Transparencia y Rendición de Cuentas


La Muerte de Activistas Exige Rendición de Cuentas

El año pasado, según Global Witness, 185 activistas ambientales fueron asesinados en todo el mundo, dos tercios de ellos en América Latina. De los 10 países más peligrosos del mundo para defensores ambientales, siete están en la región. Perdimos a estas valientes personas que fueron asesinadas por resistirse a minas, represas y otros proyectos industriales destructivos. Ahora, más que nunca, debemos exigir rendición de cuentas. Debemos hacerlo por las consecuentes pérdidas para el ambiente, para las culturas indígenas y para los derechos humanos. La situación empeoró recientemente. El 23 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos anunció una crisis financiera severa que le llevó a la “suspensión de las audiencias [programadas] y al despido inminente de cerca de la mitad de su personal”. Aunque històricamente ha tenido financiamiento reducido, la actual es la peor crisis financiera que ha vivido. La Comisión depende del financiamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA), gobiernos en América y Europa, organizaciones y fundaciones. Casi todos los gobiernos han reducido o incumplido sus compromisos financieros. La crisis financiera demuestra que nuestro trabajo, y el de colegas, comunidades y movimientos, está teniendo un impacto. La Comisión ha tomado decisiones que involucran derechos indígenas y de comunidades, protección de tierras y del ambiente y proyectos de desarrollo destructivos. Por unos  años, algunos países se han quejado de que la Comisión ha excedido su mandato en casos que involucran proyectos de desarrollo. Pero, por supuesto, cuando esos proyectos violan derechos humanos, encajan claramente en el ámbito de competencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. El caso de la represa Belo Monte es un claro ejemplo de que esta crisis es resultado de nuestra efectividad. El 2011, la Comisión otorgó las medidas cautelares que junto con colegas de Brasil solicitamos a nombre de las comunidades indígenas afectadas. Brasil reaccionó retirando inmediatamente a su embajador ante la OEA y reteniendo su financiamiento por el resto de ese año. Solo hasta 2015 envió un nuevo embajador y sus pagos no se han regularizado desde entonces. Además, después que las medidas cautelares fueron emitidas, Brasil comenzó un proceso agresivo de “reforma” de la Comisión que terminó debilitando su poder. En AIDA hemos analizado cómo la crisis afecta nuestros casos ante la Comisión, los casos futuros que necesitan atención internacional, y la protección de los derechos humanos en el continente americano. Los casos actuales sufrirán posiblemente un retraso. Nuestro caso sobre contaminación tóxica en La Oroya, Perú, ya está seriamente dilatado. La Comisión ha prometido emitir un informe de fondo, lo que hará que el caso pase al siguiente nivel: la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Nos han dicho que pese a la pérdida del 40% de su personal, la Comisión aprobará este año el informe, el cual al parecer ya fue concluido. Ello aún está por verse. Por supuesto, nosotros hemos contactado a la Comisión y resaltado la importancia de que el caso avance. De manera informal, algunos jueces de la Corte Interamericana han expresado su predisposición a recibir el caso. Después de cuatro años, la Comisión comenzó recién a procesar el caso Belo Monte. Es probable que la fuerte presión política de Brasil demore aún más ese proceso. Pero la Comisión y la presión política sobre Brasil pueden ayudar a que el caso avance más rápido. Al estar Belo Monte ligado al mayor escándalo de corrupción del país, es posible que la Comisión entienda la relevancia de que el caso avance. Continuaremos abogando por un procesamiento prioritario. Los nuevos casos requerirán mayor evaluación. Planeamos llevar pronto al menos un nuevo caso a la Comisión. Si no cumplimos con una fecha límite en unas cuantas semanas, corremos el riesgo de que el caso no sea admitido. Todos los recursos internos han sido agotados; la Comisión representa la última esperanza de justicia. Pese a la incertidumbre de la situación actual, es importante preservar los derechos de nuestros clientes en caso de que el financiamiento de la Comisión retorne a un nivel adecuado. Para otros casos, estamos buscando otras maneras de conseguir justicia. Estamos, por ejemplo, explorando más que nunca la opción de recurrir a tribunales y autoridades nacionales. Estamos buscando además nuevas formas para que  instituciones financieras se comprometan a evitar financiar proyectos que dañan el ambiente y los derechos humanos. Estamos trabajando con otras organizaciones para desarrollar estrategias de respuesta. Rodrigo Sales, brasileño y uno de nuestros abogados, representó recientemente a AIDA en la Asamblea General de la OEA. Abogó, entre otras cosas, por soluciones en materia de derechos humanos en la región. Consideramos esencial la cooperación entre las comunidades ambientales y las de derechos humanos. Necesitamos estar unidos, mostrando a los gobiernos y al público que lo derechos humanos y la Comisión son de vital importancia. La crisis financiera de la Comisión —una entidad internacional para escuchar y resolver las preocupaciones del continente en materia de derechos humanos— es un asunto urgente que todos debemos entender, en el que debemos pensar y por cuya solución debemos actuar  estratégicamente. AIDA está trabajando para que eso ocurra.

