Fuentes de Agua Dulce


Proyecto Alto Maipo: Peligroso, innecesario y encima inviable

El 2 de agosto pasado, los defensores de los ríos de Chile recibimos una noticia que nos llenó el corazón de esperanza: el megaproyecto hidroeléctrico Alto Maipo se declaró en default técnico y pronto podría ser también inviable financieramente. El proyecto, presentado al Gobierno chileno el 2008 por la transnacional norteamericana AES-Gener y en proceso de construcción desde 2014, se ha enfrentado desde sus inicios con una fuerte oposición ciudadana, pues pone en riesgo la cuenca del Maipo, la fuente de agua más importante para la región metropolitana. Desde el año pasado, a sus innumerables incoherencias se sumaron problemas técnicos y financieros. El proyecto consiste en captar y trasvasijar las principales nacientes y afluentes que alimentan el río Maipo para introducir el agua en un túnel de casi 70 kilómetros de largo, y de 6 a 8 metros de diámetro. Con eso dejaría casi secos a los tres ríos tributarios del Maipo. Sería una verdadera megarepresa subterránea, que acumularía más de 2 millones de metros cúbicos de agua. Su construcción ha traído ya terribles impactos socioambientales. Si entra en operación, los daños se extenderían a toda la Región Metropolitana, desde Los Andes hasta el mar. Riesgos para el ambiente y la población La cuenca del río Maipo está ubicada a solo 50 kilómetros de Santiago, la capital chilena. Se trata de la principal cuenca de la región: sus aguas abastecen de agua potable a 7 millones de habitantes, y suministran riego para 120.000 hectáreas. Además, la cuenca es sitio recreacional para la población urbana de Santiago. Anualmente la visitan 2 millones de turistas nacionales y extranjeros, siendo esa actividad económica la más importante para el desarrollo de la zona. Ante los 10 años consecutivos de sequía que se vive actualmente y el profundo proceso de desertificación de la zona central de Chile, el Cajón del Maipo, sus montañas, ríos y glaciares, son el pulmón verde y el regulador del clima de Santiago. Todo eso está en inminente peligro por el proyecto de AES-Gener, que impactaría irreversiblemente todo el sistema hídrico de la cuenca, afectando glaciares milenarios y las nacientes cordilleranas, afectando también el funcionamiento natural del ciclo hidrológico. Problemas económicos El financiamiento original del proyecto fue otorgado a un plazo de 20 años por bancos multilaterales y comerciales, nacionales y extranjeros. Entre ellos están la Corporación para Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial, CorpBanca, el Banco de Crédito e Inversiones (BCI), el Banco Itaú de Chile, el Banco del Estado de Chile, el KfW Ipex-Bank GmbH de Alemania y el DNB Bank ASA de Noruega. Debido a las incongruencias del proyecto con las políticas de los bancos inversores, el Movimiento No Alto Maipo presentó en enero de 2017 quejas formales ante los mecanismos independientes de revisión del BID y de la CFI. Actualmente se gestiona hacer lo mismo con los mecanismos de rendición de cuentas de la OPIC y los bancos europeos. El pasado 31 de julio, AES-Gener informó que el proyecto Alto Maipo había caído en un default técnico debido a graves problemas de seguridad de sus trabajadores, que derivaron en la renuncia de una de las principales contratistas del proyecto. La deuda financiera por los desembolsos realizados a la fecha asciende a 613 millones de dólares. Inicialmente, el costo del proyecto era de 700 millones dólares y hoy podría ser de más de 3.000 millones (420% más). Problemas técnicos El proyecto no cuenta con estudios hidrogeológicos y de cambio climático, carencia que le ha pasado la cuenta con el retiro de uno de sus inversores iniciales. Antofagasta Minerals (Grupo Luksic, familia y consorcio empresarial chileno con la mayor fortuna en el país) abandonó el proyecto en enero por el sobreprecio y la demora en su construcción. La Constructora Nuevo Maipo (CNM), por su parte, no siguió adelante con su contrato por la falta de estudios que le impidieron continuar con la perforación de los túneles. Según esa empresa, existían serios riesgos para la vida de los trabajadores porque no existen las condiciones suficientes de seguridad para la construcción (a la fecha han fallecido dos trabajadores de las contratistas). Es un hecho que las grandes hidroeléctricas siempre cuestan más de lo presupuestado y Alto Maipo es un ejemplo más de lo que ocurre en todo el planeta. La inviabilidad de este proyecto podría haberse prevenido con la aplicación del principio precautorio. Desde el Movimiento No Alto Maipo hemos sido ciudadanos responsables, argumentando hace 10 años con fundamentos técnicos, científicos, sociales, ambientales y políticos la inconveniencia de continuar con el proyecto. Podemos vivir sin energía, pero no sin agua. El agua no puede sustituirse y es además un derecho humano fundamental para la sobrevivencia de las generaciones presentes y futuras. Es nuestra responsabilidad evitar que corra riesgo. Por ello, no bajaremos los brazos hasta que el proyecto sea cancelado por completo.

