Derechos Humanos


10 buenas noticias ambientales para América Latina en 2018

Este año se caracterizó por triunfos en la creación de protecciones legales y en el establecimiento de políticas favorables al ambiente y los derechos humanos en la región. Pocas veces existen, en un solo año, tantos avances institucionales que sientan precedentes.   Aquí te presentamos diez ejemplos:   1. Por primera vez, la Corte Interamericana reconoció el ambiente sano como derecho “fundamental” La Corte concluyó que el ambiente sano es un derecho autónomo, “fundamental para la existencia de la humanidad”, y se pronunció por primera vez respecto del contenido del mismo. La relación entre ambiente y derechos humanos puede sonar obvia, pero hasta febrero de este año, cuando la decisión de la Corte se dio a conocer públicamente, no había precedentes de esta magnitud en el reconocimiento de ese vínculo. La decisión es una opinión que responde a una consulta hecha por Colombia. En ella, la Corte reconoció además que el cambio climático impacta en el goce de los derechos humanos, en especial en las poblaciones más vulnerables. La OC-23, como se le conoce, estableció un precedente histórico para la protección de los derechos humanos en el continente y será una herramienta importante para lograr justicia ambiental en la región. CONOCE MÁS 2. Se aprueba el primer tratado sobre asuntos ambientales de la región   Hasta finales de este año, 16 países han firmado el Acuerdo de Escazú, único en su tipo. No sólo es el primer tratado sobre asuntos ambientales de América Latina y el Caribe, es también el primero en el mundo que incluye disposiciones sobre los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales. Su objetivo principal es garantizar los derechos al acceso a la información ambiental, a la participación pública en procesos de toma de decisiones ambientales y a la justicia en asuntos ambientales. CONOCE MÁS 3. Peces loro reciben protección especial en México Los peculiares y coloridos peces loro se alimentan de las macroalgas que crecen sobre los corales quitándoles luz y oxígeno. Debido a la sobrepesca y otros factores, las poblaciones de peces loro han disminuido y, por lo tanto, los corales están en mayor riesgo. Por ello, diez especies de este pez están en proceso de ser incluidas por el gobierno en la lista mexicana de fauna protegida. CONOCE MÁS 4. Pueblos indígenas reconocidos en el financiamiento climático Tras años de trabajo por parte de organizaciones indígenas alrededor del mundo, el Fondo Verde del Clima aprobó una Política de Pueblos Indígenas con el objetivo de proteger, reconocer, respetar y promover sus derechos dentro del financiamiento de proyectos climáticos. La decisión fue recibida con esperanza en un mundo que requiere acciones inmediatas de mitigación y adaptación al cambio climático. Políticas como ésta contribuyen a evitar que el financiamiento climático vulnere los derechos de las personas más afectadas. CONOCE MÁS 5. Un plan regional para proteger a los jaguares Catorce países y organizaciones conservacionistas lanzaron el Plan Jaguar 2030, con la intención de proteger los corredores o rutas naturales de vinculación de las poblaciones de esta especie, el carnívoro más grande de América Latina sin depredadores naturales. Las poblaciones del jaguar se extienden por 18 países, pero disminuyen aceleradamente por la caza furtiva, la fragmentación de su hábitat y los conflictos con actividades humanas. En El Salvador y Uruguay, se ha declarado extinto. El el plan es una esperanza para su protección a nivel internacional y entre fronteras. CONOCE MÁS 6. Colombia le dice no a pruebas piloto de fracking La Autoridad de Licencias Ambientales de Colombia (ANLA) negó el permiso para que la empresa ConocoPhillips realizara las primeras pruebas piloto de fractura hidráulica para la extracción de hidrocarburos en San Martin y Aguachica, Cesar. La ANLA argumentó que la información presentada por la empresa era “insuficiente” para conocer el manejo y disposición del agua, también cuestionó su evaluación ambiental y su plan de contingencia. Por lo pronto, la iniciativa está archivada. Continuar apostando por los combustibles fósiles nos aleja de las metas climáticas, es importante apostar por una transición energética. CONOCE MÁS 7. Una lucha regional ante el fracking llega a la CIDH Organizaciones y comunidades de toda la región unieron esfuerzos para llevar por primera vez ante la Comisión Interamericana casos de violaciones de derechos humanos y amenazas al ambiente provocados por la extracción de hidrocarburos mediante fracturación hidráulica. Después de varias luchas locales, éste fue el primer momento en que se evidenció ante un organismo regional los daños documentados en varios países, desde Estados Unidos hasta Argentina. La información presentada llamó el interés de la Comisión. ¡La unión hace la fuerza! A propósito de este tema, el nuevo presidente de México dijo que no se hará más fracking. CONOCE MÁS 8. Un tratado para proteger dos terceras partes de los océanos Tras una década de debates, este año inició la negociación en la ONU de un tratado jurídicamente vinculante para proteger la biodiversidad en alta mar, como se conoce a las áreas marinas que están fuera de jurisdicciones nacionales. Las negociaciones se llevarán a cabo hasta 2020. Pese a que alta mar representa el 64% de la superficie total de los océanos y a que los mares absorban el 90% del calor provocado por el calentamiento global, no existe un tratado que proteja este ecosistema, solo regulaciones fragmentadas. CONOCE MÁS 9. Chile clausura definitivamente la mina Pascua Lama En octubre de este año, autoridades chilenas confirmaron la clausura definitiva de Pascua Lama, un proyecto minero de explotación de oro en la frontera entre Chile y Argentina. Barrick Gold, la empresa a cargo del proyecto, fue multada por 33 violaciones a la normativa ambiental chilena. Pascua Lama generó daños a fauna y flora nativa. Pueblos indígenas de la región, que documentaron la contaminación de un río y afectaciones a los glaciares, fuente importante de agua, celebraron la decisión. Ahora se busca detener el proyecto en el lado argentino. CONOCE MÁS 10. Argentina rompe récord de creación de parques nacionales Antes de terminar el año, Argentina anunció la creación de dos áreas marinas protegidas: Estricta y Namuncurá-Banco Burdwood II, importantes para la cría y desove de peces con alto valor comercial. Con este par, el país suma seis áreas naturales declaradas como parques nacionales solo en 2018, algo histórico. Los otros parques son: Traslasierra, Aconquija, Ciervo de los pantanos e Iguerá. Argentina se ha propuesto lograr para 2020 la protección del 10% de sus mares. CONOCE MÁS  