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Pronunciamiento de AIDA, APRODEH y Justiça Global sobre la grave crisis financiera que afecta a la CIDH

Las organizaciones consideran el hecho una afrenta a la protección de los derechos humanos en la región e instan a los Estados miembros de la OEA a cumplir su responsabilidad de financiar adecuadamente a la Comisión. Washington, Estados Unidos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció en un comunicado el día de ayer, que la grave crisis financiera por la que atraviesa la ha llevado a suspender todas las visitas previstas para este año, las audiencias de julio y octubre y a la inminente pérdida del 40% de su personal. La CIDH lleva casi dos décadas gestionando que los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo del que es parte, le garanticen un presupuesto estable que le permita realizar su labor de forma efectiva.  En su comunicado, la CIDH hace un llamado a que en la Asamblea General de la OEA, a llevarse a cabo en junio en República Dominicana, los Estados miembros adopten “una decisión histórica y trascendental, que refleje [su] compromiso con la defensa de los derechos humanos en la región”, aumentando radicalmente el presupuesto del fondo regular de la OEA y asignando a la CIDH y al Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) en general los recursos necesarios para el cumplimiento del mandato asignado por los propios Estados. La Comisión es un órgano autónomo de la OEA. Su mandato es promover la promoción y la protección de los derechos humanos en el continente americano. Conforma, junto con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos (SIDH), el cual constituye en muchos casos la última esperanza para aquellas personas y comunidades cuyos derechos humanos han sido vulnerados y no encuentran verdad, justicia y reparación en la administración de justicia de sus propios países. Este es el pronunciamiento acerca del tema de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) de Perú y Justiça Global de Brasil: “La inminente pérdida de casi la mitad del personal de la CIDH, es un serio agravio para la protección de los derechos humanos en la región y refleja la falta de voluntad política de los Estados miembros de la OEA con la Comisión Interamericana.  La Comisión ya enfrentaba serias limitaciones de recursos financieros y humanos para el cumplimiento de su labor, ahora, con casi la mitad su personal, su efectividad se verá seriamente afectada.  Miles de víctimas de violaciones de derechos humanos en el hemisferio han depositado su confianza y sus últimas esperanzas de justicia en la CIDH y en el Sistema. Es el caso de las personas intoxicadas por metales pesados en La Oroya, Perú, quienes, tras haber presentado su denuncia en 2006, aún esperan un informe de fondo. También están las comunidades que han perdido su modo de vida a causa de la construcción de la represa Belo Monte en Brasil, quienes pese a la inauguración de la represa continúan esperando que el caso avance en la Comisión y se haga justicia por la violación a sus derechos. Al no financiar adecuadamente un órgano que ellos mismos crearon, los Estados ponen un obstáculo más para que estas personas accedan a la justicia.  Hacemos un llamado a los Estados miembros de la OEA a que, en tanto la Asamblea General atiende esta situación, hagan inmediatamente una contribución voluntaria de emergencia que permita a la CIDH mantener a su personal, realizar las visitas que tenía previstas, así como llevar a cabo sus periodos de sesiones de julio y octubre. Los Estados miembros tienen una responsabilidad con el Sistema Interamericano. Esperamos que cumplan con ella, no a través de discursos y resoluciones de buenas intenciones, sino con acciones concretas e inmediatas de financiamiento.”   

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Por qué es importante incluir derechos humanos en el acuerdo de París

