Cambio Climático


¿Cómo las fugas de metano del fracking agravan el cambio climático?

Las he visto más veces de las que puedo recordar, pero nunca dejan de impactarme: llamas de más de tres metros de altura, quemando gas en la planta de procesamiento de BP en Whiting, Indiana, Estados Unidos. La instalación está cerca de donde crecí, así que por mucho tiempo me han asombrado esas antorchas. Cuando era pequeña, mi hermana pensaba que eran volcanes y en mi familia ha sido usual llamarlas así.   Convertir residuos de metano en dióxido de carbono (CO2) mediante la quema es una práctica habitual en la producción de gas y petróleo. Ello hace que los “volcanes” sean un rasgo común de la perforación y fractura hidráulica o fracking para extraer hidrocarburos. Ver columnas de CO2 siendo escupidas directamente al aire impacta, pero también enfurece: es la metáfora visual de un mundo que funciona con energía sucia. Aun así, cuando se trata de fracking, los volcanes y sus emisiones de carbono no son el mayor problema. Lo más peligroso es con frecuencia difícil de ver, incluso invisible. La contaminación atmosférica causada por el fracking, la más grave, se debe a fugas de metano. El metano es un gas de efecto invernadero cuyo potencial de generar calentamiento global es 86 veces más grande que el del dióxido de carbono en un periodo de 20 años, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. Se filtra sigilosamente a nuestra atmósfera en cada punto de la cadena de suministro de gas, algo indetectable sin equipos sofisticados y pruebas constantes. De acuerdo con la NASA, la industria del gas y el petróleo es responsable por el incremento mundial de las emisiones de metano, superando incluso a los vertederos y a la producción de lácteos. Muchas de estas emisiones vienen de gasoductos con fugas de pozos de fracking. Aunque muchos de los daños del fracking —la contaminación de aguas subterráneas y un incremento en los sismos de origen humano, entre otros— están bien documentados, la contaminación atmosférica que causa implica una batalla más difícil de librar porque no hay imágenes que muestren convenientemente ese impacto. Pero el hecho de que no podamos ver cómo el metano se fuga al aire no implica que el daño sea menor: las partículas tóxicas se aferran a la garganta como manos invisibles; el metano causa hemorragias nasales y asma; las fugas de gas presionan el cerebro produciendo convulsiones y dolores de cabeza; los aditivos tóxicos hacen que los bebés nazcan prematuramente, con bajo peso y con defectos que ponen en riesgo su vida. Las fugas de metano son especialmente preocupantes en términos del cambio climático. Con la fuga a la atmósfera de menos del 2 por ciento del metano transportado por una tubería, el gas deja de ser supuestamente más “limpio” que incluso el carbón. Estudios recientes muestran que los campos de fracking en Estados Unidos registran fugas en niveles tremendamente desiguales, algunas de hasta el 12 por ciento.  En otras palabras, sólo unos cuantos pozos son responsables por una cantidad extrema de contaminación. Pero ello significa también que parte de la solución está en nuestras manos: reparar las fugas en esos campos altamente contaminantes sería de gran ayuda para la regulación del clima. Detener y reparar las fugas requiere una supervisión constante y cuidadosa, pero es una tarea rentable que a menudo se paga sola. Las compañías de gas pueden patrullar sus propias líneas de distribución, buscando y reparando fugas. Los reguladores neumáticos pueden ser reemplazados con otros mejores. Sin embargo, este cuidado extra es precisamente contra el que luchan los impulsores del fracking: la industria gasífera en Estados Unidos ha negado y minimizado por mucho tiempo la gravedad de las fugas en sus tuberías. Al igual que la contaminación por gases de efecto invernadero que lo causa, el cambio climático es un desastre de paso lento. Es una emergencia difusa y larga que, en un mundo que vive el instante, no es lo suficientemente dramática para decisiones a corto plazo. Por lo general se habla de ella cuando ya es demasiado tarde. Alternativas al fracking Pero los tiempos están cambiando. Y la solución al calentamiento global no está únicamente en la reparación de fugas. No podemos solamente mitigar un problema que amenaza nuestra vida, tenemos que ponerle fin. En lugar de perpetuar nuestra dependencia del gas, debemos invertir en una transición justa y movernos hacia fuentes de energía económicamente sostenibles, como la solar y la eólica. Los sistemas de distribución de gas, y su mantenimiento, son tan costosos como tóxicos, y pronto se volverán obsoletos. Debemos pelear por una mejor regulación de nuestro sistema energético mientras construimos alternativas para un mejor mañana. Eso es especialmente importante en partes del mundo que recién le están abriendo las puertas al fracking. Mientras en el Norte global es algo omnipresente, en América Latina el fracking apenas comienza, con la perforación de cerca de 5,000 pozos en los últimos años. Comunidades y defensores/as de derechos humanos de todo el continente han luchado mucho para conseguir prohibiciones o restricciones al fracking. Piden que sus países no caigan en la trampa: los daños serían mayores debido a una débil regulación y agravarían el cambio climático. En octubre del año pasado, testificaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre los daños que el fracking ha causado en toda América Latina. Liliana Ávila, abogada sénior de AIDA, explicó que la contaminación causada por el fracking vulnera derechos humanos básicos y que los defensores y defensoras ambientales enfrentan violencia cuando protegen sus territorios de la industria del gas. Parte de la batalla por una transición global y justa hacia una economía equitativa y sostenible implica reconocer los daños que son más difíciles de ver, incluidos aquellos que al principio son invisibles. Son los daños silenciosos, que ocurren en periodos largos de tiempo, los que ahora nos están alcanzando.  