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¿Por qué trabajamos para lograr justicia climática en América Latina?

“Los problemas del mundo son muchísimos, pero ninguno parece tan transversal y peligroso como el cambio climático”, dice Florencia Ortúzar, abogada de AIDA. “Es realmente el gran desafío de nuestra generación”. En AIDA estamos conscientes de la magnitud del problema. Por ello incorporamos y promovemos la justicia climática como concepto clave en todas nuestras líneas de trabajo. Esto nos lleva a evitar la implementación de actividades que agravan el cambio climático y, al mismo tiempo, promover alternativas sostenibles que respeten el ambiente y los derechos de las comunidades en desventaja. “Lo que me mueve a contribuir a la lucha contra el cambio climático es la conciencia de que tenemos un problema enorme sobre nuestras espaldas, y la determinación de que no podemos rendirnos”, dice Florencia. Su motivación es la de todo el equipo de AIDA: abogados/as, científicos/as y profesionales en comunicación, administración y recaudación de fondos. Cuando era niña, Florencia recibió de su papá un regalo muy especial: una insignia que decía “world saver” (salvadora del mundo). Ese día, en una playa de su natal Chile, Florencia enganchó la insignia a su ropa y comenzó a recoger basura, limpiando la playa. El regalo fue el encargo de una misión. Florencia estudió Derecho para trabajar por la protección de bosques, ríos, animales y de todo  aquello que conforma la naturaleza. “La suerte me acompañaba cuando me encontré con AIDA, la organización en la que me he formado y a través de la cual he podido hacer mi aporte”. Florencia integra el equipo legal del Programa de Cambio Climático de AIDA, cuyo objetivo es contribuir a que América Latina, una de las regiones más vulnerables a la crisis climática, lidere los cambios requeridos a nivel mundial para evitar mayores catástrofes. En alianza con organizaciones aliadas y de la mano de comunidades, trabajamos para frenar el avance ciego del fracking y de las grandes represas, cuya implementación implica importantes emisiones de metano, un gas de efecto invernadero 34 veces más potente que el dióxido de carbono. Trabajamos además para crear conciencia y educar a los responsables de políticas públicas sobre la importancia de controlar las emisiones de los contaminantes climáticos de vida corta. Buscamos también proteger ecosistemas terrestres y marinos que capturan emisiones de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático, como los arrecifes de coral, manglares, humedales y páramos. Hacemos seguimiento a las negociaciones climáticas internacionales e incidimos para que los países de la región cuenten con los recursos económicos necesarios para afrontar el cambio climático y para que el financiamiento climático respete los derechos humanos. “Aunque muchos de los efectos del cambio climático ya están ocurriendo y son inevitables, los esfuerzos que sigamos haciendo por detener el problema y adaptarnos a él serán bien agradecidos por las generaciones futuras, que nada tuvieron que ver con el daño causado”, dice Florencia, quien transmite el mensaje allá donde va, animando a otras personas a sumarse a la lucha. “Me niego a que seamos la última generación en disfrutar de las maravillas naturales de nuestro planeta”.  