El cambio climático ya está causando gravísimos impactos en Colombia y todo el mundo. Ejemplos se presentan todos los días y son más graves cada año: temperaturas extremas, huracanes, sequías, inundaciones, incendios y pérdida de glaciares que comprometen la disponibilidad de agua dulce.  Hay países como los pequeños Estados insulares, que perderán su territorio en unas cuantas décadas si los gobiernos no implementan acciones efectivas inmediatas. Hoy Úrsula Rakova de Papúa Nueva Guinea habló en la COP de los impactos que ella y su comunidad están sufriendo y que a menos que se tomen acciones ella no podrá ni heredarle sus tierras a su hija o a su nieta. Todo su territorio y cultura quedará bajo el mar en unas cuantas décadas. La pregunta entonces no es si vamos a sufrir por cambio climático, sino en qué medida. Por ello el acuerdo de la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se negocia en París debe incluir la protección de los derechos humanos. Aunque la respuesta parece sencilla, no lo es. Por esto el tema de cómo y dónde incluir derechos humanos en el acuerdo climático ha sido uno de los temas de mayor discusión en la COP21 de París. La inclusión de los derechos humanos en el acuerdo de Paris es esencial porque, primero, reconoce las realidades del cambio climático y su impacto en el disfrute de todos los derechos humanos, especialmente de personas y grupos en situación de vulnerabilidad. Segundo, recuerda a los Estados sus obligaciones de proteger y respetar los derechos humanos.Estas obligaciones son compartidas con empresas y entidades internacionales. La incorporación de los derechos humanos en el acuerdo climático no creará nuevas obligaciones. Nos permitirá, en cambio, ser consistentes y cumplir los compromisos existentes. Tercero, promueve la estabilidad mundial que ha sido vinculada con cambio climático por impactos como: competencia por recursos naturales locales, inseguridad de modos de vida, migración, eventos y desastres climáticos extremos, volatilidad de precios de alimentos, manejo de agua transfronteriza, aumento de nivel del mar, degradación costera y efectos no intencionados de las políticas climáticas. Finalmente, porque pueden ayudar a promover soluciones efectivas como el replanteamiento de nuestra energía. Ese tipo de soluciones no han sido alcanzadas aún debido a la falta de ambición y voluntad política. Como en bienes raíces, la ubicación es todo. Así que para que tenga impacto en la implementación, la inclusión de derechos humanos, equidad de género, pueblos indígenas, equidad intergeneracional, seguridad alimentaria, justa transición laboral e integridad de los ecosistemas, debe incorporarse en el preámbulo y en la parte operativa. Ello permitirá realmente que la implementación de todas las acciones de cambio climático consideren los derechos humanos, como las partes ya acordaron en la COP16 en Cancún en 2010.

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Recordando a Berta Cáceres ante el Fondo Verde del Clima

El 3 de marzo, Berta Cáceres, una defensora de los derechos indígenas en Honduras, fue asesinada. Como lideresa de COPINH, Berta estaba luchando contra la implementación de un proyecto de una gran represa financiado internacionalmente. Estaba luchando por la salud del río Gualarque, y por las vidas y medios de subsistencia de las comunidades indígenas que dependen del mismo. Su muerte es una muestra de los impactos que los megaproyectos pueden tener en la vida real. Es por eso que, en el cierre de la 12ª reunión de la Junta Directiva del Fondo Verde del Clima, presenté un mensaje a la Junta a nombre de las organizaciones de la sociedad civil que monitorean el desarrollo y el proceso de toma de decisiones del mecanismo.  El mensaje fue pensado como un recordatorio del cuidado con el que las decisiones financieras deben ser tomadas, dado que la Junta prepara la revisión y autorización de más proyectos:  “Nos gustaría pedir un momento para recordar a Berta Cáceres, la indígena defensora de la justicia ambiental y los derechos humanos asesinada brutalmente la semana pasada en Honduras. Ella estaba liderando la lucha contra una gran represa financiada internacionalmente que amenazaba su agua, su tierra, y a su gente. Nos gustaría pedir a todos ustedes que hagan lo posible para garantizar justicia para Berta, y el retorno seguro de Gustavo Castro, coordinador de Amigos de la Tierra México, quien resultó herido durante el asesinato y cuya vida está ahora en peligro. El asesinato de Berta sirve como un trágico recordatorio para el FVC de los riesgos enormes que los defensores de derechos enfrentan, y de la profunda necesidad de salvaguardar sus derechos y los derechos de las personas y territorios por los que ellos luchan. El FVC no debe apoyar proyectos cuestionables como aquel que le costó la vida a Berta y debe obtener en todos sus programas y proyectos el consentimiento libre, previo e informado de las personas y comunidades para proteger sus medios de vida y supervivencia.”

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5 Recomendaciones para Integrar la Acción Climática en el Sector Financiero

