América Latina


agua

Seminario virtual "Monitoreo comunitario de la calidad del agua"

El monitoreo comunitario de la calidad del agua ha servido como herramienta para que la ciudadanía controle y vigile la salud de los ecosistemas afectados por actividades extractivas como la minería. En América Latina, varias organizaciones y grupos de ciudadanos monitorean sus fuentes de agua y alertan de los impactos negativos sobre éstas cuando ocurren. En el seminario se dio a conocer a las organizaciones y personas que llevan adelante este monitoreo, sus experiencias, logros y retos, así como las perspectivas de esta actividad en el continente.   PANELISTAS Yasin Peredo: Ingeniero ambiental por la Universidad Católica Boliviana "San Pablo". Profesional del Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA), que impulsa un proceso integral sobre el cuidado coparticipativo de cuencas. Trabaja en vigilancia ambiental y monitoreo comunitario de calidad del agua en las cuencas Poopó y Pazña, Antequera. Fabiola Vargas: Estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica Boliviana "San Pablo". Trabaja en investigación ambiental, con énfasis en restauración ecológica, como parte del equipo de Gestión Colectiva del Agua del CENDA. Trabaja además en la implementación de alternativas para la remediación de cuerpos de agua, en la cría de anfibios en cautiverio en el Museo de Historia Natural Alcide D’Orbigny, y en el Herbario de la Universidad Católica Boliviana. Abel Machaca: Es agrónomo, monitor comunitario del agua en el Ayllu San Agustín de Puñaca (Poopó, Oruro) y miembro de la Coordinadora en Defensa de la Cuenca del Río Desaguadero, lagos Uru Uru u Poopó. Jorge Rubiano: Es biólogo por la Universidad del Tolima, Colombia. Tiene una maestría en Gestión y Manejo de Bosques, Medio Ambiente y Naturaleza de la Universidad Distrital de Bogotá. Es Director y Coordinador de Proyectos en la Corporación Semillas de Agua. Allí trabaja en la formulación y acompañamiento a proyectos de monitoreo biológico en cuerpos de agua, la gestión social del agua en cuencas altoandinas, y en la planificación de humedales en alta montaña.   Grabación   0:00 - 5:23 Introducción y presentación de participantes (Andrés Ángel). 6:10 - 32:08 Experiencias de monitoreo comunitario en Bolivia (CENDA). 33:22 - 54:30 Monitoreo comunitario del agua en el marco de la gestiÓn social del agua en la cuenca del río Coello (Semillas de Agua). 54:30 - 57:10 Primera ronda de preguntas (CENDA y Semillas de Agua). 57:10 - 1:04:08 Testimonio monitor comunitario del agua en Bolivia (Abel Machaca). 1:04:27 - 1:43:48 Segunda ronda de preguntas (CENDA y Semillas de Agua). 1:43:48 - 1:45:37 Notas y comentarios finales (Andrés Ángel).   Presentaciones 1. Presentación de Yasin Peredo, Fabiola Vargas y Abel Machaca, CENDA:   2. Presentación de Jorge Rubiano, Corporación Semillas de Agua:  

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Fracking Colorado

Seminario virtual "La regulación del fracking: una falsa solución"

Los gobiernos y el sector privado se empeñan en hacer que la población crea que, con regulaciones ambientales, la explotación de hidrocarburos no convencionales vía fracturamiento hidráulico o frackingpuede hacerse de manera segura y responsable. Pero la experiencia internacional y la evidencia científica existente demuestran que esta actividad conlleva daños que son inherentes a la misma y que ni las mejores regulaciones, aun cuando fueran adecuadamente aplicadas, pueden evitarlos. En este seminario en línea se abordó la situación de las regulaciones aplicables al fracking en Argentina, Colombia y México y sus limitaciones para atender los riesgos que la actividad representa para la población, el ambiente y el clima. Grabación Presentaciones  