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Ramsar pide a Colombia incluir a la Ciénaga Grande en lista de humedales con daños graves

Expertos de la Convención Ramsar, tratado internacional para la protección de humedales, identificaron “cambios fuertes” en las características ecológicas del sitio debido a la intervención humana. Recomendaron, entre otras cosas, que Colombia inscriba al lugar en el Registro Montreux, el cual incluye humedales amenazados seriamente y que requieren atención prioritaria. Bogotá, Colombia. Tras visitar la Ciénaga Grande de Santa Marta en agosto del año pasado, una misión de expertos internacionales de la Convención Ramsar, tratado intergubernamental para la protección de humedales, emitió un informe en el que recomienda al Gobierno colombiano incluir al sitio en el Registro Montreux, un listado de entornos bajo amenaza grave y que requieren atención prioritaria. “Dados los fuertes cambios en las características ecológicas del sitio Ramsar CGSM (Ciénaga Grande de Santa Marta), se recomienda su inclusión en el Registro Montreux”, se menciona en el informe que se conoció la semana pasada. Esos cambios “requieren la toma de medidas urgentes por parte del Gobierno de Colombia que permitan mantener y recuperar su carácter ecológico y alcanzar su uso racional de acuerdo a los objetivos de la Convención”, se lee también en el documento. Entre los cambios mencionados en el informe están la sobreexplotación y contaminación de parte de las aguas de la Ciénaga, la disminución del agua dulce que recibe debido a la presencia excesiva de sedimentos y a la obstrucción de canales, la “gran pérdida” de bosques de manglar ocasionada por obras viales y de infraestructura que bloquearon flujos de agua, y la disminución de la población de peces. “La inclusión de la Ciénaga en el Registro Montreux puede permitir la obtención de ayuda económica, mediante fondos otorgados por la Ramsar Wetland Conservation Fund, así como de apoyo y asesoría técnica por parte del Grupo de Examen Científico y Técnico de la Convención Ramsar, que puede generar recomendaciones para la recuperación y conservación del ecosistema”, explicó Juan Pablo Sarmiento Erazo, investigador de la Universidad del Norte. Además de esa medida, en el informe de Ramsar, se recomiendan otras dos soluciones ante la degradación ambiental del sitio: realizar un dragado efectivo con base en un nuevo diseño hidrológico, y fortalecer la coordinación interinstitucional en el manejo del lugar. “Es clave que el Gobierno colombiano siga al pie de la letra las recomendaciones de Ramsar y que implemente lo antes posible las mejoras y cambios necesarios en el manejo del sitio”, dijo Gladys Martínez, abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “Lejos de ser una lista negra, el Registro Montreux es una oportunidad para que los gobiernos se muestren responsables con los recursos naturales que requieren atención urgente”. La visita de los expertos al sitio, realizada del 22 al 26 de agosto de 2016, se concretó tras la petición hecha en ese sentido el 2014 a la Secretaría de Ramsar por AIDA, la Universidad del Norte, y la Universidad de Florida, con el acompañamiento de la científica Sandra Vilardy, de la Universidad del Magdalena. “Esperamos que el gobierno haga público el informe de manera oficial”, resaltó Vilardy. “El documento menciona que es imperativo reestablecer el balance hídrico del complejo de humedales, haciendo énfasis en la revisión de las concesiones de agua de los ríos que alimentan a la Ciénaga”. NOTA: Más información disponible aquí. Contactos de prensa: Gladys Martínez, abogada de AIDA, +506 8321 4263, [email protected] Carlos Lozano Acosta, abogado de AIDA, +57 300 5640282, [email protected]  Juan Pablo Sarmiento, Universidad del Norte, +57 300 5514583, [email protected]  