Esta entrada fue elaborada en colaboración con Andrea Rodríguez, abogada sénior del Programa de Cambio Climático de AIDA. Durante las negociaciones climáticas de París, tuve el honor de participar en un panel sobre el clima y el sector financiero. Discutimos la importancia de asegurar que la lucha contra el cambio climático sea integrada de manera consciente en todas las decisiones financieras. El financiamiento es uno de los desafíos principales que ha retrasado, a nivel mundial, un progreso efectivo con relación al cambio climático. Ello se debe a que muchos países no tienen los recursos que necesitan y aquellos que los tienen no han contribuido en la medida que deberían. Actualmente, las instituciones financieras no están otorgando el financiamiento suficiente para combatir el cambio climático. De hecho, la mayoría de los recursos mundiales aún son invertidos en combustible fósiles o en otras actividades que tienen impactos negativos en el clima. AIDA ha estado abogando en los niveles más altos por un financiamiento climático más efectivo y que dure más de cinco años. Nos hemos enfocado en asegurar que la asignación de financiamiento climático sea transparente, participativa, respetuosa de los derechos humanos, y sensible a las necesidades del Sur Global. Hemos abogado por la inclusión y cumplimiento de esos principios ante instituciones financieras nacionales e internacionales, así como ante un nuevo mecanismo global: el Fondo Verde del Clima. Para avanzar en la discusión, AIDA solicitó un evento paralelo en las negociaciones climáticas de París. Resultó que, simultáneamente, una institución financiera regional solicitó un evento paralelo para presentar sus principios voluntarios para integrar el cambio climático dentro del sector financiero. Dado que existen cientos de solicitudes para eventos paralelos y un espacio limitado, el Secretariado de la Convención fusionó los dos eventos. Es así como AIDA coorganizó un evento junto con una coalición de instituciones financieras. Aunque las instituciones no habían planeado incluir comentarios de la sociedad civil en su presentación, estuvieron de acuerdo en colaborar. Este giro del destino creó una gran oportunidad para que las instituciones presenten sus principios, y para que nosotros demos una retroalimentación temprana desde el punto de vista de la sociedad civil. Veinte y seis instituciones han apoyado los principios voluntarios hasta ahora, incluyendo el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Europeo de Inversiones, el Grupo del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Los Cinco Principios Voluntarios descritos por las instituciones son: COMPROMETERSE con estrategias climáticas. MANEJAR riesgos climáticos.  PROMOVER objetivos climáticos inteligentes. MEJORAR el desempeño climático. DAR CUENTA de tu acción climática. Una evaluación inicial No es mi intención, en este momento, hacer un análisis exhaustivo de los principios. Mi objetivo por ahora es simplemente asegurar que los principios sean conocidos, y compartir un análisis preliminar, incluyendo observaciones iniciales y las cinco recomendaciones que presenté en el panel del evento. Como organización de la sociedad civil, AIDA celebra las iniciativas destinadas a avanzar en la acción climática, la rendición de cuentas y la participación. Por tanto, consideramos que los principios voluntarios son una iniciativa positiva del sector financiero, y un buen lugar desde el cual empezar a buscar formas concretas para que éste integre plenamente el cambio climático en sus actividades. Consideramos que la incorporación del financiamiento climático es un proceso continuo y vemos estos principios como un elemento más del mismo. Desde la perspectiva de AIDA, los principios en realidad beneficiarán al sector y ayudarán a disminuir los riesgos financieros y de otro tipo en las instituciones financieras. De ser implementados efectivamente, los principios pueden ayudar a incrementar las acciones climáticas, protegiendo a comunidades y ecosistemas, y a luchar contra la pobreza y la desigualdad, dos de los retos más importantes que el mundo enfrenta. Dicho esto, mejorar el acceso a la información es fundamental para asegurar que los principios impacten positivamente en el cambio climático. Información esencial debe estar públicamente disponible, incluyendo la cantidad de recursos, los tipos de actividad o sectores, y los proyectos en los cuales las instituciones financieras están invirtiendo. 