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Pez loro

Los corales y sus pequeños grandes aliados

Los corales son ecosistemas muy frágiles que además de ser vulnerables ante el cambio climático y la contaminación, entre otras amenazas, deben competir por luz y oxígeno con las macro algas que los cubren. Y, sobre todo en el Caribe, la salud de los corales está en riesgo grave porque están perdiendo a sus mejores aliados: los peces herbívoros, especies que se alimentan de algas y cuya población está disminuyendo debido a la pesca no sostenible. Magie Rodríguez, parte del Programa de Biodiversidad Marina y Protección Costera de AIDA, sabe de la fragilidad de los corales y de la importancia de proteger a estos peces para conservarlos. Actualmente colabora con un proyecto de la organización para la conservación de peces herbívoros en Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Panamá. Conservación de peces herbívoros El pez loro es uno de los grandes residentes herbívoros de los arrecifes de coral. Pasa casi todo el día mordisqueando los corales, limpiándolos de algas. También come corales muertos, aquellos que se desprenden de los arrecifes, para luego defecarlos como arena blanca. También es el principal responsable de que el buceo por esos entornos sea una experiencia tan colorida. Cada especie de pez loro, hay más de 90, tiene un esquema de color diferente. Además, estos peces cambian sus atuendos extravagantes al crecer. Lucen de una manera cuando son bebes y de otra al ser adolescentes y luego adultos. “Una de las claves de la pesca sostenible es capturar peces adultos, que ya se han desarrollado y reproducido, pero lo que se está haciendo en el Caribe es pescar peces loro jóvenes”, explica Magie. Aunque no son especies comerciales, los peces herbívoros están siendo capturados porque no hay nada más que pescar en la zona, cuya población tiene en la pesca su principal medio de ingresos y alimentación. Esa actividad se ha llevado a cabo de forma irresponsable, causando que las poblaciones de peces comerciales disminuyan drásticamente y, como consecuencia, también las de herbívoros. Asimismo, las herramientas usadas para la pesca son redes de enmalle y anzuelos, que causan muchas capturas incidentales, es decir que animales marinos que no son objeto de la pesca sean también capturados. Se usan también arpones o trampas de pesca, las cuales evitan que los peces más jóvenes escapen y continúen su ciclo de vida. Los peces cirujanos son peces tropicales muy bonitos y otras víctimas de la pesca irresponsable en el Caribe. Son pequeños y tienen dientes afilados con los que mastican las algas que pueden ahogar a los corales. Muchos ejemplares viven en cautiverio porque son muy codiciados para acuarios caseros. La especie saltó a la fama con Dory, la protagonista de la secuela del film Buscando a Nemo y que aumentó la demanda del pez cirujano para acuarios. La situación es parecida para el pez damisela, especie pequeña y colorida que también juega un papel clave en la salud de los corales. Hace las veces de jardinero, ahuyentando a las macro algas para ayudar al crecimiento de otras algas más pequeñas de las que se alimenta. Estrategias de conservación El proyecto de AIDA para la conservación de peces herbívoros en el Caribe, cuenta Magie, está en una fase inicial. Su objetivo es la implementación de estrategias diversas en los países escogidos, no sólo prohibiciones de pesca, sino también la adopción general de herramientas de pesca sostenible que tengan en cuenta el componente turístico de los corales. “Es necesario conseguir la recuperación no únicamente de las poblaciones de peces herbívoros, sino también las de especies comerciales, traer de vuelta el equilibrio”. El proyecto contemplará además estrategias adecuadas de manejo de aguas residuales, educación de consumidores y un trabajo conjunto con gobiernos, ONG, universidades y científicos. Los corales son, entre cosas, fuente de ingresos económicos y alimentos para comunidades costeras que viven de la pesca y el turismo. Y son barreras naturales contra tormentas y huracanes. “Ellos hacen mucho por nosotros y nos corresponde cuidarlos. Lo mejor que podemos hacer para mantenerlos sanos es proteger a los peces herbívoros”, dice Magie convencida.  

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Mujer indígena camina a orillas del río San Pedro Mezquital en Nayarit, México