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Poniendo el corazón en la protección de los humedales

Los arrecifes de coral son mis humedales favoritos. Son ecosistemas llenos de color, llenos de formas y llenos de vida.  Debajo del agua, mi corazón se llena de paz y de emoción al verme rodeada de tantas formas de vida y tantas especies conviviendo.  Como bióloga marina, he tenido la oportunidad de bucear en varios países y verlos de cerca. De todas esas inmersiones, las que más disfruté fue las que hice —por trabajo y por placer— en las Islas de la Bahía en Honduras, particularmente en Roatán, Utila y Cayos Cochinos. Recuerdo mucho mis buceos en las islas Cayos Cochinos. Estaba recién graduada de la universidad y era voluntaria en el Programa de Evaluación Rápida de Arrecifes del Atlántico y Golfo (AGRRA por sus siglas en inglés). Estaba a cargo de monitorear a los numerosos organismos que viven en o sobre los arrecifes: algas, erizos, langostas y caracoles reina, entre otros. Esa experiencia marcó sin duda mi vida personal y profesional. Desde entonces me propuse proteger estos ecosistemas tan mágicos e importantes para toda la vida en el planeta. Mi contribución actual, como asesora científica de AIDA, es fortalecer desde la ciencia los argumentos legales empleados para proteger éstos y otros sitios en América Latina. Humedales, entornos vitales en riesgo Además de los arrecifes de coral, los humedales —que se caracterizan por la presencia de agua— incluyen lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos; turberas, estuarios y deltas; manglares y pastos marinos. Los humedales son los “riñones” del planeta porque reciclan agua y desechos, retienen sedimentos y nutrientes, reducen la erosión y absorben dióxido de carbono de la atmósfera, mitigando el cambio climático. Sin embargo, se estima que desde 1700 hemos perdido casi el 87% de nuestros humedales y a una velocidad tres veces más rápida que la pérdida de bosques naturales.  Esto ha ocasionado una reducción de la biodiversidad, afectando al 81% de las especies continentales y a un 36% de las especies marinas y costeras.  Entre las mayores amenazas está la contaminación por basura, aguas residuales e industriales; el cambio de uso de suelo; la escorrentía agrícola; la erosión y el cambio climático.  El calentamiento global está incrementando la temperatura de los océanos, elevando el nivel del mar y derritiendo los polos. Y según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), un incremento del 1.5°C en la temperatura global podría acabar con casi el 90% de los arrecifes coralinos del mundo, una pérdida irreversible. Actuando para salvar a los humedales Ante este escenario, se requieren acciones urgentes en diferentes ámbitos, como: Realizar campañas de restauración. Algunos ejemplos incluyen campañas de reforestación de los bosques de manglar y restauración de arrecifes de coral. Declarar áreas protegidas para conservar los humedales y las especies que dependen de ellos.  Desarrollar políticas que permitan el uso racional de los humedales, en donde se priorice la conservación.  Prohibir la destrucción de estos ecosistemas en cualquier tipo de proyecto, turístico, de infraestructura o de desarrollo. Tener plantas de tratamiento de agua y evitar que los drenajes contaminen los humedales.  Cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, conmemorando la firma del Convención Ramsar, el único tratado intergubernamental para su conservación y uso racional. Este año la celebración está enfocada en los humedales frente al cambio climático, una cuestión que nos invita a reflexionar sobre el verdadero valor de los humedales, los servicios críticos que nos brindan y la urgencia de preservarlos. Somos capaces de hacerle frente al ante el cambio climático. Y salvar nuestros humedales puede ser el primer paso para salvar nuestro planeta y a nosotros mismos.  