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Leydy Pech, la guardiana de las abejas

“Son parte de mi ser”, dice Leydy Araceli Pech Martin de sus abejas. Las alimenta con dulce de calabaza y se identifica con ellas. Verlas cómo se organizan y trabajan en la colmena para producir miel, reafirma su confianza en la acción colectiva. En su pueblo natal, Ich Eq —nombre que en maya significa “Ojo de Estrella”—, municipio de Hopelchén, en el estado mexicano de Campeche, las familias viven de esa forma: unidas y apoyándose entre sí. De todos los objetivos que Leydy comparte con su comunidad, quizás el más vital sea la defensa de su territorio y sus modos de vida tradicionales, amenazados por la creciente deforestación y por la contaminación tóxica proveniente de la agricultura industrial. La expansión del cultivo de soya en Hopelchén está terminando con grandes extensiones de selva tropical y esparciendo de manera indiscriminada pesticidas nocivos para la salud humana y para el ambiente, en especial para aquellos ecosistemas de los que dependen las abejas, así como las y los apicultores de la zona. Derribando obstáculos De mirada dulce y voz suave, Leydy es una mujer muy ágil. Puede hacer muchas cosas al día. Distribuye su tiempo entre cuidar a sus abejas, realizar labores domésticas, atender a su mamá y a su tío, y estar pendiente de su hijo, Diego Alberto, de 17 años. También atiende el pequeño negocio de Koolel-Kab (“mujeres que trabajan con abejas”), una organización que ella y otras mujeres de Hopelchén fundaron en 1995. Con ellas comparte la crianza y preservación de la abeja melipona beecheii, una especie silvestre sin aguijón que ha sido domesticada por los pueblos mayas de México desde hace cientos de años. De esta abeja se obtienen varios productos —miel, jabones y cremas— que se venden en la tienda de la organización. Pero dedicarse a la apicultura, actividad que su abuelo le enseñó y que en la zona es realizada mayormente por hombres, no le ha sido fácil. Al comienzo, Leydy y sus compañeras fueron subestimadas. “Nos decían que no íbamos a lograr nada, poco a poco fuimos demostrando nuestras capacidades; los señores vieron resultados y reconocieron públicamente que la organización era un ejemplo de lucha”, cuenta. Las mujeres de Koolel-Kab trabajan también por el reconocimiento y el respeto de los derechos de los pueblos indígenas de la zona. Leydy recuerda que esa lucha comenzó cuando se dio cuenta que otras personas estaban decidiendo sobre el territorio y los recursos naturales de su pueblo, sobre las oportunidades de trabajo y de una mejor calidad de vida para los más jóvenes.  Menonitas y empresarios agroindustriales están cultivando soya genéticamente modificada en Hopelchén, deforestando selva y poniendo en riesgo la salud de las personas. El gobierno mexicano autorizó el cultivo sin consultar a las comunidades afectadas. Y, aunque la justicia reconoció esta vulneración de derechos humanos, la siembra ilegal de ese tipo de soya no ha cesado y la siembra de soya tradicional se ha expandido. Un problema relacionado es la fumigación aérea de los cultivos con una mezcla de químicos que no se queda en los campos, sino que llega a casas, fuentes de agua y flores. “No me puedo quedar de brazos cruzados cuando sé lo que está pasando, se ha vuelto una responsabilidad, no hacer nada sería como traicionar mi propia identidad”, dice Leydy con la firmeza que la caracteriza. La búsqueda de justicia es lo que la mueve. Pero también en esa lucha ha tenido que derribar barreras. “Vivimos en un mundo donde solo los hombres pueden hablar, tomar decisiones. Yo he roto con eso y me han cuestionado”. La organización de mujeres mayas forma parte del Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes, que ha presentado acciones legales nacionales e internacionales para frenar los daños de la agroindustria. AIDA, junto con organizaciones aliadas, apoya esos esfuerzos y ha llevado el caso, en representación de las comunidades, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La fuerza de la unión La fortaleza del Colectivo está en su unidad. De eso Leydy está convencida. Quienes lo conforman trabajan por las necesidades de sus propias comunidades, pero también están en proceso de verse como uno solo, algo que no solo aplica a los pueblos de Campeche sino a los de los estados cercanos de Yucatán y Quintana Roo. “Los mayas somos muchos, cada cosa que hemos logrado no es para una sola persona, es para todos”. Leydy contagia su liderazgo y su capacidad de trabajar en equipo. Su hijo, Diego Alberto, es parte de ese esfuerzo conjunto. “Él se siente contento, sabe mucho de abejas y tiene sus propias iniciativas”. Como Diego Alberto, otros miembros jóvenes de la familia de Leydy se dedican ahora a la apicultura. “Eso me dice que estoy haciendo bien las cosas”, dice orgullosa.  