Mujeres, agua y vida: un vínculo innegable

Como mujer y como defensora del ambiente, siento que es necesario conmemorar y resaltar el trabajo y el rol de las mujeres en la protección de nuestro entorno natural. Es preciso, especialmente, visibilizar los vínculos —que muchas veces parecerían imaginarios— entre la defensa, la valentía y el género.   Aunque a veces parezca que hablar de mujeres y medioambiente es abordar dos temas distintos, existen vínculos sutiles, pero no débiles, entre ambos, especialmente entre las mujeres y el agua. Son ellas las primeras víctimas del deterioro medioambiental, pero también son las protagonistas en la defensa, conservación y preservación de la naturaleza. No es extraño que, en gran parte de los espacios de defensa del ambiente, el auditorio sea mayoritariamente femenino. Tampoco que desde el anonimato o desde la popularidad, muchas causas sean lideradas por mujeres. Pero ahora quiero referirme a la correspondencia entre la mujer y el agua como fuentes de vida y puntos claves de la existencia. Las mujeres son quienes habitualmente lideran las luchas en defensa del agua, especialmente en poblaciones indígenas y campesinas. Joan Martínez Alier, catedrático de economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y experto en ecología política, explicó a la agencia Efe que esto se debe a que, muchas veces, los conflictos socioambientales en torno a minería o a la privatización del agua afectan la supervivencia de las comunidades de manera muy directa y, por esto, las mujeres defienden el agua tal como defienden a su territorio o a su familia: de una manera valiente y sin pausa. Sin embargo, poco se valora el conocimiento y la experiencia de las mujeres en la administración del agua. En muchos casos, especialmente en el Sur Global, la administración de los recursos hídricos, así como la elaboración e implementación de políticas al respecto, no toman en cuenta roles de género y carecen de un enfoque diferenciado. En el campo colombiano, por ejemplo, son las mujeres campesinas quienes llevan el agua a sus casas desde los lugares donde ésta nace, la hierven para usarla en la cocina y cuidan de ella. Sin embargo, no son consultadas cuando se toman decisiones a nivel local o nacional sobre el suministro de agua. Es necesario entonces hacer visible el papel desempeñado por las mujeres en el manejo y gestión del agua, reconociendo por igual los intereses de hombres y mujeres, y promoviendo la igualdad de oportunidades en el acceso a espacios de toma de decisiones. Así caminaremos rumbo a una mayor equidad. Ahora bien, América Latina es uno de los lugares más peligrosos para defender el ambiente, riesgo que es mayor para las defensoras. Muchas de ellas, que luchan de manera silenciosa desde sus comunidades o desde su posición de lideresas, han sufrido la violencia y la injusticia que conlleva cuidar lo propio. No puedo evitar en este punto recordar y hacer un homenaje a Berta Cáceres, lideresa lenca y activista del Consejo Civil de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), quien dedicó su vida a la defensa del río Gualcarque. Berta fue asesinada en marzo de 2016, tras años de recibir amenazas por oponerse al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca. Pero ella, una mujer valiente víctima de la violencia, así como su lucha, sigue viva. Tengo además en la mente a todas mis colegas, amigas valientes y cómplices que con sus luchas hacen de éste un mundo más justo, construyen equidad en cómo se relacionan con cada persona y creen, con todo su corazón, que la justicia de género viene de la mano de la justicia ambiental. En nuestra realidad, la equidad, más que un punto de partida, es todavía una meta que requiere acciones que compensen o moderen la discriminación que afecta a unas y otros. Por eso es fundamental incorporar el enfoque de género en cualquier plan, programa, proyecto y mecanismo de trabajo de la administración pública. Tal como menciona el Banco Mundial en un informe del 2002, la manera en la que los hombres y las mujeres pueden beneficiarse de manera más equitativa de las políticas, es hacer que ellos y ellas sean parte integral de las mismas con sus experiencias y necesidades. De las mujeres, como del agua, depende la vida. Por eso actuamos como tercas defensoras, no sólo del agua, sino de otros recursos naturales, y de quienes dependen de ellos. Aunque no siempre sea visible, esa lucha está tan presente como el agua que recorre el planeta de muchas formas. Es importante unirnos, ser cada vez más solidarias entre nosotras, con nuestras causas, con nuestros sufrimientos. Sigamos compartiendo nuestros miedos y nuestras luchas y, ante todo, nunca abandonemos la defensa de nuestro territorio, porque éste nos define y a él le debemos todo. Yo siempre he pensado que el agua tiene cara de mujer y cada día me convenzo más de ello.

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Corte Interamericana establece precedente histórico para la protección de los derechos humanos en el continente