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Seminario virtual "Respuesta global al cambio climático: Reflexiones tras la COP24"

En este seminario, expertos de la sociedad civil conversaron sobre los resultados de la vigésima cuarta versión de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, la COP24, particularmente sobre lo que implican para América Latina.   Panelistas Enrique Maurtua Konstantinidis, Centro Regional de Cambio Climatico y Toma de Decisiones: Avances en el diseño del Libro de Reglas para la puesta en marcha del Acuerdo de París. Sandra Guzmán, Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC): Inclusión del informe del IPCC y las decisiones sobre financiamiento climático. Astrid Puentes Riaño, Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA): El rol de los derechos humanos en las negociaciones. Karla Maass Wolfenson, Climate Action Network International (CAN): Reflexión sobre lo que viene con miras a 2020. Moderó: Karla Maass, CAN.   Grabación  

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10 buenas noticias ambientales para América Latina en 2018

Este año se caracterizó por triunfos en la creación de protecciones legales y en el establecimiento de políticas favorables al ambiente y los derechos humanos en la región. Pocas veces existen, en un solo año, tantos avances institucionales que sientan precedentes.   Aquí te presentamos diez ejemplos:   1. Por primera vez, la Corte Interamericana reconoció el ambiente sano como derecho “fundamental” La Corte concluyó que el ambiente sano es un derecho autónomo, “fundamental para la existencia de la humanidad”, y se pronunció por primera vez respecto del contenido del mismo. La relación entre ambiente y derechos humanos puede sonar obvia, pero hasta febrero de este año, cuando la decisión de la Corte se dio a conocer públicamente, no había precedentes de esta magnitud en el reconocimiento de ese vínculo. La decisión es una opinión que responde a una consulta hecha por Colombia. En ella, la Corte reconoció además que el cambio climático impacta en el goce de los derechos humanos, en especial en las poblaciones más vulnerables. La OC-23, como se le conoce, estableció un precedente histórico para la protección de los derechos humanos en el continente y será una herramienta importante para lograr justicia ambiental en la región. CONOCE MÁS 2. Se aprueba el primer tratado sobre asuntos ambientales de la región   Hasta finales de este año, 16 países han firmado el Acuerdo de Escazú, único en su tipo. No sólo es el primer tratado sobre asuntos ambientales de América Latina y el Caribe, es también el primero en el mundo que incluye disposiciones sobre los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales. Su objetivo principal es garantizar los derechos al acceso a la información ambiental, a la participación pública en procesos de toma de decisiones ambientales y a la justicia en asuntos ambientales. CONOCE MÁS 3. Peces loro reciben protección especial en México Los peculiares y coloridos peces loro se alimentan de las macroalgas que crecen sobre los corales quitándoles luz y oxígeno. Debido a la sobrepesca y otros factores, las poblaciones de peces loro han disminuido y, por lo tanto, los corales están en mayor riesgo. Por ello, diez especies de este pez están en proceso de ser incluidas por el gobierno en la lista mexicana de fauna protegida. CONOCE MÁS 4. Pueblos indígenas reconocidos en el financiamiento climático Tras años de trabajo por parte de organizaciones indígenas alrededor del mundo, el Fondo Verde del Clima aprobó una Política de Pueblos Indígenas con el objetivo de proteger, reconocer, respetar y promover sus derechos dentro del financiamiento de proyectos climáticos. La decisión fue recibida con esperanza en un mundo que requiere acciones inmediatas de mitigación y adaptación al cambio climático. Políticas como ésta contribuyen a evitar que el financiamiento climático vulnere