas a salvaguardar estos ecosistemas porque sabemos son nuestros mejores aliados. Capturan hasta 50 veces más dióxido de carbono que los bosques tropicales. Además, son fuente de alimento para aves y centros de reproducción y desarrollo de especies de fauna marina como el camarón, el cangrejo y algunos peces que a su vez son el medio de sustento de comunidades costeras. Un ejemplo de ello es Marismas Nacionales, el mayor bosque de manglar de México y el cual buscamos preservar. La pesca Finalmente y conscientes de que los ecosistemas se interrelacionan y dependen unos de otros, en AIDA trabajamos por la implementación de estrategias legales y técnicas para una pesca sostenible. Si cuidamos un pez, el resto de los peces también resultará beneficiado. Queremos que las generaciones futuras puedan saborear un pescado de mar y no solo lo observen en una foto. Hemos visto que la adopción de medidas adecuadas han permitido la recuperación de poblaciones de peces como ocurrió con el “hoki” en Nueva Zelanda, o la anchoveta en España y Francia y el bacalao en la región del norte oceánico. Cada día disfruto y agradezco el privilegio que tienen mis hijos, Daniela y Agustín, de poder correr en medio de un bosque, meter los pies en el mar y sentir el movimiento de pequeños peces entre sus dedos, o maravillarse al ver por primera vez alguna especie de mariposa o árbol. En esos momentos reafirmó las palabras que mis padres nos dijeron a mi esposo y a mí un día: “Valen más muchos buenos recuerdos al aire libre que muchos juguetes en la casa”.  En AIDA somos 26 personas trabajando a lo largo del continente con entrega y compromiso. Lo hacemos por Daniela y Agustín, y mis hijos, y por el resto de pequeños y pequeñas que ya son parte de la organización: Amber, Esteban y Eloísa, Constanza, Jared, Isabelle y Caroline, Izabela, Paloma, Marc y Rosalie. Trabajamos por nuestros hijos y por los de todos, para que las generaciones actuales y futuras tengan la oportunidad de gozar de un ambiente saludable. ¡Gracias por apoyar nuestra labor!

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