En respuesta a una consulta hecha por Colombia, la Corte reconoció el derecho a un ambiente sano como fundamental para la existencia humana, así como el impacto del cambio climático en los derechos humanos. Desde AIDA celebramos esta decisión que fortalece las obligaciones de los Estados para proteger el ambiente y a las personas. Ante la consulta hecha por Colombia sobre los alcances de la obligación de los Estados de proteger los derechos humanos por daños al ambiente marino en la Región del Gran Caribe, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció en su respuesta (Opinión Consultiva) un precedente histórico para la protección de las personas en el continente. “Celebramos esta decisión que sin duda es un ejemplo mundial y una herramienta básica para quienes trabajamos por la justicia ambiental y climática”, expresó Astrid Puentes Riaño, Codirectora Ejecutiva de AIDA. “También es útil para que los Estados de la región protejan ecosistemas clave como el acuífero Guaraní, los Andes, la Amazonía, el Pacífico y el Gran Caribe”. La Corte concluyó que el medio ambiente sano es un derecho autónomo, “fundamental para la existencia de la humanidad”, y se pronunció por primera vez respecto del contenido del mismo. Reconoció además el impacto del cambio climático en el goce efectivo de los derechos humanos, en especial de las poblaciones más vulnerables como los pueblos indígenas, los niños y niñas, y las personas viviendo en pobreza extrema. Con ello acogió y se sumó a similar reconocimiento por parte de organismos de Naciones Unidas y de Cortes regionales. En su decisión, tomada en noviembre y dada a conocer ayer, la Corte estableció también que la obligación de los Estados de respetar los derechos a la vida e integridad personal, en relación con la protección del ambiente, implica: Evitar causar daños ambientales “significativos” en su territorio y fuera de éste, para lo cual deben reglamentar, supervisar y fiscalizar las actividades que puedan provocarlos. Asegurar, entre otros, la realización de estudios de impacto ambiental efectivos e independientes, así como de planes de contingencia y mitigación ante posibles daños. Cooperar con otros Estados y brindarles información ante el riesgo de daños a sus entornos naturales. Aplicar el principio de precaución para proteger los derechos a la vida y a la integridad personal por degradación ambiental grave e irreversible, incluso ante incertidumbre científica. Garantizar los derechos a la participación pública, al acceso de información relacionada con daños ambientales potenciales, y al acceso a la justicia en la toma de decisiones que puedan afectar al ambiente. En enero del año pasado y en el marco de la consulta hecha por Colombia, AIDA presentó sus observaciones y, en marzo, participó en la audiencia ante la Corte Interamericana. Argumentamos que la implementación de grandes proyectos de infraestructura en el Gran Caribe u otros sitios podría afectar el entorno a tal punto que pondría en riesgo la vida e integridad personal, entre otros derechos humanos, de las personas que allí viven.  “La Corte dio ahora un paso vital hacia la protección de los océanos y otros ecosistemas, al incorporar los compromisos internacionales de protección ambiental como parte de la obligación de los Estados de respetar los derechos humanos”, dijo Gladys Martínez, abogada sénior del Programa de Biodiversidad Marina y Protección Costera de AIDA. Consulte y descargue la decisión de la Corte Interamericana. Contacto de prensa: Victor Quintanilla,+521 5570522107, [email protected]  

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Los primeros pasos de una tortuga marina en Bali, Indonesia.
Océanos