los derechos de las personas más afectadas. CONOCE MÁS 5. Un plan regional para proteger a los jaguares Catorce países y organizaciones conservacionistas lanzaron el Plan Jaguar 2030, con la intención de proteger los corredores o rutas naturales de vinculación de las poblaciones de esta especie, el carnívoro más grande de América Latina sin depredadores naturales. Las poblaciones del jaguar se extienden por 18 países, pero disminuyen aceleradamente por la caza furtiva, la fragmentación de su hábitat y los conflictos con actividades humanas. En El Salvador y Uruguay, se ha declarado extinto. El el plan es una esperanza para su protección a nivel internacional y entre fronteras. CONOCE MÁS 6. Colombia le dice no a pruebas piloto de fracking La Autoridad de Licencias Ambientales de Colombia (ANLA) negó el permiso para que la empresa ConocoPhillips realizara las primeras pruebas piloto de fractura hidráulica para la extracción de hidrocarburos en San Martin y Aguachica, Cesar. La ANLA argumentó que la información presentada por la empresa era “insuficiente” para conocer el manejo y disposición del agua, también cuestionó su evaluación ambiental y su plan de contingencia. Por lo pronto, la iniciativa está archivada. Continuar apostando por los combustibles fósiles nos aleja de las metas climáticas, es importante apostar por una transición energética. CONOCE MÁS 7. Una lucha regional ante el fracking llega a la CIDH Organizaciones y comunidades de toda la región unieron esfuerzos para llevar por primera vez ante la Comisión Interamericana casos de violaciones de derechos humanos y amenazas al ambiente provocados por la extracción de hidrocarburos mediante fracturación hidráulica. Después de varias luchas locales, éste fue el primer momento en que se evidenció ante un organismo regional los daños documentados en varios países, desde Estados Unidos hasta Argentina. La información presentada llamó el interés de la Comisión. ¡La unión hace la fuerza! A propósito de este tema, el nuevo presidente de México dijo que no se hará más fracking. CONOCE MÁS 8. Un tratado para proteger dos terceras partes de los océanos Tras una década de debates, este año inició la negociación en la ONU de un tratado jurídicamente vinculante para proteger la biodiversidad en alta mar, como se conoce a las áreas marinas que están fuera de jurisdicciones nacionales. Las negociaciones se llevarán a cabo hasta 2020. Pese a que alta mar representa el 64% de la superficie total de los océanos y a que los mares absorban el 90% del calor provocado por el calentamiento global, no existe un tratado que proteja este ecosistema, solo regulaciones fragmentadas. CONOCE MÁS 9. Chile clausura definitivamente la mina Pascua Lama En octubre de este año, autoridades chilenas confirmaron la clausura definitiva de Pascua Lama, un proyecto minero de explotación de oro en la frontera entre Chile y Argentina. Barrick Gold, la empresa a cargo del proyecto, fue multada por 33 violaciones a la normativa ambiental chilena. Pascua Lama generó daños a fauna y flora nativa. Pueblos indígenas de la región, que documentaron la contaminación de un río y afectaciones a los glaciares, fuente importante de agua, celebraron la decisión. Ahora se busca detener el proyecto en el lado argentino. CONOCE MÁS 10. Argentina rompe récord de creación de parques nacionales Antes de terminar el año, Argentina anunció la creación de dos áreas marinas protegidas: Estricta y Namuncurá-Banco Burdwood II, importantes para la cría y desove de peces con alto valor comercial. Con este par, el país suma seis áreas naturales declaradas como parques nacionales solo en 2018, algo histórico. Los otros parques son: Traslasierra, Aconquija, Ciervo de los pantanos e Iguerá. Argentina se ha propuesto lograr para 2020 la protección del 10% de sus mares. CONOCE MÁS  

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¿Por qué trabajamos para lograr justicia climática en América Latina?