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Recordando a Robert Moran

Compartimos con honda tristeza la noticia del fallecimiento del Dr. Robert E. Moran, un destacado hidrogeólogo que apoyó enormemente la promoción de la protección ambiental a nivel mundial y que fue un aliado comprometido para AIDA. Él murió el 15 de mayo pasado en un accidente automovilístico mientras estaba de vacaciones en Irlanda. Con más de 45 años de experiencia en monitoreo de calidad del agua y en geoquímica e hidrología, el Dr. Moran hizo un aporte invaluable a la lucha global por agua limpia y una minería responsable. Su trabajo como experto en los impactos ambientales de la minería lo llevó a colaborar con una amplia gama de actores, desde organizaciones no gubernamentales y comunidades indígenas, hasta miembros del gobierno y del sector privado. Fue un científico admirable y un férreo defensor de los derechos ambientales. Algunos de los proyectos recientes del Dr. Moran en América Latina incluyeron: una evaluación técnica en la mina de oro Veladero, en Argentina, tras un derrame de cianuro; asistencia y capacitación a funcionarios del Gobierno colombiano sobre inspección de minas de carbón y monitoreo de calidad del agua; e informes de evaluación de las declaraciones de impacto ambiental del proyecto Minero Progreso Derivada II en La Puya, Guatemala. El Dr. Moran también realizó evaluaciones de actividades mineras y de sus impactos en Bolivia, Colombia, Honduras y Perú, así como en África, Europa, Asia Central, Oriente Medio y Estados Unidos. Dedicó su vida a ayudar a otros a entender y evaluar mejor los verdaderos costos de las operaciones mineras. Muchos en el movimiento ambiental y personas de todas partes que lo tuvieron en su vida, extrañarán de sobremanera al Dr. Moran. En AIDA le honramos y agradecemos por su magnífico trabajo en la defensa de nuestro planeta.

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Avioneta rocía una mezcla química con glifosato sobre cultivos y cerca de una casa.

¿Por qué Colombia no debe reanudar la fumigación aérea con glifosato?

En 2015, el Gobierno de Colombia apostó por el ambiente y la salud humana cuando decidió suspender en el país la fumigación aérea de cultivos considerados ilícitos con glifosato y otros químicos. Sin embargo, existe un proceso judicial en curso ante la Corte Constitucional colombiana al cabo del cual podría haber un fallo que abra camino para una posible reanudación de ese tipo de fumigación. Dicha práctica tiene su origen en el Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos con Glifosato (PECIG), parte del llamado Plan Colombia, lanzado hace casi dos décadas con el apoyo de Estados Unidos. La Corte deberá decidir ahora si la fumigación respeta o no los derechos humanos. En AIDA creemos firmemente que la respuesta es no. A continuación les contaré porqué Colombia no debe retroceder en sus esfuerzos de evitar los impactos negativos de la fumigación aérea con glifosato en comunidades y ecosistemas. Según la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, el glifosato es una sustancia probablemente cancerígena para las personas. También se ha reconocido, a partir de información científica, que puede causar problemas dermatológicos, abortos, daño a nivel celular o enfermedades neurodegenerativas.[1] Además, de acuerdo con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos (OEA), la mezcla de glifosato y la forma en que se utiliza, amenaza la biodiversidad, especialmente a peces y anfibios. El Principio de Precaución “Principio 15. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.” Así está definido el principio de precaución en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992). Su objetivo es evitar riesgos inciertos, graves e irreversibles para las personas y el ambiente. El principio está incorporado en la legislación colombiana desde 1993 y, en el caso de la fumigación aérea con glifosato, es claramente aplicable. De hecho, con base en el mismo, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales decidió, en septiembre de 2015, suspender el Plan de Manejo Ambiental del programa de fumigaciones y detenerlas. Aunque no se cuenta con estudios sobre la dimensión de los impactos de la implementación del programa, existe evidencia científica sobre los impactos graves e irreversibles del glifosato en la salud humana y el ambiente. En consecuencia y en cumplimiento de sus obligaciones nacionales e internacionales, el Estado colombiano debe seguir aplicando el principio de precaución para proteger a la población y al patrimonio natural del país de los daños del glifosato y demás químicos nocivos. Ante la Corte Los argumentos mencionados arriba fueron presentados también ante la Corte Constitucional por AIDA y la Red por la Justicia Ambiental en Colombia, como parte del proceso judicial relacionado con el programa de fumigaciones. Le dijimos a la Corte que aún es necesario que el Estado mantenga la suspensión de las fumigaciones para evitar la consumación de los daños de su implementación durante muchos años. Hasta no contar con estudios científicos objetivos, independientes e integrales que demuestren que el programa de fumigaciones es seguro, dicha actividad no puede ser reactivada. Los estudios deberán tener en cuenta las características específicas del programa y las condiciones ambientales y sociales de los lugares afectados. Asimismo, se deberá considerar los impactos ambientales acumulativos. El proceso judicial responde a una acción legal presentada por el municipio de Nóvita, región del Chocó, contra varias entidades del gobierno por vulnerar derechos fundamentales de comunidades indígenas y afrodescendientes a raíz de la fumigación aérea con glifosato para erradicar cultivos de coca y amapola en la zona. AIDA apoyó esos esfuerzos locales con argumentos de derecho internacional, abogando por la aplicación del principio de precaución para velar por la salud y el ambiente. Quedamos ahora a la espera de la decisión de la Corte sobre un tema de trascendental importancia para el país y el continente. ¡CONSULTA el documento que AIDA y la Red por la Justicia Ambiental en Colombia presentaron ante la Corte Constitucional! [1] http://www.ideaspaz.org/img/website/documents/informe-c-comision-asesora.pdf