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Suitcase art: Human Rights project
Derechos Humanos

Carta abierta a los Estados y a las Instituciones Financieras de Desarrollo

En los aniversarios de la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo (4 de diciembre), la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos (9 de diciembre) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre), grupos de la sociedad civil de todo el mundo llaman la atención sobre las amenazas únicas que enfrentan las personas defensoras de derechos humanos en el contexto de los megaproyectos y otras intervenciones de desarrollo.   Las personas defensoras de los derechos humanos son una fuerza crítica para la protección de los derechos humanos y son parte integral para lograr el desarrollo sostenible. Son vitales para proteger la tierra y el medio ambiente, asegurar condiciones de trabajo justas y seguras, combatir la corrupción, respetar las culturas tradicionales y hacer responsables a los gobiernos. Sin embargo, aquellas personas que expresan sus opiniones o buscan incidir en el desarrollo y las inversiones son estigmatizados de manera rutinaria como “anti-desarrollo”, y están sujetos a hostigamiento judicial, amenazas y ataques violentos.   Desde la adopción de la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos hace 20 años, se estima que unas 3.500 personas defensoras de los derechos humanos han sido asesinadas por su labor pacífica en la defensa de los derechos de los demás. Sólo en 2017, al menos 312 defensores y defensoras de los derechos humanos fueron asesinados, 67 por ciento de los cuales trabajaban en defensa de la tierra y el territorio en el contexto de grandes inversiones, industrias extractivas y grandes empresas.   Hoy en día, los mismos gobiernos que adoptaron estos importantes instrumentos de derechos humanos pueden en realidad socavar esos esfuerzos a través de las acciones de sus bancos nacionales de desarrollo o la cooperación bilateral y multilateral para el desarrollo. Cuando las intervenciones de desarrollo ignoran los derechos humanos, o se imponen a las comunidades sin su consentimiento o participación, a menudo no logran generar desarrollo o reducir la pobreza, y en su lugar terminan contribuyendo a abusos de los derechos y poniendo a las personas defensoras en riesgo.   Es por eso que la Campaña Personas Defensoras en el Desarrollo hace un llamado a los bancos de desarrollo, los Estados y otros actores del desarrollo para que cumplan con estos aniversarios de derechos humanos, destacando el importante papel que desempeñan las personas defensoras en el desarrollo sostenible y comprometiéndose públicamente a:   Asegurar que las intervenciones de desarrollo apoyen la realización de los derechos humanos y eviten abusos, Promover un entorno propicio para la participación pública en los procesos de desarrollo, y Tomar las medidas necesarias para salvaguardar a las personas defensoras en el contexto de las actividades de desarrollo.   Lea la Carta Abierta firmada por más de 200 grupos Encuentre aquí más información

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Carta aberta da Alta Comissária da ONU sobre a integração dos direitos humanos na ação contra a mudança global do clima