“Los problemas del mundo son muchísimos, pero ninguno parece tan transversal y peligroso como el cambio climático”, dice Florencia Ortúzar, abogada de AIDA. “Es realmente el gran desafío de nuestra generación”. En AIDA estamos conscientes de la magnitud del problema. Por ello incorporamos y promovemos la justicia climática como concepto clave en todas nuestras líneas de trabajo. Esto nos lleva a evitar la implementación de actividades que agravan el cambio climático y, al mismo tiempo, promover alternativas sostenibles que respeten el ambiente y los derechos de las comunidades en desventaja. “Lo que me mueve a contribuir a la lucha contra el cambio climático es la conciencia de que tenemos un problema enorme sobre nuestras espaldas, y la determinación de que no podemos rendirnos”, dice Florencia. Su motivación es la de todo el equipo de AIDA: abogados/as, científicos/as y profesionales en comunicación, administración y recaudación de fondos. Cuando era niña, Florencia recibió de su papá un regalo muy especial: una insignia que decía “world saver” (salvadora del mundo). Ese día, en una playa de su natal Chile, Florencia enganchó la insignia a su ropa y comenzó a recoger basura, limpiando la playa. El regalo fue el encargo de una misión. Florencia estudió Derecho para trabajar por la protección de bosques, ríos, animales y de todo  aquello que conforma la naturaleza. “La suerte me acompañaba cuando me encontré con AIDA, la organización en la que me he formado y a través de la cual he podido hacer mi aporte”. Florencia integra el equipo legal del Programa de Cambio Climático de AIDA, cuyo objetivo es contribuir a que América Latina, una de las regiones más vulnerables a la crisis climática, lidere los cambios requeridos a nivel mundial para evitar mayores catástrofes. En alianza con organizaciones aliadas y de la mano de comunidades, trabajamos para frenar el avance ciego del fracking y de las grandes represas, cuya implementación implica importantes emisiones de metano, un gas de efecto invernadero 34 veces más potente que el dióxido de carbono. Trabajamos además para crear conciencia y educar a los responsables de políticas públicas sobre la importancia de controlar las emisiones de los contaminantes climáticos de vida corta. Buscamos también proteger ecosistemas terrestres y marinos que capturan emisiones de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático, como los arrecifes de coral, manglares, humedales y páramos. Hacemos seguimiento a las negociaciones climáticas internacionales e incidimos para que los países de la región cuenten con los recursos económicos necesarios para afrontar el cambio climático y para que el financiamiento climático respete los derechos humanos. “Aunque muchos de los efectos del cambio climático ya están ocurriendo y son inevitables, los esfuerzos que sigamos haciendo por detener el problema y adaptarnos a él serán bien agradecidos por las generaciones futuras, que nada tuvieron que ver con el daño causado”, dice Florencia, quien transmite el mensaje allá donde va, animando a otras personas a sumarse a la lucha. “Me niego a que seamos la última generación en disfrutar de las maravillas naturales de nuestro planeta”.  

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Carta aberta da Alta Comissária da ONU sobre a integração dos direitos humanos na ação contra a mudança global do clima