5 Recomendaciones para una mejor integración 1. Incluir una perspectiva de derechos humanos e incorporar evaluaciones de riesgo social Las inversiones financieras que no incorporan las perspectivas social y de derechos humanos pueden contribuir a violaciones de derechos humanos y tener impactos severos en comunidades. Además de las consecuencias que tales inversiones tienen en las personas, éstas se convierten en un riesgo financiero para la institución. Incorporar una perspectiva de derechos humanos en las evaluaciones de riesgo puede ayudar también a avanzar en las metas relacionadas con la luchas contra la pobreza y la desigualdad, aplicables particularmente a las entidades financieras públicas.  2. Definir conceptos comunes  Conceptos como desarrollo sostenible, cambio climático y financiamiento climático pueden interpretarse muy ampliamente y generar confusión. Asimismo, la falta de consenso sobre el significado de esos conceptos puede llevar, por ejemplo, a que una institución considere una actividad como limpia o sostenible cuando no lo es. La definición de energía renovable es un buen ejemplo. Mientras varias instituciones financieras importantes coinciden en que las grandes represas no pueden considerarse energía renovable, aún existen algunas instituciones que incluyen a proyectos hidroeléctricos, e incluso de energía nuclear, en esa definición. La inclusión de expertos del sector no financiero —actores no estatales particularmente—puede ayudar a un mayor entendimiento sobre cuáles son las necesidades, a dónde debe dirigirse la inversión o en qué casos ésta debe ser mejorada. 3. Crear una hoja de ruta clara, transparente y participativa La forma en la cual los principios voluntarios sean implementados es crucial. Por tanto, es esencial un plan de implementación claro y medible. Está bien que las instituciones financieras resaltaran la necesidad de evitar la duplicación e incorporar las lecciones aprendidas. Sin embargo, para asegurar que los principios sean tan efectivos como sea posible, es importante también incorporar experiencias de mecanismos de rendición de cuentas existentes, así como la aplicación de salvaguardas. La iniciativa actual considera un grupo de planificación que, según entendemos, no ha sido creado, aunque existe la sugerencia de cómo debería estar conformado. En línea con la intención de las instituciones de incluir a otros actores interesados, este grupo de planificación debería involucrar a participantes ajenos al sector financiero para incrementar el impacto de las inversiones. El plan de trabajo debería incluir mecanismos efectivos para medir el avance, y ser lo suficientemente flexible para hacer la mejoras necesarias. Debería ser visto como un proceso dinámico que incorpore las lecciones aprendidas, y no como un mandato rígido. 4. Sumarse a la oportunidad que las economías bajas en carbono representan El sector financiero tiene un rol único que desempeñar en el fomento de acciones climáticas, ayudando a sus clientes a evitar el mismo y anticuado desarrollo de uso intensivo de carbono. Las instituciones financieras tienen el poder de dejar atrás este tipo de desarrollo e implementar soluciones reales y efectivas para el siglo 21. Pueden ser proactivas y fortalecer la capacidad de otros actores interesados en integrar plenamente estrategias climáticas en sus operaciones. El sector financiero se desarrolla naturalmente en la asunción del riesgo y la innovación. Las economías bajas en carbono representan una oportunidad importante de crecimiento. 5. Aumentar la rendición de cuentas En el panel se planteó la cuestión de si los principios deberían o no ser vinculantes. Si hay una voluntad fuerte de implementar los principios y mecanismos adecuados para medir los avances y hacer ajustes, tener un acuerdo vinculante no es el aspecto más importante. La rendición de cuentas es clave en este proceso y de ahí la importancia del Principio Cinco. El cambio climático es la amenaza más importante para la raza humana. Es un asunto urgente que impacta más profundamente en las poblaciones más vulnerables del mundo. No hay más tiempo que perder. Acciones efectivas deben seguir siendo implementadas y el sector financiero tiene una oportunidad importante de contribuir a las soluciones y no al problema. Es tiempo de que las instituciones financieras de todo el mundo pasen de las palabras a los hechos: es hora de que se comprometan seriamente a combatir el cambio climático y que empiecen a mostrar resultados. Para nosotros, como miembros de la sociedad civil, la oportunidad de sentarnos al lado de los representantes cuando presentaron públicamente sus cinco principios, fue un comienzo interesante. Ahora tenemos que dar seguimiento para que las instituciones financieras pongan en práctica estos principios, especialmente el Principio 5: rendir cuentas. Tener como base estos comentarios, y contar con recomendaciones de otros actores interesados en este ámbito, será un importante segundo paso.