Esperanza de vida para las tortugas marinas

Antes de 2008, la tortuga carey del Pacífico Oriental estaba prácticamente ausente de esa parte del planeta. Pero esfuerzos de conservación hicieron que esa especie sobreviva y vuelva a depositar sus huevos en Nicaragua y El Salvador, países que albergan importantes refugios para que su población se recupere de a poco. Las tortugas marinas son animales migratorios. Pasan la mayor parte de su vida en el mar y anidan en territorios de diferentes países. Entre las principales amenazas a su existencia están las prácticas de pesca no sostenible (muchas veces caen en redes usadas para capturar peces) y proyectos inadecuadamente desarrollados en zonas costeras y marinas. El regreso de tortugas marinas a Centroamérica se suma a otros avances que evidencian que los esfuerzos de conservación de estos animales dan resultado y deben continuar. Señales de recuperación Según el estudio reciente Éxitos mundiales en la conservación de las tortugas marinas, en los últimos 10 años, criaderos de tortugas marinas han logrado que poblaciones de varias especies se recuperen tras descensos históricos. Es el caso de las tortugas golfinas en el noreste del Océano Índico y de las tortugas verdes en el Atlántico Centro Sur. Los investigadores a cargo del estudio señalan que la protección de playas, la regulación de la pesca y la creación de áreas marinas protegidas son medidas que han ayudado a salvar a las tortugas marinas en muchos lugares. Luego de ser implementadas durante años, esas acciones han tenido un impacto. El estudio evidencia también que, con una protección adecuada, incluso pequeñas poblaciones de tortugas tienen posibilidad de sobrevivir.  Los investigadores encontraron, por ejemplo, que en una zona de Hawái llamada French Frigate Shoals, los nidos de tortugas marinas verdes aumentaron de cerca de 200 en 1973 —cuando se promulgó la Ley de Especies en Peligro de Extinción en Estados Unidos— a 2,000 en 2012. Esa especie ahora es considerada de "menor preocupación" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Nuestro aporte La conservación de tortugas marinas, al igual que la de otros animales y plantas, necesita que organizaciones, comunidades y gobiernos trabajen juntos. En AIDA trabajamos de ese modo. En 1998, organizamos una campaña que ayudó a conseguir las firmas necesarias para la negociación de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas, tratado internacional que promueve la protección, conservación y recuperación de las poblaciones de tortuga marina. Actualmente promovemos que los gobiernos que firmaron el tratado cumplan las obligaciones adquiridas bajo el mismo. En el pasado, contribuimos a salvar a la tortuga verde en Costa Rica y ahora trabajamos para proteger el Sistema Arrecifal Veracruzano, en México, por cuyas aguas cálidas y poco profundas nadan cientos de tortugas carey y loras como parte de su ciclo migratorio. Ambas especies están en riesgo por la ampliación del puerto de Veracruz, proyecto que implica daños serios a la cadena de arrecifes. No todo está hecho A pesar del avance en la recuperación de algunas especies de tortuga marina, todavía quedan otras por salvar, pues su número de ejemplares continúa descendiendo a nivel mundial. Así ocurre, según el estudio, con la tortuga baula en el Pacífico Este y Oeste y con las tortugas de caparazón plano. Otra tarea pendiente es la protección efectiva de la biodiversidad en alta mar, aquellas aguas internacionales que no pertenecen a ningún país, pero que conforman dos terceras partes de los océanos del mundo. Tortugas marinas, tiburones, ballenas y aves viven en esas aguas o las recorren como parte de sus rutas migratorias. Por ello AIDA participa activamente, en representación de América Latina, del proceso de creación de un Tratado de Alta Mar. Buscamos la creación de Áreas Marinas Protegidas allí para que ese vasto ecosistema sea hogar seguro no solo para las tortugas marinas, sino también para otras especies de plantas y animales que contribuyen a la salud de los océanos y a la provisión mundial de alimentos.

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Celebrando 7 Logros para Cerrar el 2017

El año está próximo a concluir y estamos felices de compartirte varios avances recientes logrados en favor de la protección ambiental en América Latina. Cada proyecto que emprendemos o cada caso que ganamos es un paso que nos acerca a una región más justa, a un mundo más sano para nuestros hijos. Gracias a tu apoyo, nosotros: 1. Salvamos el humedal costero más grande de Colombia Solicitamos, con éxito, que Colombia incluyera a la Ciénaga Grande en la lista mundial de humedales en riesgo, abriendo paso al apoyo financiero y técnico necesario para la recuperación del sitio. Conoce Más  2. Creamos la Red de Justicia Ambiental en Bolivia  Fundamos en Bolivia una coalición de organizaciones ambientales y de derechos humanos para apoyar los esfuerzos ciudadanos para defender el ambiente y a quienes dependen de él. 3. Abogamos para proteger la Patagonia de las granjas de salmón  Le pedimos a Chile investigar los daños causados por la industria salmonera en la Patagonia Sur, y lanzamos una campaña ciudadana para concientizar sobre esa amenaza creciente.  Conoce Más 4. Garantizamos atención médica a víctimas de contaminación tóxica Garantizamos atención médica especializada para habitantes de La Oroya, Perú, cuyas vidas y salud han sido afectadas por años a causa de la contaminación con metales pesados de una fundición que opera cerca de sus hogares. Conoce Más 5. Protegimos a las tortugas en el alta mar Representamos a la ciudadanía y a la sociedad civil de América Latina en el proceso de creación, en el marco de Naciones Unidas, de un tratado para proteger la parte del océano que es de todos y la vida que alberga. Conoce Más 6. Promovimos el retiro de una inversión minera en un humedal protegido Convencimos al Banco Mundial de retirar su apoyo a una mina de oro en el páramo de Santurbán, un ecosistema protegido y fuente de agua para millones de colombianos.  Conoce Más 7. Asesoramos a una comunidad en su lucha para prohibir la minería Brindamos asesoría legal y científica a los habitantes de Cajamarca, Colombia, quienes votaron con un margen de 98% para prohibir toda actividad minera en su territorio. Conoce Más