Excelência, Enquanto eu escrevo para você hoje, os direitos humanos estão sob ameaça de uma força que desafia as bases de toda a vida neste planeta que compartilhamos. As conclusões do Painel Intergovernamental sobre Mudanças Climáticas no seu relatório especial sobre o Aquecimento Global de 1,5 °C não poderiam ter sido mais claras. A mudança climática já está afetando a vida das pessoas, o gozo efetivo de seus direitos e os ecossistemas dos quais todos dependemos. Preservar o futuro da humanidade prevenindo os piores impactos da mudança climática requer que a comunidade internacional trabalhe em conjunto para executar agora medidas climáticas, eficazes, ambiciosas, urgentes e baseadas nos direitos humanos. No próximo mês, em Katowice, na Polônia, Estados e outras partes interessadas se reunirão para finalizar uma série de decisões críticas sobre o programa de trabalho do Acordo de Paris de 2015, sob a Convenção-Quadro das Nações Unidas sobre Mudança do Clima. Estas decisões irão reger a ação contra a mudança global do clima sob o Acordo de Paris para o futuro indefinido. É fundamental que o resultado da COP24 em Katowice se baseie em compromissos concretos para preservar a dignidade e os direitos humanos, a fim de fazer jus ao o legado e propósito do Acordo de Paris, assim como aos esforços mundiais para alcançar o desenvolvimento sustentável e erradicar a pobreza extrema. Também devemos olhar além da COP24 para a implementação do Acordo de Paris nos próximos anos. Ao longo dos próximos dois anos, muitos governos terão a possibilidade de apresentar e/ou atualizar suas primeiras contribuições nacionalmente determinadas. Isso dá ao seu governo a oportunidade de fortalecer os compromissos refletidos em sua contribuição inicialmente pretendida. Clamo a todas as autoridades que considerem urgentemente tal medida. Sabemos que a soma total das contribuições nacionalmente determinadas pelos Estados nos coloca em aproximadamente 3°C de aquecimento, mais do que o dobro da meta que a comunidade internacional concordou em envidar esforços para alcançar três anos atrás em Paris. As consequências desse nível de mudança climática são inimagináveis. Nações, ecossistemas, pessoas e modos de vida inteiros poderiam deixar de existir. Além de que inúmeras vidas vão ser irreparavelmente afetadas, começando com aqueles que já sofrem discriminação devido ao seu gênero; devido ao seu status econômico; devido ao fato de serem membros de povos indígenas ou minorias; devido ao fato de serem imigrantes, ou internamente deslocados; devido a sua idade; ou porque são pessoas com deficiência. Estados têm obrigações de direitos humanos de garantir que aqueles impactados pela mudança do clima, especialmente aqueles em situação de vulnerabilidade, tenham acesso a medidas de mitigação efetivas e aos meios necessários de adaptação para disfrutar a vida com dignidade. Eles também têm a obrigação de fortalecer os seus compromissos de mitigação a fim de prevenir os piores impactos da mudança do clima. Para alcançar esses objetivos, Estados devem trabalhar individualmente e coletivamente para regular as emissões de gases do efeito estufa, para mobilizar recursos adequados para adaptação e mitigação da mudança do clima, e para garantir a participação significativa de todas as pessoas na ação contra a mudança global do clima. Estou profundamente comprometida com o desafio de defender os direitos de milhões de pessoas ameaçadas pela mudança do clima, agora e nos próximos anos. Para contribuir para esta crítica luta, meu Escritório vai estender todo o suporte possível para os Estados Membros na negociação e implementação de ações climáticas baseadas nos direitos humanos. Nesse sentido, meu Escritório estará disponível para oferecer, caso possa ser útil, orientação em diversas medidas cruciais para a proteção dos direitos humanos na ação climática. Continuaremos a trabalhar com Governos e outras partes interessadas para promover a ação climática e os resultados da COP24 que beneficiem tanto pessoas quanto o planeta. Por favor aceite, Excelência, as garantias da minha mais alta consideração.   Michelle Bachelet Alta Comissária das Nações Unidas para os Direitos Humanos   Missões Permanentes para as Nações Unidas Em Genebra e Nova York.  

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Carta Abierta de la Alta Comisionada de la ONU sobre la integración de los derechos humanos en la acción climática