Excelência, Enquanto eu escrevo para você hoje, os direitos humanos estão sob ameaça de uma força que desafia as bases de toda a vida neste planeta que compartilhamos. As conclusões do Painel Intergovernamental sobre Mudanças Climáticas no seu relatório especial sobre o Aquecimento Global de 1,5 °C não poderiam ter sido mais claras. A mudança climática já está afetando a vida das pessoas, o gozo efetivo de seus direitos e os ecossistemas dos quais todos dependemos. Preservar o futuro da humanidade prevenindo os piores impactos da mudança climática requer que a comunidade internacional trabalhe em conjunto para executar agora medidas climáticas, eficazes, ambiciosas, urgentes e baseadas nos direitos humanos. No próximo mês, em Katowice, na Polônia, Estados e outras partes interessadas se reunirão para finalizar uma série de decisões críticas sobre o programa de trabalho do Acordo de Paris de 2015, sob a Convenção-Quadro das Nações Unidas sobre Mudança do Clima. Estas decisões irão reger a ação contra a mudança global do clima sob o Acordo de Paris para o futuro indefinido. É fundamental que o resultado da COP24 em Katowice se baseie em compromissos concretos para preservar a dignidade e os direitos humanos, a fim de fazer jus ao o legado e propósito do Acordo de Paris, assim como aos esforços mundiais para alcançar o desenvolvimento sustentável e erradicar a pobreza extrema. Também devemos olhar além da COP24 para a implementação do Acordo de Paris nos próximos anos. Ao longo dos próximos dois anos, muitos governos terão a possibilidade de apresentar e/ou atualizar suas primeiras contribuições nacionalmente determinadas. Isso dá ao seu governo a oportunidade de fortalecer os compromissos refletidos em sua contribuição inicialmente pretendida. Clamo a todas as autoridades que considerem urgentemente tal medida. Sabemos que a soma total das contribuições nacionalmente determinadas pelos Estados nos coloca em aproximadamente 3°C de aquecimento, mais do que o dobro da meta que a comunidade internacional concordou em envidar esforços para alcançar três anos atrás em Paris. As consequências desse nível de mudança climática são inimagináveis. Nações, ecossistemas, pessoas e modos de vida inteiros poderiam deixar de existir. Além de que inúmeras vidas vão ser irreparavelmente afetadas, começando com aqueles que já sofrem discriminação devido ao seu gênero; devido ao seu status econômico; devido ao fato de serem membros de povos indígenas ou minorias; devido ao fato de serem imigrantes, ou internamente deslocados; devido a sua idade; ou porque são pessoas com deficiência. Estados têm obrigações de direitos humanos de garantir que aqueles impactados pela mudança do clima, especialmente aqueles em situação de vulnerabilidade, tenham acesso a medidas de mitigação efetivas e aos meios necessários de adaptação para disfrutar a vida com dignidade. Eles também têm a obrigação de fortalecer os seus compromissos de mitigação a fim de prevenir os piores impactos da mudança do clima. Para alcançar esses objetivos, Estados devem trabalhar individualmente e coletivamente para regular as emissões de gases do efeito estufa, para mobilizar recursos adequados para adaptação e mitigação da mudança do clima, e para garantir a participação significativa de todas as pessoas na ação contra a mudança global do clima. Estou profundamente comprometida com o desafio de defender os direitos de milhões de pessoas ameaçadas pela mudança do clima, agora e nos próximos anos. Para contribuir para esta crítica luta, meu Escritório vai estender todo o suporte possível para os Estados Membros na negociação e implementação de ações climáticas baseadas nos direitos humanos. Nesse sentido, meu Escritório estará disponível para oferecer, caso possa ser útil, orientação em diversas medidas cruciais para a proteção dos direitos humanos na ação climática. Continuaremos a trabalhar com Governos e outras partes interessadas para promover a ação climática e os resultados da COP24 que beneficiem tanto pessoas quanto o planeta. Por favor aceite, Excelência, as garantias da minha mais alta consideração.   Michelle Bachelet Alta Comissária das Nações Unidas para os Direitos Humanos   Missões Permanentes para as Nações Unidas Em Genebra e Nova York.  

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Carta Abierta de la Alta Comisionada de la ONU sobre la integración de los derechos humanos en la acción climática