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 Parque Nacional Palo Verde, provincia Gunacaste, Costa Rica

Costa Rica da un gran paso por sus humedales

Desde el pasado 6 de marzo, los ríos, lagos, manglares y otros humedales en Costa Rica, gozan de una mejor protección. En esa fecha, el gobierno de ese país emitió por primera vez una política pública orientada al manejo sostenible de esos ecosistemas. Se trata de la Política Nacional de Humedales 2017-2030, creada para preservar y revitalizar esos entornos, y la gran biodiversidad que albergan, sin afectar a las comunidades cercanas que dependen de ellos. Tras casi año y medio de trabajo conjunto, el Ministerio de Ambiente, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lograron concretar este histórico instrumento de política pública. Desde AIDA fuimos parte del proceso de elaboración de la política, aportando comentarios desde la perspectiva del derecho ambiental internacional. En el pasado, hicimos una contribución similar en México. “Buscamos asegurar que la Política Nacional de Humedales estuviera en línea con las obligaciones de Costa Rica con la Convención Ramsar, tratado intergubernamental que establece que todos los países necesitan una política de ese tipo, además de otras acciones para proteger a los humedales de su territorio”, explica Gladys Martínez, abogada sénior del Programa de Biodiversidad Marina y Protección Costera de AIDA. La Ley Orgánica del Ambiente de Costa Rica define a los humedales como ecosistemas que dependen de regímenes acuáticos tanto dulces como salobres, naturales o artificiales, y que pueden ser permanentes o temporales. Por lo tanto, los humedales no son solo cuerpos de agua como ríos y lagos, sino también esteros, manglares, llanuras de inundación, arrecifes de coral y aguas marinas, entre otros. “En Costa Rica tenemos miles de humedales que representan el 7% del territorio nacional y esta Política ayudará a mejorar la gobernanza y la protección de estos recursos, saldando una deuda histórica con un elemento vital para nuestros ecosistemas”, informó el Ministro de Ambiente y Energía, Edgar Gutiérrez en un comunicado difundido por su despacho el 6 de marzo, con motivo del lanzamiento de la política. Los cinco componentes principales de la política El plan de acción de la política pública se basa en cinco ejes centrales: Conservación de los humedales, sus bienes y servicios: Busca evitar futuras pérdidas de humedales y mitigar factores que pongan en riesgo su salud y funcionamiento. Se propone además ordenar el territorio en el que están mediante un Inventario Nacional de Humedales. Adaptación climática y uso racional: Busca identificar cuáles son los humedales más vulnerables ante el cambio climático y llevar a cabo acciones de mitigación. Rehabilitación ecológica: Una vez identificados los humedales vulnerables, se prevé llevar a cabo acciones de recuperación. Fortalecimiento institucional para una gestión adecuada: Se aboga por lograr una mejor coordinación y articulación entre las entidades a cargo de la administración y conservación de humedales. Participación inclusiva: Se pretende que la ciudadanía se involucre y participe en los procesos de conservación de humedales. Consulta ciudadana y ejemplo a seguir Cabe destacar el último punto, referido a la inclusión de las comunidades, porque en lugar de alejarlas de la toma de decisiones, el gobierno reconoce que es importante consultarles ya que muchas de ellas basan sus medios de subsistencia en la salud de los humedales y otros entornos. “Lo más importante es que además de cumplir con la Convención Ramsar, se está cumpliendo con otras convenciones internacionales que hablan sobre la consulta”, dice Gladys. La nueva política costarricense representa un avance significativo en la defensa del ambiente. Cada vez más países se alinean a Ramsar y demuestran a la región que las políticas ambientales son posibles y efectivas, superando así el obstáculo común de la burocracia. En AIDA estamos felices de decir “¡pura vida!” a los humedales. ¡Esperamos que más países se unan a su protección!