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Seminario virtual "Nuevo Acuerdo Climático Global: Resultados de la COP21"

Tras dos semanas de negociaciones en París, Francia, la 21ª Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático concluyó con un nuevo acuerdo global para enfrentar el cambio climático. ¿Qué resultados dejó la cita climática de París? ¿Qué se decidió sobre financiamiento, mitigación, adaptación y protección de los derechos humanos? En este seminario virtual, realizado el 17 de diciembre de 2015, representantes de la sociedad civil respondieron a ésas y otras preguntas, e hicieron un análisis puntual del nuevo acuerdo climático global. Los panelistas debatieron en torno a los siguientes temas: Financiamiento. Adaptación. Derechos humanos. Mitigación. Grabación Presentaciones

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COP21: Incorporando el Cambio Climático dentro de las Instituciones Financieras

Las instituciones financieras juegan un rol crucial en la lucha global contra el cambio climático. Para que los países de todo el mundo busquen con éxito un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima, necesitan disponer de importantes cantidades de financiamiento. El Acuerdo de París —que se prevé sea finalizado esta semana para el cierre de la COP21—seguramente promoverá el financiamiento climático a nivel mundial. Pero el financiamiento climático representa solo un pequeño porcentaje de todos los flujos financieros globales. Por tanto, el grado en el que las consideraciones de cambio climático sean incorporadas dentro de las instituciones financieras, tendrá un efecto importante en la rapidez de la transformación de la economía mundial como respuesta al cambio climático. Astrid Puentes Riaño, Codirectora de AIDA, fue parte del panel que abordó esta realidad el 7 de diciembre, durante el evento paralelo a la COP21 denominado Incorporando el Cambio Climático dentro de las Instituciones Financieras. El evento comenzó con una presentación que desveló los Cinco Principios Voluntarios que habían sido acordados para este año por 26 instituciones financieras de cuatro continentes, las cuales manejan en conjunto 11 billones de dólares. Estos principios incluyen compromisos para manejar riesgos climáticos, mejorar el rendimiento climático, dar cuenta de la acción climática, adherirse a estrategias de cambio climático, y promover objetivos climáticos inteligentes. Luego de las palabras introductorias del Director General de la Agencia Francesa de Desarrollo y del Vicepresidente del Grupo del Banco Mundial, el grupo principal de cinco panelistas fue invitado a discutir sus acciones y puntos de vista sobre la iniciativa. La importancia de la presencia de Puentes Riaño en el panel fue de inmediato aparente: no solo era la única mujer, también era la única voz en representación de la sociedad civil. Los otros panelistas incluían a representantes de las principales instituciones financieras públicas y privadas, como el Banco de Desarrollo de América Latina y el Banco Europeo de Inversiones, y al titular del Ministerio de Ambiente y Turismo de Namibia. Las presentaciones hechas en nombre de las instituciones financieras fueron breves pero alentadoras en cierto grado. Sus representantes se preciaron de los miles de millones de dólares que estaban comprometiendo para la lucha contra el cambio climático, y de otros pasos que estaban dando para reducir el impacto climático de sus inversiones. El representante del Banco Europeo de Inversiones, por ejemplo, puso de relieve su nuevo estándar de rendimiento de emisiones para inversiones en nuevos desarrollos energéticos, el cual, dijo, no discriminó ninguna fuente de energía en particular, pero excluyó al carbón. También se discutió la importancia de trabajar juntos y construir plataformas de intercambio de información como un sitio web que albergue información recopilada por las instituciones financieras. El representante del sector de la banca comercial dijo que su compañía se había comprometido a invertir 2 mil millones de dólares en bonos verdes, lo cual no iría a financiar nuevas plantas de carbón, sino que incrementaría las inversiones en energía renovable. El Ministro de Nanibia subrayó que su país ya está sufriendo, y continuará sufriendo, los efectos devastadores del cambio climático. Explicó que aunque el cambio climático es una prioridad para su gobierno, no existen recursos disponibles para atender las diferentes necesidades que pueden surgir en cualquier momento. Hablando en nombre de la sociedad civil, Puentes Riaño recibió con agrado la iniciativa como un buen comienzo, el cual proyecta una imagen positiva del sector financiero. Reconociendo que el esfuerzo estaba aún en su etapa inicial, ofreció algunas recomendaciones para su implementación. En primer lugar, llamó a que los derechos humanos y el riesgo social sean incluidos en las evaluaciones de proyectos. Ello, explicó Puentes Riaño, facilitaría la elección de los tipos adecuados de proyectos en los cuales invertir. En segundo lugar, exhortó a que se haga un esfuerzo para garantizar que se considere, y que exista un acuerdo entre instituciones financieras sobre definiciones clave como “energía renovable” y “desarrollo sostenible”, así como una idea clara de las opciones que deben ser excluidas por ser falsas soluciones. Finalmente, exhortó a que estas instituciones financieras se centren en cómo la iniciativa será implementada. Recomendó tener un mapa claro, transparente, participativo y lo suficientemente ambicioso para poner al mundo en un camino de 1,5 º C. En discusiones como ésta, es fácil ver lo importante que para las organizaciones de la sociedad civil es estar presente y hacer su mejor esfuerzo para contribuir al diálogo. En este caso, AIDA fue capaz de unirse a la conversación y poner su posición sobre la mesa para abogar por el acceso a la información, la transparencia y rendición de cuentas, la participación pública y los derechos humanos.

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Día Internacional de los Derechos Humanos en la COP21

Programa de Eventos: 10 de diciembre de 2015   10:00 - 10:30 Conferencia de prensa (Le Bourget, Hall 5, Press Conf. Room 2). Ofrecida por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. 11:00 - 12:30 Evento Paralelo - Combatir el Cambio Climático, Erradicar la Pobreza y Garantizar el Acceso a los Derechos: El Desafío para una Transición Verdaderamente Justa. (Espace Générations Climat, Room 4). Ofrecido por Secours Catholique - Caritas France y ATD Quart Monde. 11:30 - 13:00 Evento Paralelo: Cambio Climático: Uno de los Más Grandes Desafíos de Nuestro Tiempo para los Derechos Humanos (Le Bourget, Hall 4, Observer Room 12). Ofrecido por el Grupo de Trabajo de Cambio Climático & Derechos Humanos, Geneva Climate Change Concertation Group, CARE International, Center for International Environmental Law, Earthjustice, Franciscans International, Friedrich-Ebert-Stiftung y Human Rights Watch.  13:00 - 13:30 Acción de la Sociedad Civil: Levántate por los Derechos Humanos (Le Bourget, TBD). 13:00 - 14:30 Evento Paralelo - Cambio Climático y Derechos Humanos: Enfocados en la Vida Urbana Urban, los Derechos Humanos y la Adaptación al Cambio Climático (Espace Générations Climat, Room 4). Ofrecido por European Association of Geographers. 15:45 - 17:00 Exposición Fotográfica y Fílmica - No Queda Tiempo: Cambio Climático y Derechos Humanos en el Condado de Turkana, Kenya (Espaces Générations Climat, Round House and Stand A28). Ofrecidas por Human Rights Watch.  17:30 - 19:00 Evento Paralelo - Actuar Contra el Clima y Promover los Derechos Humanos: Soluciones Prácticas (Espace Générations Climat, Room 1). Hosted by the Human Rights & Climate Change Working Group and Réseau Climat & Développement. 18:30 - 21:00 Celebración del Día de los Derechos Humanos (Point Ephemere, 200 quai de Valmy 75010 Paris). Ofrecida por Tri-Caucus, Accra Caucus, Geneva Group, Human Rights & Climate Change Working Group, Indigenous Peoples Caucus, and REDD+ Safeguards Working Group. 

