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Foto: Suzanne LivingstoneVictoria: Declaran zona restringida a refugio de tortugas baulas
En mayo del 2008, en dos fallos separados, el Gobierno de Costa Rica adoptó una postura a favor de las tortugas baulas y en contra de los intereses comerciales empeñados en construir dentro del territorio protegido de estas especies en peligro de extinción.
Las tortugas baulas —una especie contemporánea de los dinosaurios— viven en constante peligro en su hábitat costarricense. La mala planificación y la ausencia de un proceso de vigilancia terminaron por destruir las playas de anidamiento en Flamingo y Tamarindo.
Esta vez las empresas constructoras tenían sus mirada puesta en el Parque Nacional Marino las Baulas (PNMB), hábitat protegido de algunas de las playas de anidamiento de tortugas baulas, uno de los más importantes del Océano Pacífico oriental.
Se implementó una reglamentación municipal de zonificación que autorizaría la construcción dentro de una parte del PNMB. No obstante, AIDA y CEDARENA, su socio local, junto con el Leatherback Trust (Fundación de Tortugas Baulas), montaron una exitosa campaña en defensa del parque.
La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica anuló la reglamentación municipal de zonificación, dejando a salvo a las tortugas baulas y a sus playas de anidamiento. Este fallo vino luego de otra victoria jurídica por parte de AIDA, CEDARENA y Justicia por la Naturaleza, quienes exigimos al gobierno expropiar los terrenos privados que caían dentro de los límites del PNMB y que, de lo contrario, estarían destinados a ser patios de recreo para turistas.
La tortuga baula aún está bajo amenaza por la urbanización turística, la pesca, la caza furtiva, el robo de huevos de tortuga y la contaminación. No obstante, AIDA y sus socios han demostrado que la ley se puede utilizar para hacer cambios importantes.
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“Siempre parece imposible hasta que se vuelve realidad” (Nelson Mandela) Hace un mes murió Nelson Mandela. Mucho se escribió sobre él y fue homenajeado a nivel mundial como ninguna otra persona hasta ahora. Dada la posible amnesia de fin de año y con el riesgo de caer en el lugar común, escribo este post en su honor. Lo hago en particular para resaltar cuatro cualidades de Mandela como líder, y señalar cómo las mismas nos pueden ayudar a ser más efectivos en la protección ambiental. Nelson Rolihlahla Mandela nació en Qunu, en una tribu Xhosa del Transkei, al sureste de Sudáfrica. Rolihlala, el nombre que recibió al nacer, significa coloquialmente “hacedor de problemas” para el pueblo Xhosa. Una profesora en la escuela le puso Nelson debido a que era costumbre usar un nombre inglés y no el africano. Dalibunga (fundador del bunga) fue su nombre en la ceremonia de iniciación a los 16 años, y también fue llamado Madiba, nombre dado por su clan en honor a un jefe Tembu que gobernó en el siglo XVIII. Según la tradición, Mandela estaba destinado a ser consejero del rey Tembu. Terminó siendo un líder que sobrepasó por mucho las fronteras del Transkei y de Sudáfrica y cambió el mundo. Es el líder de la reconciliación. Esto por su enorme capacidad de perdonar y renunciar a vengarse de quienes oprimieron a su pueblo por siglos y lo tuvieron en la cárcel por 27 años. En las líneas que siguen quiero rescatar cuatro características que, si emulamos, nos permitirían, como hizo él, ayudar a que el mundo sea más justo y libre. 1. Sus valores y una causa común como guía absoluta de sus decisiones “En ninguna parte, el camino a la libertad es fácil y muchos de nosotros debemos pasar a través del valle de la sombra de la muerte una y otra vez antes de alcanzar la cima de nuestros deseos.” Mandela vivió de acuerdo con sus valores y teniendo como objetivos terminar con el apartheid, vivir en libertad y conseguir que su pueblo también lo hiciera. La libertad iluminó cada una de sus acciones, incluso después de haber conseguido acabar con el apartheid en su país. Durante todas las décadas de su lucha, incluyendo más de un cuarto de siglo en la cárcel, hubo sin duda muchos momentos de desesperación y miedo en los cuales otras personas desfallecieron. Sin embargo, Mandela y otros colegas continuaron. La causa que los unía era mayor y más fuerte que su voluntad o su fuerza inpidual, más fuerte incluso que Mandela mismo. En nuestro trabajo tenemos ejemplos en los que, sin intención de compararlos con la gran lucha contra el apartheid, hemos logrado avances importantes trabajando alrededor de una causa común. Uno reciente fue el cambio en la Constitución Mexicana, aprobado en 2011 en favor de los derechos humanos y el cual no hubiera sido posible sin el trabajo conjunto de las organizaciones, la academia y la Oficina del Alto Comisionado en México. 