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Tárcoles: El río más contaminado de Centroamérica

El sol nace en el río Grande de Tárcoles. Guacamayas descansan en los árboles de alrededor y, en la orilla, cocodrilos se asoman imponentes. Cientos de turistas se detienen a fotografiar del paisaje cuando, dentro del cauce, la corriente arrastra un pedazo de chatarra. Esta es la dinámica en el caudal del Grande de Tárcoles, el río más contaminado no sólo de Costa Rica, sino de toda Centroamérica. Si bien el país ha logrado grandes avances para dejar atrás el uso de combustibles fósiles en la generación de energía, aún tiene mucho por hacer en cuanto a manejo de desechos. El origen de la contaminación Son dos las razones principales para la excesiva contaminación del gigantesco río: la creciente urbanización y la burocracia gubernamental. Por un lado, en su enorme caudal —aproximadamente 4,2% del territorio costarricense— desembocan todas las aguas sucias del Gran Área Metropolitana del país. En 2013, el informe del Estado de la Nación reveló que sólo un 4% del total de las aguas residuales del país eran tratadas antes de ir a los ríos. Lo que ocurre en el Grande de Tárcoles es un gran ejemplo de las consecuencias de esa deficiencia. Actualmente, el río es la “alcantarilla” de la zona urbana. Recibe un equivalente a 100 piscinas olímpicas de agua sin tratamiento proveniente de la zona urbana, según el Instituto de Acueductos y Alcantarillados. Sus aguas han sido también víctima de leyes anticuadas que por años favorecieron la actividad económica y el vertido de los desechos de sectores comerciales, por encima de la salud ambiental del río. También en el ámbito legal, aunque se estableció el pago de una multa por el vertido de aguas residuales y agentes contaminantes al río, la medida no fue respetada. Como resultado, la cantidad de derrames ilegales de agua sucia, basura tecnológica o chatarra al Grande de Tárcoles permaneció igual de alta. Gracias a todo esto, el laboratorio de análisis ambiental de la Universidad Nacional calcula que si no se adoptan medidas más efectivas, para el año 2040, la recuperación del río sería imposible Esto comenzó a saturar de contaminación al río hasta llegar a la actual y crítica situación actual. Riqueza ambiental en riesgo A pesar de la contaminación, la riqueza biológica en la desembocadura del río es exorbitante. Allí habita la población de cocodrilo americano más grande del país y alrededor de 50 especies de aves. Además, el río desemboca y alimenta con sus aguas al manglar de Guacalillo, hogar de una gran variedad de especies animales. En ese sitio están cuatro de las cinco especies de manglar observadas de Costa Rica. Por otro lado, este rico ecosistema aporta pesca y turismo para la subsistencia de las comunidades locales, quienes se enorgullecen de la belleza natural del lugar. Lo que se ha hecho y lo que falta Se han hecho esfuerzos por mitigar el impacto de la contaminación en el río y rescatar su gran biodiversidad. Uno de ellos es la puesta en marcha de la planta de tratamiento de aguas Los Tajos, que limpia un 20% de las aguas que llegan al Grande de Tárcoles. También está el aporte de campañas aisladas de limpieza. En 2007, una limpieza del río recolectó de sus aguas una cantidad aproximada de mil neumáticos. Esto favoreció la emisión de un decreto en favor de las comunidades locales y con la intención de garantizarles su derecho a un ambiente sano. El decreto reconoce la importancia biológica del río y el deterioro que ha sufrido, creando la Comisión de Gestión Integral de la Cuenca del Río Grande de Tárcoles, cuyo objetivo es planificar vías alternas y sostenibles para proteger al río. Sin embargo, son necesarias acciones más significativas para la recuperación total del Tárcoles antes que el daño sea irreparable. La Comisión no ha sido capaz al momento de mitigar significativamente la contaminación. Requiere una mejor organización y recursos para actuar. Además, haciendo partícipes a las comunidades locales, la Comisión necesita poner manos a la obra y realizar limpiezas masivas de la cuenca del Grande de Tárcoles. Además, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados debe actuar eficientemente para tratar adecuadamente las aguas residuales, prevenir derrames ilegales y limpiarlo para restaurar la salud de este gigante enfermo. El reto es grande, pero la belleza natural del caudal hace que un esfuerzo mayor valga la pena.  