(traducción no oficial del inglés) Excelencia, Hoy mientras escribo, los derechos humanos están bajo la amenaza de una fuerza que desafía los cimientos de toda vida en el planeta que compartimos. Los hallazgos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático en su informe especial acerca del Calentamiento Global de 1.5oC, no podrían ser más claros. El cambio climático ya está afectando la vida de las personas, el disfrute efectivo de sus derechos, y los ecosistemas de los que todos dependemos. Preservar el futuro de la humanidad previniendo los peores impactos del cambio climático, requiere que la comunidad internacional trabaje conjuntamente para tomar ahora mismo medidas climáticas eficaces, ambiciosas, urgentes, y basadas en los derechos humanos. El próximo mes, en Katowice, Polonia, los Estados y otras partes interesadas se reunirán para finalizar una serie de decisiones críticas sobre el programa de trabajo del Acuerdo de Paris 2015 en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Estas decisiones regirán la acción climática bajo el Acuerdo de Paris para el futuro indefinido. Es fundamental que el resultado de la COP24 en Katowice se base en compromisos concretos para defender la dignidad y los derechos humanos, a fin de cumplir con el legado y el propósito del Acuerdo de París, así como con los esfuerzos mundiales para alcanzar el desarrollo sostenible y erradicar la pobreza extrema. También debemos ver más allá de la COP24 para la implementación del Acuerdo de Paris en los años venideros. En el transcurso de los próximos dos años, muchos gobiernos tendrán la posibilidad de presentar y/o actualizar sus primeras contribuciones determinadas a nivel nacional. Esto le da a su gobierno la oportunidad de fortalecer los compromisos reflejados en su contribución inicial prevista. Estoy haciendo un llamado a todas las autoridades que consideren con urgencia este movimiento. Sabemos que la suma total de las contribuciones aportadas y determinadas por los Estados actuales a nivel nacional, nos ubican en aproximadamente 3oC de calentamiento, más del doble del objetivo que la comunidad internacional acordó alcanzar mediante esfuerzos hace tres años en París. Las consecuencias de este grado de cambio climático son impensables. Naciones enteras, ecosistemas, pueblos y modos de vida, podrían simplemente dejar de existir. E incontables vidas serán dañadas irreparablemente, empezando por aquellos quienes ya enfrentan discriminación por su género; por su estatus económico; por ser miembros de grupos indígenas o minorías; por ser migrantes, o desplazados internos; por su edad; o porque son personas con discapacidades. Los Estados tienen una obligación de derechos humanos para asegurar que quienes sean afectados por el cambio climático, particularmente aquellos en condiciones de vulnerabilidad, tengan acceso a recursos efectivos y los medios de adaptación necesarios para disfrutar la vida dignamente. También tienen la obligación de fortalecer sus compromisos de mitigación para prevenir los peores impactos de cambio climático. Para alcanzar estos objetivos, los Estados deben trabajar individual y colectivamente para regular las emisiones de gases de efecto invernadero, movilizar recursos adecuados para la mitigación y adaptación al cambio climático, y garantizar la significativa participación de todas las personas en la acción climática. Estoy profundamente comprometida con la lucha por defender los derechos de millones de personas amenazadas por el cambio climático, ahora y en los años venideros. Mi Oficina brindará todo el apoyo posible a los Estados miembros en la negociación e implementación de las acciones climáticas basadas en los derechos humanos, en esta crítica lucha. En este sentido, mi Oficina está lista para brindar orientación sobre una serie de medidas cruciales para la protección de los derechos humanos en la acción climática, si eso fuera útil. Continuaremos trabajando con los gobiernos y otras partes interesadas para promover la acción climática y un resultado de la COP24 que beneficie tanto a las personas como al planeta. Por favor su Excelencia, reciba mi más alta consideración.   Michelle Bachelet Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos   Misiones permanentes para las Naciones Unidas En Ginebra y Nueva York.  

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Cambio Climático

ECO en español: COP24

El boletín de noticias ECO ha sido publicado por organizaciones no gubernamentales ambientales, en las principales conferencias internacionales sobre cambio climático. ECO se edita de forma cooperativa por la Red de Acción Climática (CAN) en reuniones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), ahora en la COP24en Katowice, Polonia.     eco 1 ECO 2 ECO 3 ECO4 ECO5 ECO6 ECO7 ECO8 ECO9 ECO11  

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Seminario virtual "COP24: Elementos clave para aumentar la ambición por el clima"

La publicación del informe del IPCC sobre los 1.5ºC puso en manos de la comunidad internacional la responsabilidad de aumentar la ambición política y revisar los objetivos del Acuerdo de París, como único camino posible en la lucha contra el cambio climático. A sólo unos días de la celebración de la Conferencia de las Partes en Katowice, Polonia, hablamos sobre los desafíos y oportunidades que este llamado implica en el marco de las negociaciones que tendrán lugar entre el 3 y 14 de diciembre.   Panelistas Sandra Guzmán, Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe: Bienvenida, introducción y moderación. Tania Guillén, Climate Service Center (GERICS): Implicaciones del Informe del IPCC sobre los 1.5ºC para la COP24. Karla Maass Wolfenson, Climate Action Network International (CAN); Anne-Laure SABLE, Comité Católico contra el Hambre y por el Desarrollo (CCFD); Enrique Maurtua Konstantinidis, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN); y Danae Espinoza, Latin American and Caribbean Youth Climate Movement (CLIC!): Temas cruciales para la COP24. Astrid Puentes Riaño, Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA): Reflexión para alentar la participación no estatal en el marco de los derechos humanos.   Grabación   Presentaciones 1. Diapositiva presentada por Karla Maass Wolfenson, de Climate Action Network International (CAN):   2. Presentación de Anne-Laure SABLE, del Comité Católico contra el Hambre y por el Desarrollo (CCFD):  

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