(traducción no oficial del inglés) Excelencia, Hoy mientras escribo, los derechos humanos están bajo la amenaza de una fuerza que desafía los cimientos de toda vida en el planeta que compartimos. Los hallazgos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático en su informe especial acerca del Calentamiento Global de 1.5oC, no podrían ser más claros. El cambio climático ya está afectando la vida de las personas, el disfrute efectivo de sus derechos, y los ecosistemas de los que todos dependemos. Preservar el futuro de la humanidad previniendo los peores impactos del cambio climático, requiere que la comunidad internacional trabaje conjuntamente para tomar ahora mismo medidas climáticas eficaces, ambiciosas, urgentes, y basadas en los derechos humanos. El próximo mes, en Katowice, Polonia, los Estados y otras partes interesadas se reunirán para finalizar una serie de decisiones críticas sobre el programa de trabajo del Acuerdo de Paris 2015 en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Estas decisiones regirán la acción climática bajo el Acuerdo de Paris para el futuro indefinido. Es fundamental que el resultado de la COP24 en Katowice se base en compromisos concretos para defender la dignidad y los derechos humanos, a fin de cumplir con el legado y el propósito del Acuerdo de París, así como con los esfuerzos mundiales para alcanzar el desarrollo sostenible y erradicar la pobreza extrema. También debemos ver más allá de la COP24 para la implementación del Acuerdo de Paris en los años venideros. En el transcurso de los próximos dos años, muchos gobiernos tendrán la posibilidad de presentar y/o actualizar sus primeras contribuciones determinadas a nivel nacional. Esto le da a su gobierno la oportunidad de fortalecer los compromisos reflejados en su contribución inicial prevista. Estoy haciendo un llamado a todas las autoridades que consideren con urgencia este movimiento. Sabemos que la suma total de las contribuciones aportadas y determinadas por los Estados actuales a nivel nacional, nos ubican en aproximadamente 3oC de calentamiento, más del doble del objetivo que la comunidad internacional acordó alcanzar mediante esfuerzos hace tres años en París. Las consecuencias de este grado de cambio climático son impensables. Naciones enteras, ecosistemas, pueblos y modos de vida, podrían simplemente dejar de existir. E incontables vidas serán dañadas irreparablemente, empezando por aquellos quienes ya enfrentan discriminación por su género; por su estatus económico; por ser miembros de grupos indígenas o minorías; por ser migrantes, o desplazados internos; por su edad; o porque son personas con discapacidades. Los Estados tienen una obligación de derechos humanos para asegurar que quienes sean afectados por el cambio climático, particularmente aquellos en condiciones de vulnerabilidad, tengan acceso a recursos efectivos y los medios de adaptación necesarios para disfrutar la vida dignamente. También tienen la obligación de fortalecer sus compromisos de mitigación para prevenir los peores impactos de cambio climático. Para alcanzar estos objetivos, los Estados deben trabajar individual y colectivamente para regular las emisiones de gases de efecto invernadero, movilizar recursos adecuados para la mitigación y adaptación al cambio climático, y garantizar la significativa participación de todas las personas en la acción climática. Estoy profundamente comprometida con la lucha por defender los derechos de millones de personas amenazadas por el cambio climático, ahora y en los años venideros. Mi Oficina brindará todo el apoyo posible a los Estados miembros en la negociación e implementación de las acciones climáticas basadas en los derechos humanos, en esta crítica lucha. En este sentido, mi Oficina está lista para brindar orientación sobre una serie de medidas cruciales para la protección de los derechos humanos en la acción climática, si eso fuera útil. Continuaremos trabajando con los gobiernos y otras partes interesadas para promover la acción climática y un resultado de la COP24 que beneficie tanto a las personas como al planeta. Por favor su Excelencia, reciba mi más alta consideración.   Michelle Bachelet Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos   Misiones permanentes para las Naciones Unidas En Ginebra y Nueva York.  