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Fuentes de Agua Dulce

El uso de agua para proyectos en Panamá debe ser sometido a consulta ciudadana

Un tribunal de ese país anuló una norma que permitía que grandes proyectos como represas hidroeléctricas usen hasta el 90% del agua de ríos, lagos y otros ecosistemas. De ese modo se estableció que las autoridades ambientales deben realizar consultas ciudadanas y asegurar la disponibilidad de agua para comunidades y otros usuarios, antes de otorgar concesiones para el uso del recurso en esos proyectos. Ciudad de Panamá, Panamá. La Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia anuló una resolución emitida en 2012 por la entonces Autoridad Nacional del Ambiente, actual Ministerio de Ambiente, que disponía que hasta el 90% del agua de ríos, lagos y otras fuentes naturales de ese recurso podía ser usada por grandes proyectos de infraestructura como hidroeléctricas. Tras la decisión judicial, la autoridad ambiental no podrá otorgar concesiones para el uso de agua en esos proyectos sin antes realizar consultas ciudadanas y garantizar la disponibilidad presente y futura del recurso para comunidades y otros usuarios. La anulación de la norma constituye una victoria para el Centro de Incidencia Ambiental de Panamá (CIAM) que, junto con otras organizaciones de la sociedad civil, demandaron ante la justicia que la resolución fuera derogada. Presentaron además una propuesta para regular el caudal ambiental en el país de manera sostenible y protegiendo los derechos humanos. El caudal ambiental es el flujo de agua que un río u otro cauce debe tener para mantener sus valores ecológicos —refugio de amínales y plantas, preservación del paisaje y disolución de contaminantes, entre otros— y sus valores sociales o su uso por parte de comunidades e individuos. La resolución de 2012 limitaba ese flujo a tan solo el 10% para todos los entornos que son fuente de agua y permitía que el porcentaje restante (90%) quede libre para ser usado en grandes proyectos. “La Corte de Panamá basó su decisión en los compromisos internacionales que el país tiene de proteger los recursos hídricos y de garantizar los derechos humanos de las personas que dependen de ellos. Esas obligaciones nacen de los tratados que el país ha firmado. Nos complace que la Corte se haya referido además al vínculo entre derechos humanos y protección del recurso hídrico. Se trata de un gran precedente que esperamos sea replicado en otros países de la región”, dijo Gladys Martínez, abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). AIDA apoyó la demanda judicial contra la resolución, así como la propuesta para regular el caudal ambiental en Panamá, mediante un escrito (Amicus Curiae) y una carta, documentos en los que presentó argumentos de derecho internacional para preservar el agua y el acceso a la misma para todos.  Contacto de prensa: Gladys Martínez, AIDA, [email protected], +506 8321 4263  

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El páramo de Santurbán: Un lugar más cerca del cielo