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Financiamiento climático en Latinoamérica y el Caribe: Del acuerdo global a la acción nacional

El Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), E3G y la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) dieron a conocer hoy varias de las acciones que se realizan en países de la región con miras a financiar la implementación de las contribuciones nacionales tentativamente determinadas —conocidas como INDCs por sus siglas en inglés—, que son los compromisos que los países hicieron este año para combatir el cambio climático. París, Francia. En una rueda de prensa organizada en el marco de la COP21, las organizaciones resaltaron tres pilares clave del financiamiento climático como herramienta para implementar acciones transformacionales en la región: estrategias nacionales de financiamiento para movilizar diferentes recursos financieros públicos y privados, el Fondo Verde del Clima como mecanismo fundamental para financiar acciones climáticas en Latinoamérica; y la importancia de la transparencia, la medición, reporte y verificación del financiamiento climático. Marcela Jaramillo, asesora política de E3G, resaltó  la necesidad de identificar prioridades de inversión en el contexto local y en el marco de los procesos nacionales para definir medidas para el apalancamiento de recursos que soporten la implementación de las INDCs. E3G ha venido trabajando con México, Chile y Colombia. “México y Chile vienen adelantando el proceso de planeación estratégica para la movilización de recursos, privados y públicos, nacionales e internacionales, para la implementación de sus INDCs; Chile, por ejemplo, espera tener su estrategia de financiamiento lista para el 2018”, dijo Jaramillo. Señaló además que existen esfuerzos en la región para alinear las agendas nacionales e internacionales. “Colombia está trabajando en una iniciativa que busca unir las agendas de cambio climático y desarrollo sostenible junto con sus prioridades nacionales en la construcción de paz y desarrollo rural”. Aunque cada país tiene un contexto diferente que debe ser entendido y reflejado en su estrategia, “la alineación con las políticas nacionales, así como la generación de un diálogo entre el sector público y privado son elementos fundamentales para la movilización de recursos y el logro de impactos duraderos”, agregó. Andrea Rodríguez, abogada sénior de AIDA, dijo que los países de América Latina necesitarán recursos financieros para implementar los compromisos climáticos establecidos bajo la Convención. Dichos recursos, resaltó, deben ser suficientes para permitir estrategias de financiamiento climático a corto, mediano y largo plazo. El Fondo Verde del Clima, indicó Rodríguez, “es una buena opción para acceder a recursos financieros que permitan implementar proyectos y programas en países latinoamericanos, particularmente para aquellos cuyos planes sean ambiciosos y estén enfocados en lograr un desarrollo bajo en carbono y resilientes al clima”. Finalmente, Sandra Guzmán, Coordinadora General del GFLAC, afirmó que una pieza clave que tendría que ser transversal en el Acuerdo de París, particularmente en el tema de financiamiento, es la transparencia. “Este elemento es fundamental para aumentar la confianza entre los países donantes y países receptores. En ese sentido, la construcción de mecanismos de medición, reporte y verificación (MRV) para financiamiento son esenciales, pues de ello depende conocer la cantidad exacta de recursos que se promete, se transfiere, se asigna, y sobre todo la forma en la que este recurso se utiliza; de ese modo es posible garantizar que el financiamiento cumpla con los objetivos de mitigación y adaptación”. Guzmán enfatizó que de 25 países que presentaron sus INDCs en la región sólo dos incluyen MRV y sólo Colombia está en proceso de construcción del mismo. Por ello el GFLAC trabaja en 9 países para apoyar el mejor entendimiento de las necesidades y oportunidades de financiamiento. La combinación de los tres pilares a los que las organizaciones hicieron referencia es fundamental para avanzar en la agenda climática a nivel nacional en Latinoamérica y el Caribe. Un acuerdo ambicioso en París promovería resultados más efectivos en cada una de estas áreas y generaría mayor ambición en la transformación de los modelos de desarrollo.