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Fracking, Derechos Humanos

El primer día que se habló de fracking ante la CIDH

Era de por sí ya un momento excepcional. La Alianza Latinoamericana Frente al Fracking había organizado un encuentro regional, estábamos en Colombia personas de 7 países de Latinoamérica reunidas cara a cara. Entonces, nos llegó una gran noticia: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había aceptado nuestra petición para una audiencia. Estallamos en una alegría colectiva. Representantes de organizaciones, abogados, activistas, científicos y habitantes de comunidades afectadas realizábamos el encuentro Territorios Libres de Fracking, ofreciendo talleres, conferencias de prensa y conversatorios sobre la fractura hidráulica —método de extracción no convencional de hidrocarburos— y sus impactos en la vida, la salud y el ambiente. Ahora, no sólo tendríamos un público diferente, sino que sería la primera vez que se hablaría de fracking ante la CIDH.   La alegría se convirtió en la encomienda inmediata de preparar en sólo veinte días una exposición que en veinte minutos resumiera de la mejor manera todos y cada unos de los efectos que ha tenido el fracking en el continente americano. Trabajamos día y noche para que todo estuviera listo ese 3 de octubre en Boulder, Colorado. Fue tan poco el tiempo que a Gabriel Cherqui, vocero de las comunidades mapuches afectadas en Neuquén, Argentina, por el megaproyecto Vaca Muerta, le fue imposible conseguir el visado y hacer el trámite necesario para viajar a Estados Unidos. Convertir años en minutos Quizás lo más difícil fue resumir miles de documentos e historias en tan poco tiempo. Nos había tomado años sistematizar la información especializada sobre el tema y conseguir la aceptación de la audiencia informativa, solicitada con más de 120 firmas de respaldo. Otro desafío fue tejer de forma sólida la relación entre el fracking y la violación de derechos humanos, un tema que ya habíamos identificado que a la Comisión le interesaría abordar, dada la inmensidad y complejidad del problema. Desarrollamos una estrategia: Roberto Ochandio, extrabajador, petrolero y geógrafo, expuso los pormenores técnicos necesarios para entender el fracking; Liliana Ávila, abogada de AIDA, enlistó cómo el uso de la técnica ha vulnerado el derecho al ambiente sano, la vida, la salud, la consulta y a la información de las comunidades afectadas; Alejandra Jiménez, de la Alianza Mexicana contra el Fracking, dio a conocer los casos en México, donde el acceso al agua ha sido comprometido; Santiago Cané, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina, abordó la contaminación, daños directos, falta de consulta y persecución de las comunidades de Neuquén; y Doris Estela Gutiérrez, presidenta de Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas (CORDATEC), habló sobre la promoción de las consultas públicas en Colombia, así como de la criminalización y amenazas a la vida de los defensores del territorio.  Destacamos que apostar por los hidrocarburos, y por esta técnica, significa también alejarnos del combate al cambio climático pues el fracking emite metano y otros gases de efecto invernadero que aceleran el calentamiento global. Fue todo un reto. No queríamos dejar la voz de nadie a un lado. Escuchar y aprender: una esperanza La mirada de los comisionados y cómo apuntaban datos y testimonios en los veinte minutos que duró nuestra intervención nos dejaba claro que estábamos abriendo una ventana a la esperanza. El carácter multifacético del fracking —con aspectos como el desarrollo, la contaminación, el cambio climático y los derechos humanos— llamaba su interés. No sólo presenciábamos la primera vez que se hablaba de fracking ante la Comisión, sino una audiencia donde cinco expositores resumían la preocupación de más de 120 solicitantes, con una sola causa en común. Lo que vino después fue un diálogo en el que los comisionados nos preguntaron por media hora más detalles sobre la técnica, dudas sobre el desarrollo en los países, la calidad del agua, los daños a la salud pública y una preocupación ante lo mucho que nos aleja esta técnica de las metas climáticas. Solicitamos a la Comisión que inste a los Estados a que adopten medidas para evitar violaciones a los derechos humanos relacionadas con el fracking; a que generen información pública, veraz e imparcial, basada en evidencia científica; y a que protejan los derechos humanos allí donde el uso de la técnica avanza a ciegas. Le pedimos dar seguimiento al tema, particularmente a los impactos negativos del fracking en los derechos económicos, sociales y culturales; en la vida de mujeres, niños, niñas y adolescentes; y en la vida y territorios de pueblos indígenas. Le requerimos dar seguimiento a las agresiones a defensores y defensoras de derechos humanos y buscar medidas de protección para quienes están en riesgo. Quedaron muchas preguntas, muchas otras preocupaciones que como Alianza hemos detectado en América Latina, pero ciertamente este momento nos fortaleció. En lo que respecta al derecho internacional, esta audiencia sienta precedentes regionales y hace uso de los argumentos de la Opinión Consultiva 23 que la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió sobre derechos humanos y ambiente. Es claro que este momento fue un pequeño paso, pero también fue claro que hay oídos dispuestos a escuchar. Por nuestra parte, seguiremos haciendo uso de las herramientas legales del derecho internacional para proteger a las comunidades que puedan verse afectadas por el fracking.  

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Seminario virtual "Evidenciando los daños del fracking ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos"

El pasado 3 de octubre, en una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), integrantes de la Alianza Latinoamericana Frente al Fracking evidenciaron los daños en la salud humana y en el ambiente, y la consecuente vulneración de derechos humanos, que implica el desarrollo de la fractura hidráulica o fracking en América Latina.   En este seminario, se habló en detalle de los derechos humanos vulnerados por el uso del fracking en la región y de las solicitudes que la sociedad civil hizo a la Comisión para que se adopten medidas adecuadas y urgentes al respecto.   Panelistas Roberto Ochandio, Alianza Latinoamericana Frente al Fracking: Aspectos importantes para entender el fracking. Liliana Ávila, AIDA: Fracking y vulneración de derechos humanos. Alejandra Jiménez, Alianza Mexicana Contra el Fracking: Afectaciones al derecho humano al agua y al derecho a la salud, la experiencia de México. Santiago Cané, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN): El fracking contra los pueblos, el caso de Argentina. Dorys Gutierrez, Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas (CORDATEC): Criminalización de la protesta en Colombia. Moderó: Claudia Velarde, AIDA.   Grabación   Presentaciones 1. Presentación de Alejandra Jiménez, de la Alianza Mexicana Contra el Fracking:   2. Presentación de Santiago Cané, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN):  

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El informe climático del IPCC: la ciencia habló y debemos actuar ahora