2. Líder consciente, disciplinado, comprometido y coherente “Correr me enseñó lecciones invaluables. En competencias de campo traviesa entrenar cuenta más que la habilidad intrínseca y yo podía compensar la falta de aptitud natural con diligencia y disciplina. Apliqué esto en todo lo que hice.” La persistencia y la disciplina fueron cualidades que hicieron la gran diferencia para que alcanzara sus metas. Su compromiso a toda prueba, la claridad y hasta terquedad ilimitada de su trabajo sorprenden. El resultado de sus logros no fue su poder sobrenatural como líder o un solo momento de éxito que mágicamente cambió las cosas. Al contrario, fue la consecuencia de una vida dedicada al estudio, al trabajo, al aprendizaje, a escuchar a los demás, a determinar estrategias y replantearlas para avanzar en el logro de sus objetivos. Cometió errores y tuvo malas decisiones, pero también tuvo aciertos que unidos alcanzaron finalmente el sueño de la libertad. A veces sentimos que los resultados son imposibles y en efecto lo son en la inmediatez que deseamos. Pero en AIDA hemos aprendido que, como en el caso de La Oroya, para obtener resultados necesarios y duraderos, debemos ser persistentes y disciplinados. Van 15 años trabajando por un cambio y ahí seguiremos hasta conseguirlo. 3. Todos del mismo lado, no hay malos y buenos “Si quieres hacer la paz con tu enemigo, debes trabajar con tu enemigo. Luego se vuelve tu socio.” Me pregunto dónde estaría Sudáfrica si Mandela y sus compañeros no hubieran logrado acuerdos mínimos y si a pesar de las diferencias, que las hubo y muchas, no las hubieran superado y así avanzado. Más aún, qué sería de ese país si no hubieran podido trascender el odio hacia los opresores para buscar soluciones pacíficas y conjuntas. Seguramente, el panorama hubiera sido el de una guerra civil con consecuencias inimaginables. Un elemento que evitó esa debacle fue la constante capacidad de hallar soluciones, alcanzar acuerdos para mantener el diálogo, y exigir resultados concretos para ver cambios reales. Sin duda el proceso no fue fácil, rápido, ni suave. Pero la constancia, la claridad respecto del objetivo final, las ganas de llegar a consensos y la destreza para encontrar interlocutores, incluso en las situaciones más complicadas, lo hicieron posible. Cuando pienso en nuestro trabajo de proteger el ambiente y en circunstancias similares, me doy cuenta de lo mucho que nos falta y de la gran oportunidad que tenemos por delante. Así por ejemplo, en lugar de sentir que competimos con colegas de otras organizaciones o de buscar vencer a algunos gobiernos o empresas, podríamos centrar nuestra energía en pensar cómo aportamos todos hacia una solución común. La tentación de ganar y ver a los demás vencidos es grande, pero seguramente ganaríamos más si trabajamos con nuestro “enemigo” y nos volvemos socios. 4. Segunda fila en las celebraciones y primera en el peligro “Es mejor liderar desde atrás y poner a otros al frente, especialmente al celebrar una victoria cuando pasan cosas buenas. Tú tomas la primera fila cuando hay peligro. Entonces las personas apreciarán tu liderazgo.” Liderazgo es muy diferente a caudillismo. Una persona que realmente es líder, permite y promueve que los demás crezcan, se desarrollen y evolucionen para alcanzar el objetivo conjunto, incluso si esto implica que brillen más que sus jefes. Mandela era consciente de ser un símbolo para que todos y todas en Sudáfrica pudieran ser libres y tratados como iguales. Muchas veces puso ello por encima de su beneficio e interés personal. En más de una ocasión tuvo la posibilidad de mejorar sus condiciones de reclusión o salir antes, pero la rechazó por considerar que las condiciones no estaban dadas o que cambios necesarios no se lograrían estando libre. “Los y las líderes reales deben estar listos para sacrificar todo por la libertad de su gente”. Tristemente contrario a lo dicho por Mandela, muchos “líderes” saltan y están listos para recibir las medallas, pero les cuesta mucho trabajo asumir la responsabilidad por los errores o las derrotas suyas o de su equipo. Lo que debemos recordar es que el tipo de liderazgo vivido por Mandela logra milagros. Se traduce en acciones que permiten cambios que nadie hubiera creído posibles como la desaparición del apartheid o ver a Obama y a Raúl Castro dándose la mano, un último milagro que Mandela consiguió en su funeral. Queridas lideresas y queridos líderes, ¡feliz 2014! Les invito a considerar estas habilidades y a ponerlas en práctica. ¡Por su éxito y el de la Tierra!