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La COP21 de París arranca y la esperanza de un buen acuerdo climático crece

La 21ª Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático inició en París, Francia. La cita es clave pues de ella debe salir un nuevo y efectivo acuerdo climático global. Al expectativas en torno a esa meta son cada vez grandes. Los Estados parte de la Convención, cuyos líderes y representantes están reunidos, tienen la oportunidad de mostrar su compromiso y disposición real para combatir el cambio climático y adoptar las medidas necesarias para asegurar un mejor planeta para las generaciones presentes y, sobre todo, las futuras. La COP21 tiene en sus manos la tarea de finalizar el “paquete climático” de París, el cual contiene un borrador del nuevo acuerdo climático y una serie de decisiones a ser consideradas y adoptadas luego por la COP.   Ambos componentes son vitales para asegurar la implementación adecuada de la Convención, un instrumento importante que si bien ha logrado poner la problemática del cambio climático sobre la mesa, aún requiere acciones claras para concretar su cumplimiento.  ¿Cuál es la dinámica de trabajo? Durante la primera semana, las y los negociadores trabajarán en el grupo de la Plataforma de Durban para la Acción Reforzada (ADP). Este grupo tiene el mandato de desarrollar un instrumento legal y vinculante que funcione bajo la Convención y sea aplicable a las Partes de la misma. Las negociaciones tendrán lugar en grupo de trabajo. Se tiene previsto que las discusiones en grupo terminen el sábado 5 de diciembre. Ello dará paso a la preparación del borrador final del acuerdo y de las decisiones del “paquete climático” para que sean considerados por la COP en la segunda semana de la Conferencia. ¿Qué esperamos lograr en París? Para AIDA dos son las tareas centrales que la COP21 debe lograr: Clarificar los compromisos relacionados con el financiamiento climático después de 2020. Incluir lenguaje específico de respeto, garantía, protección y promoción de los derechos humanos en todas las acciones climáticas en el preámbulo del Acuerdo de París y en el Artículo 2, referente a los Objetivos del Acuerdo. Financiamiento climático   Es el elemento fundamental para asegurar que los compromisos establecidos tanto en el Acuerdo de París como en la misma Convención, sean una realidad. En ese sentido, la sección de financiamiento climático debe contener los siguientes elementos clave: Claridad sobre qué países deben movilizar recursos nuevos y adicionales a partir del 2020. También será importante recalcar el rol de aquellos países en desarrollo que aunque no tienen la obligación de otorgar financiamiento, están en la posición de hacerlo y pueden contribuir a un mayor financiamiento climático.  Compromisos claros para incrementar el financiamiento climático. Una escala de financiamiento para lograr los objetivos esperados. Claridad sobre las fuentes del financiamiento, asegurando que las mismas respondan a métodos claros y transparentes que permitan su contabilización y uso efectivo. Una meta colectiva a corto plazo que muestre avances. Claridad sobre los arreglos institucionales necesarios para entender qué mecanismos se utilizarán para canalizar los recursos. Será importante fortalecer aún más el rol que actualmente juega el Fondo Verde del Clima para asegurar que su financiamiento contribuya a proyectos y programas que promuevan cambios reales, transformadores, bajos en carbono y resilientes al clima. Ciclos de contribuciones financieras, tiempos y periodos de verificación de los mismos. El financiamiento climático es fundamental para avanzar en el cumplimiento de la agenda climática. Dar certeza y claridad sobre este componente es primordial para alcanzar las metas establecidas y lograr cambios paradigmáticos a corto, mediano y largo plazo. Derechos humanos La protección y promoción de los derechos humanos es vital para combatir el cambio climático. En ese sentido, el éxito del Acuerdo de París depende de que ese elemento sea integrado transversalmente en su texto y, particularmente, en su objetivo. Un acuerdo climático con un lenguaje de derechos humanos ayudaría a: Subir la ambición del Acuerdo y fortalecer sus metas, promoviendo una mejor implementación, dado que la perspectiva de derechos humanos puede recordarle a los Estados las obligaciones que ya tienen. Clarificar las responsabilidades de los Estados y de otros actores en la lucha contra el cambio climático y aumentar la coherencia de las políticas públicas relacionadas con el tema. Esto brinda la oportunidad de avanzar y de aportar lecciones aprendidas, evitando la duplicación  o creación de nuevas obligaciones. Definir una pauta clara y aceptable para evitar mayores conflictos socioambientales en el futuro.  Al tener un marco jurídico homogéneo de reconocimiento de los derechos humanos, será posible mejorar la gestión del agua, los alimentos y la tierra, algo que afecta especialmente a los países de América Latina.  La COP21 en París es un momento histórico en el que la humanidad tiene la oportunidad de consolidar los avances sustanciales logrados al momento en la lucha contra el cambio climático. ¡Sigue nuestro trabajo en la COP21!

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