La Corporación Financiera Internacional, parte del Grupo del Banco Mundial, le dijo “no” al proyecto minero Angostura en el páramo de Santurbán, Colombia. ¿Qué implica esa decisión? Con ella, se da un paso importante en la protección de un sitio único y de valor incalculable. En Santurbán, las rocas se convierten en guardianes de espejos de agua que imitan al cielo. Frailejones escoltan y vigilan los vestigios de glaciares. Los cóndores posan sus ojos sobre los visitantes. Allí, el cielo está más cerca. Santurbán es un páramo, un ecosistema exclusivo de los Andes. La empresa canadiense Eco Oro Minerals fijó su mirada en el sitio porque así como es rico en agua, también lo es en minerales. La CFI había invertido en la empresa y en su proyecto Angostura. Pero, a finales de 2016, tomó la sabia decisión de retirar su inversión. Ello implicó una victoria importante en la lucha por preservar el agua de millones de personas. Pero, ¿qué es exactamente lo que se salva? ¿Qué magia tiene Santurbán que enamora? Alberto Peña Kay, fotógrafo y senderista, enlista con retratos del páramo las razones que le inspiran a cuidar este ecosistema único: Los frailejones (espeletias) son plantas endémicas que por las drásticas condiciones del clima de los páramos, se han adaptado de forma única para sobrevivir al frío, la alta radiación ultravioleta y la escasez de nutrientes.    Las hojas suculentas de los frailejones absorben el agua de la neblina y la conservan en su tronco. A veces, sólo crecen un centímetro al año. “Cuando conocí este páramo y lo retraté, me di cuenta que debía seguir visitándolo. Me inspiró a seguir más con mi pasión por la fotografía”.  “Muchos no lo ven así y casi siempre lo ven con ojos de ganancias por la explotación minera”.  “En su máxima expresión, vemos que tiene potencial y es algo que podemos perder. Son muchas las razones para conservarlo”.  ¿Por qué? “Primero, está en mi región, en el gran Santander. Segundo, su biodiversidad: allí hay íconos como el cóndor, el puma y el frailejón. Tercero, abastece de agua a más de la mitad de los nortesantandereanos y santandereanos”. “Desde que conocí el páramo de Santurbán, me di cuenta que se puede llegar más cerca del cielo”.  Santurbán habla por sí mismo. ¡Salvar este trozo de cielo en la tierra, bien vale la pena!

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Minería, Fuentes de Agua Dulce

Banco Mundial retira inversión de la empresa Eco Oro Minerals y su proyecto minero en el páramo de Santurbán

En un avance importante para la protección de los páramos, la Corporación Financiera Internacional (CFI), brazo del Grupo del Banco Mundial para el sector privado, toma la decisión positiva de retirar su inversión de la empresa minera canadiense Eco Oro Minerals, cuyo proyecto minero de oro Angostura está ubicado en el páramo de Santurbán, entorno natural que abastece de agua a millones de personas en Colombia. Bogotá, Washington, Ottawa, Amsterdam. La Corporación Financiera Internacional (CFI), brazo del Grupo del Banco Mundial para el sector privado, decidió retirar su inversión en la empresa canadiense Eco Oro Minerals. El proyecto minero Angostura, a cargo de Eco Oro, está ubicado en el páramo de Santurbán, Colombia, un ecosistema de alta montaña que provee de agua a millones de personas en el país. La legislación colombiana prohíbe la minería en páramos. “Aplaudimos esta decisión del Banco, que le da la razón al Comité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán sobre la inviabilidad de la minería en el páramo”, sostuvo Alix Mancilla, representante del Comité. “Ahora pedimos al gobierno colombiano que se abstenga de otorgar licencias ambientales a cualquier proyecto minero que afecte a Santurbán”. “El retiro de la inversión por parte de la CFI es un duro golpe político y financiero para la minería en el páramo de Santurbán”, sostuvo Carlos Lozano Acosta, de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “El gobierno colombiano debe reflexionar sobre su actitud permisiva hacia la minería a gran escala en páramos, que es ilegal”. La CFI toma su decisión tras la publicación de un informe de la Oficina del Asesor en Cumplimiento del Banco Mundial (CAO, por sus siglas en inglés), un mecanismo independiente de quejas, en el cual concluyó que la inversión de la CFI en el proyecto no tomó en cuenta los impactos sociales y ambientales del mismo, contrariando las políticas internas de la institución financiera. En 2012, el Comité, con asesoría de las organizaciones internacionales que suscriben este comunicado, presentó ante la CAO la queja que dio origen al informe en mención. "Después de una intensa presión pública, la CFI por fin escuchó el mensaje y al retirar la inversión, lo amplifica. La decisión de retirarse fortalece el derecho del Estado colombiano para legislar sobre el interés público y proteger su agua. Aplaudimos esta decisión de la CFI, la cual tendrá repercusiones para todos los colombianos", declaró Carla García Zendejas, del Centro para el Derecho Internacional Ambiental (CIEL). La decisión de la CFI también sucede en el contexto del anuncio de la empresa Eco Oro, quien ha iniciado una demanda de arbitraje contra el gobierno de Colombia bajo el Tratado de Libre Comercio con Canadá y ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), parte del Banco Mundial. La medida se habría presentado por las decisiones adoptadas por el Estado para proteger sus páramos. “El interés de Eco Oro Minerals en Colombia ya no es la mina, sino extorsionar a un Estado soberano por millones de dólares y presionar para debilitar las protecciones para el agua colombiana. Con el retiro, la CFI no solo libera al Banco Mundial de un claro conflicto de interés, sino que también resalta la existencia de proyectos mineros desacertados en el páramo colombiano, así como la ilegitimidad de esta demanda", agregó García Zendejas. Contactos de prensa: Alix Mancilla, Comité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, [email protected], +57 311 2439273 Carlos Lozano Acosta, AIDA, [email protected], +57 300 56 40 282 Carla García Zendejas, CIEL, [email protected], +1 202 374 2550 Jennifer Moore, MiningWatch Canada, [email protected], +001 613 569 3439 Kris Genovese, SOMO, [email protected], +31 65 277 3272  