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Con base en argumentos de derecho internacional, la Corte Suprema de Justicia de Panamá emitió un fallo en ese sentido y garantizó la protección de un ecosistema vital para los recursos marinos y costeros del país. Ciudad de Panamá, Panamá. En un fallo reciente y con base en argumentos de derecho internacional, la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia de Panamá confirmó la legalidad de la resolución por la que la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) declara área protegida al Humedal Bahía de Panamá dentro de la categoría de Refugio de Vida Silvestre. La sentencia, emitida el pasado 23 de diciembre, establece que la resolución de la ANAM “no es ilegal”, rechazando así la demanda de nulidad presentada por un particular. El Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), AIDA y la Fundación MarViva aportaron argumentos legales en favor de la declaratoria, enfatizando las severas consecuencias de su anulación para el ambiente y el ordenamiento jurídico. El Humedal Bahía de Panamá es uno de los sitios de anidación y descanso más importantes del mundo para aves migratorias y hogar de especies amenazadas. Sus manglares ayudan a combatir el cambio climático al capturar el carbono de la atmósfera y, a mitigar sus efectos, al ser amortiguamiento costero frente a huracanes y tormentas. La sentencia rescata argumentos de derecho internacional presentados por AIDA en un caso anterior. La Corte enfatiza la obligación del Estado panameño de proteger la Bahía con su adhesión a la Convención Ramsar, tratado internacional para la protección de humedales y bajo el cual el sitio es considerado “humedal de importancia internacional”. “Esta sentencia sienta un precedente al otorgarle a la Convención Ramsar un lugar central en el análisis del caso y darle prioridad al deber del Estado de proteger y asegurar un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado”, aseguró Sandra Moguel, asesora legal de AIDA. Asimismo, el fallo “reconoce que la resolución de la ANAM es legal y que el ordenamiento jurídico sería lesionado con la adopción de una medida que retrotraiga los efectos de protección al humedal hasta ahora logrados”, indicó Nikolás Sánchez, gerente de Incidencia Política de MarViva en Panamá. Por su parte, Antonio Chang, abogado de CIAM, considera que “la sentencia es clara al resaltar el valor jurídico del humedal como Sitio Ramsar y cerrar cualquier discusión sobre ese tema en el futuro.” En abril de 2013, la Corte había levantado la suspensión temporal de la resolución y, con esta última decisión, reafirma la condición del Humedal Bahía de Panamá como área protegida, creando así un importante precedente legal para su protección. AIDA, CIAM y MarViva aplauden el gran aporte de la Corte Suprema de Justicia de Panamá a la defensa ambiental en ese país y en la región.
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Por Gladys Martínez, asesora legal de AIDA Por varios años, la frase “Costa Rica sin ingredientes artificiales” fue la marca del país. Creo firmemente que no debemos perder ese enfoque y que es urgente priorizar la conservación ambiental, en especial la de nuestros arrecifes de coral. Hace un año y medio, en este mismo espacio, expuse la necesidad de que en América Latina se trabajara para preservar los arrecifes de coral. Hoy quisiera pedirle al Estado costarricense que no nos prive del privilegio de disfrutar de los 970 km² de arrecifes de coral que nuestro territorio alberga, y emita cuanto antes un decreto que proteja estos vaposos y preciosos recursos marinos de manera eficiente. Estudios científicos muestran que el 93% de estos 970 km² se encuentran en amenaza grave por la sedimentación, la pesca destructiva y los nutrientes excesivos, entre otros factores. Estoy completamente segura que para quien escucha “Costa Rica”, la palabra le remite de inmediato a imágenes mentales de naturaleza: playas, selvas tropicales, plantas y animales. Le remite en suma a “biopersidad”. Sí, Costa Rica es considerado uno de los 25 países más mega biopersos del mundo. No obstante, el desarrollo débilmente planificado y controlado, y el actuar lento y burocrático en la toma de decisiones, ponen en riesgo esta riqueza natural que nos caracteriza como país. Casi todos conocemos a los arrecifes de coral por su belleza. Los que los han podido ver de cerca durante una inmersión o quienes los han visto en fotos o videos, no pueden negar la empatía que emanan estos ecosistemas únicos. Adicionalmente, existen también razones económicas que justifican su cuidado y preservación. A continuación citaré brevemente algunos datos de valuación económica de los corales, elaborados por la organización alemana Economía de los Ecosistemas y la Biopersidad (TEEB por sus siglas en inglés) el año 2009: Los arrecifes de coral proporcionan servicios de protección de las costas que podrían valorarse hasta en 189,000 dólares por hectárea cada año. El turismo que atraen (los corales proporcionan las tan atractivas playas de arena blanca) podría valorarse anualmente en un millón de dólares. La pesca se beneficia de los arrecifes como hábitat de especies comerciales. En ese sentido, el valor económico de una hectárea de arrecife podría ser de 3,818 dólares al año, esto sin contar que una provisión de proteína suficiente para apmentar a 300 personas cada año. Por otro lado, Costa Rica tiene obpgaciones internacionales referidas a la protección de los arrecifes de coral. En razón de ellas el país debe, por ejemplo, prevenir y reducir la contaminación marina, y proteger a los arrecifes de coral por ser clasificados como especies amenazadas. Pero sobre todo quiero resaltar en este texto, en razón de la sopcitud expuesta, que Costa Rica está obpgada por la Convención del Mar “a dictar leyes y reglamentos para prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino”. ¡Señor René Castro, Ministro de Ambiente y Energía, no tarde más, los corales no nos pueden esperar! Para más información, consulte nuestro informe Los arrecifes de coral en Costa Rica: valor económico, amenazas y compromisos legales internacionales para protegerlos.
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