Lo ha dicho la comunidad científica internacional: lo único que nos puede salvar de una catástrofe climática es un cambio radical e inmediato. Los próximos once años son los más importantes en la historia del planeta al respecto. La respuesta que se le dé a este llamado determinará el futuro de muchas personas. En su más reciente análisis, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC por sus siglas en inglés), establece los impactos que podrían ocurrir si la temperatura promedio del planeta supera los 2°C, y los compara con los que ocurrirían si logramos frenar el calentamiento o al menos evitar que sea mayor a 1.5°C. El Acuerdo de París, acuerdo internacional para frenar el cambio climático vigente desde 2016, establece como objetivo mantener el aumento de la temperatura muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales, y continuar los esfuerzos por limitarlo a 1.5ºC. Los impactos del calentamiento global Las conclusiones de los expertos son tajantes: esos 0.5° C extra serían letales para millones de personas y sus formas de vida. Con un calentamiento de 2°C o más, se espera: más y peores olas de calor, sequías e inundaciones; que el mar suba 10 centímetros más de lo que subiría si el calentamiento llega sólo a 1.5ºC, lo que implica inundaciones costeras y filtración de agua de mar a zonas agrícolas y fuentes de agua dulce, una cuestión de vida o muerte para unos 10 millones de personas; con respecto a la biodiversidad, que el riesgo de perder la mitad de su hábitat se duplique para plantas y vertebrados, y que se triplique para insectos, considerando a las más de 100 mil especies estudiadas; la desaparición de más del 99% de los arrecifes de coral, pero podremos salvar entre 10 y 30% de lo que queda si estabilizamos el termómetro del planeta para que no supere los 1.5°C; que aumente el alcance de los mosquitos que transmiten enfermedades como la malaria y el dengue; y estragos en los cultivos y ganadería, afectando severamente la seguridad alimentaria mundial. Y ¿cómo estamos? No muy bien. El planeta se ha calentado ya en 1°C desde antes de la era industrial y en 2017 las emisiones contaminantes responsables de ese calentamiento subieron nuevamente. Los compromisos actuales hechos por los países para cumplir con lo establecido en el Acuerdo de París no son suficientes. De quedarnos en ellos, llegaríamos a los 3°C en 2030, con consecuencias que es mejor ni imaginar por ahora. Cambiemos nuestro destino climático ¿Qué hay de las soluciones? Lograr que la temperatura del planeta no pase de los 1.5°C es posible, pero requiere cambios sin precedentes. Para lograrlo, las emisiones deberían bajar en 45% entre 2010 y 2030, y deberían llegar a cero emisiones netas para 2050. Esto quiere decir que no se emita más de lo que los bosques y sumideros naturales de carbono puedan capturar. Ello requiere: que las industrias más contaminantes, particularmente las productoras de combustibles fósiles, hagan cambios radicales; que la energía renovable sea la norma para el 2050 (entre 70 y 85% del total);   que las plantas generadoras de energía a carbón desaparezcan; que el transporte funcione con electricidad limpia; y que se expandan, mantengan y cuiden los bosques y otros sumideros naturales de carbono, encargados de retirar las emisiones de la atmósfera. El informe de los expertos reconoce una gran oportunidad: la mitigación de los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC), nombre genérico que se le da al carbono negro u hollín, al metano, a los hidrofluorocarbonos (HFC) y al ozono troposférico. Al ser climáticamente más intensos que el dióxido de carbono (CO2), los CCVC son causantes de la mitad del calentamiento del planeta. Además, por su corta duración en la atmósfera, tienen un rol clave en la reducción del calentamiento en el corto plazo. Reducir sus emisiones implica resultados positivos más pronto en cuanto al calentamiento del planeta e importantes beneficios para el bienestar humano, como la disminución de la contaminación y sus daños a la salud y un mejor rendimiento de los cultivos. Pero pocos países han incluido la reducción de estos contaminantes en sus compromisos nacionales frente al cambio climático. En AIDA trabajamos para que los países avancen en el control de estas emisiones. Siendo la región con el mayor potencial para energías renovables, Latinoamérica tiene la oportunidad de ser un ejemplo para el resto del planeta. El riesgo que la región enfrenta es grande y bien vale la pena el esfuerzo para evitarlo. El cambio climático amenaza con sacudir todo nuestro equilibrio, lo que incluye el derretimiento de glaciares andinos, menos lluvia y más inundaciones, escasez de agua dulce, extinción de especies, más incendios y propagación de especies invasoras, pérdida de corales y biodiversidad marina, inseguridad alimentaria, e impactos a la salud de las personas y a sus medios de subsistencia. El panorama es claro: demorar y mantener el calentamiento mundial por debajo de los 1.5°C no es tarea fácil, pero la ciencia ha dicho que es posible. Tenemos lo necesario para lograrlo: conocimiento científico y capacidad tecnológica y financiera. La responsabilidad principal es de los gobiernos, de los tomadores de decisión y del sector privado, que deben dar el impulso para lograr, entre todos, un cambio sin precedentes. No olvidemos nunca que el cambio es posible y además deseable. Un mundo bajo en emisiones es también un mundo más limpio y más justo para nosotros y para quienes llegarán. ¿A quién no le gustaría eso?  

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