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Foto: Maíra Irigaray / Amazon Watch

Haciendo que Brasil se responsabilice por los daños de la represa Belo Monte

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Cuando entre en pleno funcionamiento, Belo Monte será la tercera represa más grande del mundo, construida en uno de los ecosistemas más importantes del planeta: el bosque tropical del Amazonas. Ubicado sobre el río Xingú en Pará, un estado del norte de Brasil, el embalse cubrirá 500 kilómetros cuadrados de bosque y tierras de cultivo, un área del tamaño de Chicago.

Para la población de la cuenca del Xingú, la construcción de Belo Monte ha significado perder el acceso al agua, la alimentación, la vivienda, el trabajo y el transporte. Al menos 20,000 personas han sido desplazadas.

El Gobierno y el consorcio a cargo del proyecto comenzaron a construir la represa sin consultar primero a las personas de la zona, muchas de las cuales son indígenas. Pasaron por alto la normativa internacional de derechos humanos, la cual requiere el consentimiento previo, libre e informado de las comunidades indígenas afectadas. Brasil también incumplió las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, las cuales estaban destinadas a proteger la vida, salud e integridad de las comunidades.

La represa comenzó a operar en mayo de 2016, aunque no en toda su capacidad. Y, en abril de 2017, un tribunal federal suspendió su licencia de operación porque el consorcio no completó los trabajos de saneamiento básico en Altamira, ciudad directamente afectada por la hidroeléctrica.

 


Ramsar pide a Colombia incluir a la Ciénaga Grande en lista de humedales con daños graves

Expertos de la Convención Ramsar, tratado internacional para la protección de humedales, identificaron “cambios fuertes” en las características ecológicas del sitio debido a la intervención humana. Recomendaron, entre otras cosas, que Colombia inscriba al lugar en el Registro Montreux, el cual incluye humedales amenazados seriamente y que requieren atención prioritaria. Bogotá, Colombia. Tras visitar la Ciénaga Grande de Santa Marta en agosto del año pasado, una misión de expertos internacionales de la Convención Ramsar, tratado intergubernamental para la protección de humedales, emitió un informe en el que recomienda al Gobierno colombiano incluir al sitio en el Registro Montreux, un listado de entornos bajo amenaza grave y que requieren atención prioritaria. “Dados los fuertes cambios en las características ecológicas del sitio Ramsar CGSM (Ciénaga Grande de Santa Marta), se recomienda su inclusión en el Registro Montreux”, se menciona en el informe que se conoció la semana pasada. Esos cambios “requieren la toma de medidas urgentes por parte del Gobierno de Colombia que permitan mantener y recuperar su carácter ecológico y alcanzar su uso racional de acuerdo a los objetivos de la Convención”, se lee también en el documento. Entre los cambios mencionados en el informe están la sobreexplotación y contaminación de parte de las aguas de la Ciénaga, la disminución del agua dulce que recibe debido a la presencia excesiva de sedimentos y a la obstrucción de canales, la “gran pérdida” de bosques de manglar ocasionada por obras viales y de infraestructura que bloquearon flujos de agua, y la disminución de la población de peces. “La inclusión de la Ciénaga en el Registro Montreux puede permitir la obtención de ayuda económica, mediante fondos otorgados por la Ramsar Wetland Conservation Fund, así como de apoyo y asesoría técnica por parte del Grupo de Examen Científico y Técnico de la Convención Ramsar, que puede generar recomendaciones para la recuperación y conservación del ecosistema”, explicó Juan Pablo Sarmiento Erazo, investigador de la Universidad del Norte. Además de esa medida, en el informe de Ramsar, se recomiendan otras dos soluciones ante la degradación ambiental del sitio: realizar un dragado efectivo con base en un nuevo diseño hidrológico, y fortalecer la coordinación interinstitucional en el manejo del lugar. “Es clave que el Gobierno colombiano siga al pie de la letra las recomendaciones de Ramsar y que implemente lo antes posible las mejoras y cambios necesarios en el manejo del sitio”, dijo Gladys Martínez, abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “Lejos de ser una lista negra, el Registro Montreux es una oportunidad para que los gobiernos se muestren responsables con los recursos naturales que requieren atención urgente”. La visita de los expertos al sitio, realizada del 22 al 26 de agosto de 2016, se concretó tras la petición hecha en ese sentido el 2014 a la Secretaría de Ramsar por AIDA, la Universidad del Norte, y la Universidad de Florida, con el acompañamiento de la científica Sandra Vilardy, de la Universidad del Magdalena. “Esperamos que el gobierno haga público el informe de manera oficial”, resaltó Vilardy. “El documento menciona que es imperativo reestablecer el balance hídrico del complejo de humedales, haciendo énfasis en la revisión de las concesiones de agua de los ríos que alimentan a la Ciénaga”. NOTA: Más información disponible aquí. Contactos de prensa: Gladys Martínez, abogada de AIDA, +506 8321 4263, [email protected] Carlos Lozano Acosta, abogado de AIDA, +57 300 5640282, [email protected]  Juan Pablo Sarmiento, Universidad del Norte, +57 300 5514583, [email protected]  