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Seminario virtual "El Fondo Verde del Clima, rumbo al 2018"

Seminario virtual "El Fondo Verde del Clima, rumbo al 2018"

Este año, la Junta Directiva del Fondo Verde del Clima se reunió tres veces, siendo ya un total de 18 reuniones las que ha realizado desde su creación. Hasta la fecha, el Fondo ha aprobado 54 propuestas de financiamiento y 59 entidades de todo el mundo han obtenido su acreditación, para canalizar su apoyo hacia programas y proyectos de adaptación y mitigación del cambio climático en países en desarrollo. En el seminario virtual, miembros de la sociedad civil y de entidades acreditadas ante el Fondo hicieron un balance de lo que fue el 2017 para este importante mecanismo de financiamiento climático, incluyendo las perspectivas para el próximo año. Grabación Presentaciones

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Sumidero natural de carbono.
Cambio Climático

5 acciones para que los países hagan frente al cambio climático

Como individuos, sabemos sobre las pequeñas acciones que podemos llevar a cabo para reducir las emisiones que provocan el cambio climático. Pero, ¿qué pueden y deben hacer las naciones, siendo sus acciones de gran escala y fundamentales para el bienestar de los individuos?  Tierra, tenemos un problema: nos estamos derritiendo. El cambio climático, que afecta al planeta entero, es consecuencia de las actividades humanas, 97% de los científicos lo confirma. Los elevados índices de emisiones de gases efecto invernadero, así como la degradación y sobreexplotación de los entornos naturales que los absorben, nos tienen en una carrera contra el tiempo. Si no logramos detener pronto el calentamiento del planeta, los cambios serán catastróficos, y pondrán en riesgo a cada vez a más ecosistemas y personas. Cada año, en las Conferencias de las Partes (COP), realizadas en el marco de las Naciones Unidas, los países se reúnen para discutir acciones a tomar para mitigar y adaptarse al cambio climático. De la COP21 nació el Acuerdo de París, primer acuerdo mundial vinculante sobre el clima. Este año, durante la COP23, los delegados de los gobiernos buscan establecer reglas que permitan la implementación adecuada de ese marco de acción global. Como individuos, sabemos cómo aportar a la reducción de las emisiones que provocan el cambio climático: ahorrar energía, reducir el uso del automóvil, desechar menos y reciclar, hacer mejores elecciones de consumo y realizar una adecuada planificación familiar. Pero, ¿qué les toca hacer a las naciones? Hablar de ello es referirnos a medidas de gran escala. Las decisiones y ambición de nuestros gobiernos son trascendentales para que los individuos tengamos una mejor opción de futuro.  1. Proteger y restaurar ecosistemas claves El respeto a la naturaleza es fundamental. Las naciones tienen en sus manos la capacidad de proteger ecosistemas claves para combatir el cambio climático: ríos, humedales, océanos, bosques y manglares absorben grandes cantidades de carbono, revirtiendo el problema. Los manglares también sirven como barrera ante las tormentas y los humedales absorben el exceso de agua de las inundaciones, ambos eventos climáticos exacerbados por el cambio climático.  "Sanar el sistema natural es la opción más factible, realista y justa, pues beneficiaría a toda la humanidad y especies, dice Florencia Ortúzar, abogada del programa de Cambio Climático de AIDA. "Estamos contra el tiempo en lo que a conservación y restauración respecta, pues comienzan a observarse fenómenos alarmantes, como que los bosques están tan degradados, que están perdiendo su capacidad de absorber emisiones de CO2”. Crédito: Ciprian Boiciuc. 2. Apoyar a pequeños productores agrícolas Según la FAO, la industria cárnica es respnsable del 15 al 18% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, superando incluso al transporte. Además, es la fuente más importante de uso y contaminación de agua en el mundo. Hoy, 80% de la producción agrícola se destina a alimentar a los animales de la industria, y no a las personas. La expansión de terrenos para ganado y de cultivos para alimentarlo, es la causa más importante de deforestación de la Amazonía. Las naciones pueden hacer la diferencia apoyando a los pequeños productores locales, que, a diferencia de los grandes productores de carne, emplean prácticas sostenibles, se preocupan por la restauración de la tierra, benefician a comunidades cercanas, y hacen que los animales y los cultivos sean más resilientes al cambio climático. No se trata de que todos nos volvamos vegetarianos, pero sí de apoyar a quienes producen respetando la naturaleza.  