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Sociedad civil pide en sede del Banco Mundial el retiro de la inversión a un proyecto minero en Colombia

Organizaciones de la sociedad civil harán su solicitud ante funcionarios del organismo financiero, y discutirán la situación del páramo de Santurbán y sus defensores con representantes del Congreso y el Departamento de Estado de Estados Unidos. Argumentarán que la Corporación Financiera Internacional (CFI) invirtió en una mina de oro sin tener en cuenta los impactos ambientales de la misma y desconociendo así sus propios estándares. La mina pone en peligro un ecosistema esencial para el agua de millones de personas. Washington D.C., Estados Unidos. Organizaciones de la sociedad civil estarán en la sede del Grupo del Banco Mundial para pedir que la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), brazo para el sector privado de ese grupo, retire su inversión del proyecto minero Angostura, propuesto en el páramo de Santurbán, ecosistema de alta montaña ubicado a gran altura que abastece a más de dos millones de personas en Colombia. Una investigación independiente de la Oficina del Asesor en Cumplimiento (CAO), el Ombudsman del Banco Mundial, concluyó que al momento de invertir, la IFC no tomó en cuenta los potenciales impactos ambientales del proyecto, incumpliendo sus políticas internas. A fin de realizar su solicitud, las organizaciones se reunirán con funcionarios de la IFC. También dialogarán con representantes del Congreso y del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre el estado del páramo y los riesgos para sus defensores. Se trata de la Plataforma Cívica “Comité para la Defensa del Agua y del Páramo de Santurbán”, apoyada por el Centro para el Derecho Internacional Ambiental (CIEL), la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), el Centro para la Investigación de Corporaciones Multinacionales (SOMO) y MiningWatch Canadá. La investigación realizada por la CAO derivó de una queja presentada por el Comité y apoyada por las ONG internacionales.   La visita tiene lugar luego de que la empresa Eco Oro anunció que demandará al Estado colombiano ante un tribunal internacional de arbitramento, por la sentencia de la Corte Constitucional que reafirmó la prohibición de minería en páramos. La petición a la IFC para que retire su inversión está respaldada por una petición lanzada vía internet y con miles firmas de personas de todo el continente americano, que serán entregadas durante la reunión.  Contactos de prensa Alix Mancilla, Comité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, [email protected], +57 311 2439273 Carlos Lozano Acosta, AIDA, [email protected], +57 300 56 40 282 Carla García Zendejas, CIEL, [email protected], +1 202 374 2550 Jennifer Moore, MiningWatch Canadá, [email protected], +001 613 569 3439 Kris Genovese, SOMO, [email protected], +31 65 277 3272  

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