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Estados Unidos se retira del Acuerdo de París; América Latina debe tomar el liderazgo

Sin la participación de Estados Unidos, es urgente que otros países limiten sus emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora que el presidente Donald Trump ha retirado a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, los países de América Latina deben actuar con una urgencia renovada para combatir el cambio climático a nivel mundial. Dándole un golpe al Acuerdo de París, la decisión de Trump envía el mensaje de que el gobierno federal de Estados Unidos ya no está comprometido a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Estados Unidos, Siria y Nicaragua son ahora los únicos países que se niegan a unirse a la lucha histórica contra el calentamiento global. El Acuerdo de París, destinado a que los países fijen objetivos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, fue aclamado como el primer acuerdo climático verdadero y global para detener el cambio climático. “Lo ocurrido tiene implicaciones enormes para la lucha contra el cambio climático en el Sur Global”, dijo Astrid Puentes, codirectora ejecutiva de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “Ya no podemos confiar en el gobierno de Estados Unidos para dar un ejemplo de avance climático. Ahora, más que nunca, es importante que los países de América Latina intensifiquen los esfuerzos por frenar sus emisiones de gases de efecto invernadero”. Aunque Estados Unidos y China son los más grandes emisores de esos contaminantes, nueve por ciento del total global de las emisiones vienen de América Latina, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. “Siendo una región con una diversidad ecológica enorme, América Latina tiene la oportunidad de asumir un rol protagónico en la protección de los recursos naturales y las comunidades al forjar un futuro energético limpio y no dependiente de los combustibles fósiles”, dijo Puentes. “Sin Estados Unidos, América Latina necesita ahora liderar la lucha global contra el cambio climático, y AIDA seguirá estando a la vanguardia de esta lucha”. Entre otros proyectos, AIDA ha trabajado con gobiernos de América Latina para incrementar su capacidad de garantizar financiamiento internacional para proyectos climáticos, generado conciencia sobre las cantidades significativas de metano que emiten muchas grandes represas, sumado esfuerzos regionales para contrarrestar la expansión de proyectos de fractura hidráulica, y ha ayudado a proteger sumideros de carbono vitales. Con su equipo de expertos legales y ambientales, AIDA trabaja también para proteger los derechos humanos de personas y comunidades en toda la región. AIDA es la única organización regional en América Latina que brinda apoyo legal gratuito a comunidades y organizaciones dedicadas a proteger los derechos humanos y el ambiente. Contacto de prensa: Astrid Puentes Riaño, Codirectora Ejecutiva, [email protected]

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Sin la participación de Estados Unidos, es urgente que otros países limiten sus emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora que el presidente Donald Trump ha retirado a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, los países de América Latina deben actuar con una urgencia renovada para combatir el cambio climático a nivel mundial. Dándole un golpe al Acuerdo de París, la decisión de Trump envía el mensaje de que el gobierno federal de Estados Unidos ya no está comprometido a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Estados Unidos, Siria y Nicaragua son ahora los únicos países que se niegan a unirse a la lucha histórica contra el calentamiento global. El Acuerdo de París, destinado a que los países fijen objetivos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, fue aclamado como el primer acuerdo climático verdadero y global para detener el cambio climático. “Lo ocurrido tiene implicaciones enormes para la lucha contra el cambio climático en el Sur Global”, dijo Astrid Puentes, codirectora ejecutiva de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “Ya no podemos confiar en el gobierno de Estados Unidos para dar un ejemplo de avance climático. Ahora, más que nunca, es importante que los países de América Latina intensifiquen los esfuerzos por frenar sus emisiones de gases de efecto invernadero”. Aunque Estados Unidos y China son los más grandes emisores de esos contaminantes, nueve por ciento del total global de las emisiones vienen de América Latina, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. “Siendo una región con una diversidad ecológica enorme, América Latina tiene la oportunidad de asumir un rol protagónico en la protección de los recursos naturales y las comunidades al forjar un futuro energético limpio y no dependiente de los combustibles fósiles”, dijo Puentes. “Sin Estados Unidos, América Latina necesita ahora liderar la lucha global contra el cambio climático, y AIDA seguirá estando a la vanguardia de esta lucha”. Entre otros proyectos, AIDA ha trabajado con gobiernos de América Latina para incrementar su capacidad de garantizar financiamiento internacional para proyectos climáticos, generado conciencia sobre las cantidades significativas de metano que emiten muchas grandes represas, sumado esfuerzos regionales para contrarrestar la expansión de proyectos de fractura hidráulica, y ha ayudado a proteger sumideros de carbono vitales. Con su equipo de expertos legales y ambientales, AIDA trabaja también para proteger los derechos humanos de personas y comunidades en toda la región. AIDA es la única organización regional en América Latina que brinda apoyo legal gratuito a comunidades y organizaciones dedicadas a proteger los derechos humanos y el ambiente. Contacto de prensa: Astrid Puentes Riaño, Codirectora Ejecutiva, [email protected]

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