Crédito: Elaine Casap. 3. Promover las energías verdes Desconectar los aparatos electrónicos que no utilizamos ayuda a reducir la demanda de energía y, por tanto, la necesidad de generar más. Sin embargo, mientras los países apuestan por más desarrollo, también apuestan por más energía. Y 35% de las emisiones globales proviene de la producción de energía. Las energías termoeléctrica e hidroeléctrica han sido consideradas por años las opciones más baratas, pero el desarrollo tecnológico ha permitido encontrar mejores alternativas y abaratar sus costos. Con planes a largo plazo, las naciones pueden dejar de apostar por fuentes de energía del pasado y que agravan el cambio climático (la energía hidroeléctrica no es verde) y optar por proyectos pequeños de energía eólica, solar, geotérmica, oceánica y otros, que se adaptan a las características de cada lugar. “Al pensar en energía, conviene apostar por matrices energéticas diversificadas, priorizando proyectos cerca de los lugares donde se necesita la energía, ahorrando pérdidas e infraestructura para transmitirla. Es urgente dar prioridad absoluta a la protección de la naturaleza. Toda acción, política pública o estrategia tiene que mirarse bajo ese foco, y la producción de energía es un buen punto de inicio”, dice Ortúzar.  Crédito: Efe Kurnaz. 4. Combatir los contaminantes climáticos de vida corta El gas de efecto invernadero más famoso es el CO2 (dióxido de carbono). Dado que permanece en la atmósfera por siglos e incluso milenios, aún si detuviéramos hoy todas sus fuentes de emisión, los efectos del cambio climático continuarían por la cantidad del CO2 que ya está en la atmósfera. La buena noticia, es que existen otros contaminantes que contribuyen al cambio climático y que sólo duran unos días o pocos años en la atmósfera. Se les conoce como contaminantes climáticos de vida corta (CCVC), y son responsables de un 30 y hasta un 45% de las emisiones que contribuyen al calentamiento global. Estos contaminantes son el carbono negro (hollín), el metano, el ozono y los hidrofluorocarbonos (HFC) que encontramos en los refrigerantes. Su control efectivo, a través de políticas y regulaciones por parte de los países, podría acelerar el combate al cambio climático en el corto plazo. Además, por contaminar gravemente el aire, las medidas para mitigarlos beneficiarían también a la salud humana. Crédito: Doron Derek Laor. 5. Apostar por la adaptación y no sólo por la mitigación En la lucha contra el cambio climático, el trabajo orientado a reducir emisiones, detener sus efectos y consecuencias a futuro es conocido como mitigación. Sin embargo, hay comunidades que ya viven consecuencias trágicas debido a un clima que ha cambiado mucho en poco tiempo. Actuar para prevenir catástrofes, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de estas personas, es apoyar la adaptación. Los proyectos para mitigar emisiones son más atractivos financieramente que los pensados para adaptación, generalmente enfocados en las comunidades más vulnerables, que viven en la pobreza. Pero es importante darle a la adaptación la importancia que merece, en reconocimiento que el cambio climático es una realidad. En la COP de este año, las naciones discuten un mecanismo de “pérdidas y daños”, referido a la compensación que deben realizar los países desarrollados —principales causantes del cambio climático— a los países en desarrollo, que sufren pérdidas importantes por efectos climáticos adversos, explica Ortúzar. Las naciones deben apoyar las discusiones y comprometerse en el uso efectivo de los recursos, para mitigación y adaptación por igual. Crédito: Peter Hershey.  

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Seminario virtual "Prohibiendo el fracking: un avance posible para evitar sus daños"

Seminario virtual "Prohibiendo el fracking: un avance posible para evitar sus daños"

Paralelamente a la expansión del fracking a nivel mundial, cada vez más gobiernos nacionales y subnacionales, preocupados y conscientes de los graves daños que la técnica implica para el ambiente y la salud humana, la han prohibido o han declarado la moratoria del fracking en tanto no se garantice que evitar sus impactos será posible. La participación de la sociedad civil organizada, informando y presionando a legisladores y tomadores de decisión, ha sido imprescindible para lograr y mantener estos avances importantes en la reglamentación de una actividad con riesgos irreversibles. ¡Conoce más sobre las prohibiciones al fracking! Grabación Presentaciones  

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